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Dijo que la relación fluyó y que no podían sacarle la mirada de encima.





El encuentro de Guido con los Carlotto se dio de manera natural, como si esa silla de la mesa familiar no hubiese estado vacía durante todo este tiempo, como si fuera un reencuentro y no un 'empezar a conocerse'. "Guido se encontró hace dos meses con esta situación pero para nosotros hace 37 años que él es parte de nuestra vida diaria porque no hay momento en que no lo hayamos tenido presente", relató ayer su tía Claudia Carlotto, hermana de su madre Laura, quien fue asesinada en la última dictadura un mes después de haber dado a luz.

A pesar de esa familiaridad, el primer encuentro también tuvo esa carga emocional de una espera de casi 4 décadas. Una anécdota de esa reunión marca esa dualidad: "Lo mirábamos fijo y él se reía porque parecíamos hipnotizados. Medio que no terminábamos de creerlo", comentó en diálogo con Tiempo Argentino.

El miércoles por la tarde, apenas un día después de enterarse de su verdadera identidad, el joven se reunió con su abuela Estela de Carlotto y con sus tres tíos: Claudia, titular de la CONADI, Remo, presidente de la Comisión de Derechos Humanos de Diputados y Kibo, secretario de DD HH bonaerense. Tras ese encuentro de seis horas, ayer Guido volvió a reunirse con su familia, esta vez también participaron sus 13 primos maternos, mientras que en los próximos días se espera que conozca a la rama de su padre, Walmir Montoya, quienes viven en Caleta Olivia, Santa Cruz.

–No es una situación normal y mucho menos con tamaña exposición mediática. ¿Cómo lo vivieron?
–Para él es mucho más difícil que para nosotros, que estamos más acostumbrados a lo mediático, pero lo vi muy centrado. Salió de Olavarría porque no podía estar ahí por la locura de medios, tiene un gran apoyo de su mujer y de sus amigos, también músicos. No me pareció desbordado por el asunto aunque sí conmocionado. Estaba en control y eso nos ayuda a nosotros también a transitar esto sin dramatismo y hacerlo desde la alegría, más allá del trasfondo dramático. Estamos haciendo eje en todo lo que viene. Estamos pensando en todo lo que vamos a hacer juntos, lo que tenemos en común y las cosas que nos gustan.

–¿Qué es eso que se viene para la familia?
–Viene todo. Vivir, apoyarnos en los malos momentos, festejar los cumpleaños, navidades, todo lo que hace una familia. Iremos a verlo tocar, él irá a ver tocar a nuestros hijos. Lo normal, lo que nunca debería haber dejado de ser y siempre debería haber sido. Desde el arte, la música, desde el humor vamos a hacer un vínculo lindo y libre, sin presiones, sin condicionamientos, sin pretensiones. Solo dejándolo fluir esto va a andar bien.

–¿Cómo vivió Estela este momento tan esperado?
–Ella está feliz. Tranquila. Es una mujer con mucho temple. Pero cuando se fue y le dijo 'Chau abu', ahí vi cómo le temblaron las rodillas. Hablamos con él un poco sobre Laura, pero tenemos todo el tiempo por delante. Ahora muchos de nuestros fantasmas se diluyeron: que mamá iba a morir sin conocerlo, que nosotros no lo íbamos a conocer nunca, pensar que había tenido una vida de porquería. Si bien vivió una vida que no es la que debería haber vivido, lo criaron con amor, lo criaron bien, no lo crió un milico.

–¿Cómo recordás a tu hermana Laura en este contexto?
–Empezamos a militar más a menos al mismo tiempo, ella en la universidad, en la Juventud Universitaria Peronista, y yo en la secundaria, en la Unión de Estudiantes Secundarios. Las dos llegamos por diferentes vías al mismo lugar. Mi hermana era una persona muy tozuda, tenía un carácter fuerte, vehemente, convicciones muy fuertes y se la re bancó, en los dichos y en los hechos. Siempre soñé con encontrar a Guido porque sé que si hubiera sido al revés, si hubiera desaparecido yo con mi hija Leticia, ella hubiese hecho exactamente lo mismo: buscar, buscar y buscar hasta encontrarla. Estoy en paz con ella y el recuerdo es darle todo el amor del mundo a su hijo.

El derecho a preservar la intimidad

El nombre y apellido de los nietos restituidos por Abuelas no trasciende hasta que los propios jóvenes deciden hacerlo público, pero el nombre con el que Guido Carlotto fue anotado ilegalmente se conoció apenas minutos después de que la jueza María Servini de Cubría le diera la noticia a su abuela, Estela de Carlotto. "Nosotros jamás hemos permitido que eso suceda. La jueza dio toda la información del chico, una barbaridad que contradice toda la legislación vigente", sostuvo Claudia y agregó: "En este caso Guido se la bancó bien pero puede ser que otro chico ante este nivel de exposición reaccione distinto. No queremos que otros chicos piensen que si se acercan a Abuelas después aparece su intimidad en público. Esto no va a volver a pasar."