Explotó Poroto
Tras conocer la decisión de que no estará más en los planes de Passarella, Germán Lux le dio durísimo al técnico. "Me da lástima que me tenga que ir por un hincha de Boca. Me cuesta creer que sea una decisión futbolística", dijo el arquero. Clima caliente en Núñez.
BRAZOS CAIDOS. Germán Lux disparó fuerte contra Passarella.
Tras la decisión de Daniel Passarella de dejarlo de lado, Germán Lux dio la cara y aseguró la decisión del Kaiser lo sorprendió y que "me da lástima que me tenga que ir así por un hincha de Boca".
En declaraciones al programa Un buen momento, que se emite por Radio La Red, Poroto aseguró que la decisión de Daniel Passarella lo tomó tranquilo, aunque "lleno de bronca".
El arquero explicó como se enteró de la noticia. "Daniel me llamó y me dijo que dentro del nuevo proyecto no me iba a tener en cuenta. No soy de su gusto". Y luego agregó: "Me cuesta creer que sea un decisión futbolística. Por eso hay que callar, pensar bien y después hablar".
Lux se mostró sorprendido por la decisión del Kaiser: "El fútbol te da sorpresas. La gente muchas veces te sorprende y a medida que pasa el tiempo uno se da cuenta que de algunas no tiene que esperar tantas cosas. Hoy es el momento de parar la pelota, como hice con la Selección. De pensar, reflexionar... en unos días tendré mas cosas que decir", afirmó.
Luego, el hombre de Carcaraña deslizó que le molestó la manera en la que se manejo el técnico de River. "Estoy seguro de mi calidad de persona, soy sincero y honesto y así me voy a morir. Yo respeto su gloria (la de Passarella), su campeonato del mundo, pero eso ya le pasó: debe pensar más en lo humano y tener un poco más de tacto con ciertos jugadores".
Por último, Lux indicó que "no tengo dudas de que todos mis compañeros van a estar sorprendidos. Yo estoy tranquilo porque trabajé muy bien en todo el año, me considero un gran profesional". Y se despidió con una reflexión: "Ojalá que la sinceridad le pueda ganar alguna vez a la soberbia".
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SAN LORENZO 2 - QUILMES 4
Espuma en la Cabeza
Con goles de Héctor Sosa (2) -el segundo de penal-, Esteban García y Damián Musto, El Cervecero se impuso en el Nuevo Gasómetro y acrecentó aún más la crisis que atraviesa el Ciclón. Adrián González (2), ambos desde los doce pasos, había puesto en ventaja al equipo de Ruggeri, quien en las próximas horas dejaría su cargo. La hinchada azulgrana cantó contra dirigentes, cuerpo técnico y jugadores.
EN EL BANQUILLO. El Cabezón dejaría de ser el DT del Ciclón. Arde el Bajo Flores.
Eran escasas las motivaciones que aparecían a la vista en la previa de San Lorenzo-Quilmes, que se enfrentaban por la última fecha del Apertura. El Ciclón buscaba terminar con una sonrisa un semestre en el que había mostrado un nivel muy flojo. El presente del Cervecero era aún peor: último, a diez puntos del decimonoveno y en zona de descenso directo. Complicadísimo.
La primera emoción no tardó en llegar. Corría el minuto dos de juego cuando el árbitro Juan Pablo Pompei cobró penal a favor del equipo de Ruggeri y Adrián González, sin titubear, lo cambió por gol. La puso a media altura, a la derecha del arquero Grosso, quien fue para el otro palo. La tempranera ventaja cambiaba la historia en el arranque. Y más cuando, a los diez, Pompei vio un agarrón a Lavezzi y volvió a sancionar la pena máxima a favor de San Lorenzo. González repitió el primer remate, aunque con más potencia, y clavó el 2-0.
Todo parecía ser del Ciclón en el Bajo Flores. Manejaba la pelota sin problemas y aprovechaba la tibieza visitante. Ferreyra pudo aumentar. Se escapó por izquierda, reamtó al primer palo y exigió Grosso. La respuesta de Quilmes llegó a través de Bustos Montoya, siempre muy activo, quien metió un interesante derechazo bombeado por arriba de Saja y se encontró con el travesaño.
Se iba el primer tiempo y la diferencia de dos hacía imaginar que la cuestión estaba sentenciada. Sin embargo, a tres del final apareció Sosa, ganó en las alturas y cabeceó arriba, lejos de Saja. Un minuto más tarde y con San Lorenzo golpeado, el Cervecero volvió a la carga. Supuesto empujón de Tula a Bustos Montoya y penal. Tercero de la noche para Pompei. Dudoso, aunque poco le importó a Sosa, quien lo cambió por gol con un remate a la izquierda del arquero. Iguales al descanso.
Clima caldeado en el Nuevo Gasómetro. La gente no dejaba de cantar contra dirigentes, cuerpo técnico y jugadores. Encima de todo esto, a los cinco minutos de la etapa final llegó el tercer grito quilmeño. Bustos Montoya recibió por derecha, envió un buen centro al punto penal y Esteban García ganó a lo guapo en el área. Cuando enfrentó a Saja tocó sutilmente de zurda a la red. Se daba vuelta la tortilla.
Los insultos caían como por una catarata desde las tribunas locales. Y Quilmes recayó una vez más sobre la herida del Ciclón. Claudio Acosta, en su afán por salir rápido de contra, pisó la pelota y perdió la posición. Musto no vaciló, se metió en el área y remató cruzado ante Saja. La pelota se le escurrió entre las piernas al arquero. El 4-2 era un hecho.
Para completar el cuadro, al promediar el segundo tiempo, Silvera le dio una patada tremenda a Medina y vio la segunda amarilla. A las duchas. Poco pudo hacer San Lorenzo en los minutos que quedaron. De hecho estuvieron prácticamente de más. Así fue que San Lorenzo despidió el año a tono de lo que fue. Una sonrisa para el Cervecero, que con José María Martínez como técnico interino recordó lo que era ganar y cerró el 2006 a pura esperanza de cara al próximo semestre.
Fuente: Ole
Tras conocer la decisión de que no estará más en los planes de Passarella, Germán Lux le dio durísimo al técnico. "Me da lástima que me tenga que ir por un hincha de Boca. Me cuesta creer que sea una decisión futbolística", dijo el arquero. Clima caliente en Núñez.
BRAZOS CAIDOS. Germán Lux disparó fuerte contra Passarella.
Tras la decisión de Daniel Passarella de dejarlo de lado, Germán Lux dio la cara y aseguró la decisión del Kaiser lo sorprendió y que "me da lástima que me tenga que ir así por un hincha de Boca".
En declaraciones al programa Un buen momento, que se emite por Radio La Red, Poroto aseguró que la decisión de Daniel Passarella lo tomó tranquilo, aunque "lleno de bronca".
El arquero explicó como se enteró de la noticia. "Daniel me llamó y me dijo que dentro del nuevo proyecto no me iba a tener en cuenta. No soy de su gusto". Y luego agregó: "Me cuesta creer que sea un decisión futbolística. Por eso hay que callar, pensar bien y después hablar".
Lux se mostró sorprendido por la decisión del Kaiser: "El fútbol te da sorpresas. La gente muchas veces te sorprende y a medida que pasa el tiempo uno se da cuenta que de algunas no tiene que esperar tantas cosas. Hoy es el momento de parar la pelota, como hice con la Selección. De pensar, reflexionar... en unos días tendré mas cosas que decir", afirmó.
Luego, el hombre de Carcaraña deslizó que le molestó la manera en la que se manejo el técnico de River. "Estoy seguro de mi calidad de persona, soy sincero y honesto y así me voy a morir. Yo respeto su gloria (la de Passarella), su campeonato del mundo, pero eso ya le pasó: debe pensar más en lo humano y tener un poco más de tacto con ciertos jugadores".
Por último, Lux indicó que "no tengo dudas de que todos mis compañeros van a estar sorprendidos. Yo estoy tranquilo porque trabajé muy bien en todo el año, me considero un gran profesional". Y se despidió con una reflexión: "Ojalá que la sinceridad le pueda ganar alguna vez a la soberbia".
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SAN LORENZO 2 - QUILMES 4
Espuma en la Cabeza
Con goles de Héctor Sosa (2) -el segundo de penal-, Esteban García y Damián Musto, El Cervecero se impuso en el Nuevo Gasómetro y acrecentó aún más la crisis que atraviesa el Ciclón. Adrián González (2), ambos desde los doce pasos, había puesto en ventaja al equipo de Ruggeri, quien en las próximas horas dejaría su cargo. La hinchada azulgrana cantó contra dirigentes, cuerpo técnico y jugadores.
EN EL BANQUILLO. El Cabezón dejaría de ser el DT del Ciclón. Arde el Bajo Flores.
Eran escasas las motivaciones que aparecían a la vista en la previa de San Lorenzo-Quilmes, que se enfrentaban por la última fecha del Apertura. El Ciclón buscaba terminar con una sonrisa un semestre en el que había mostrado un nivel muy flojo. El presente del Cervecero era aún peor: último, a diez puntos del decimonoveno y en zona de descenso directo. Complicadísimo.
La primera emoción no tardó en llegar. Corría el minuto dos de juego cuando el árbitro Juan Pablo Pompei cobró penal a favor del equipo de Ruggeri y Adrián González, sin titubear, lo cambió por gol. La puso a media altura, a la derecha del arquero Grosso, quien fue para el otro palo. La tempranera ventaja cambiaba la historia en el arranque. Y más cuando, a los diez, Pompei vio un agarrón a Lavezzi y volvió a sancionar la pena máxima a favor de San Lorenzo. González repitió el primer remate, aunque con más potencia, y clavó el 2-0.
Todo parecía ser del Ciclón en el Bajo Flores. Manejaba la pelota sin problemas y aprovechaba la tibieza visitante. Ferreyra pudo aumentar. Se escapó por izquierda, reamtó al primer palo y exigió Grosso. La respuesta de Quilmes llegó a través de Bustos Montoya, siempre muy activo, quien metió un interesante derechazo bombeado por arriba de Saja y se encontró con el travesaño.
Se iba el primer tiempo y la diferencia de dos hacía imaginar que la cuestión estaba sentenciada. Sin embargo, a tres del final apareció Sosa, ganó en las alturas y cabeceó arriba, lejos de Saja. Un minuto más tarde y con San Lorenzo golpeado, el Cervecero volvió a la carga. Supuesto empujón de Tula a Bustos Montoya y penal. Tercero de la noche para Pompei. Dudoso, aunque poco le importó a Sosa, quien lo cambió por gol con un remate a la izquierda del arquero. Iguales al descanso.
Clima caldeado en el Nuevo Gasómetro. La gente no dejaba de cantar contra dirigentes, cuerpo técnico y jugadores. Encima de todo esto, a los cinco minutos de la etapa final llegó el tercer grito quilmeño. Bustos Montoya recibió por derecha, envió un buen centro al punto penal y Esteban García ganó a lo guapo en el área. Cuando enfrentó a Saja tocó sutilmente de zurda a la red. Se daba vuelta la tortilla.
Los insultos caían como por una catarata desde las tribunas locales. Y Quilmes recayó una vez más sobre la herida del Ciclón. Claudio Acosta, en su afán por salir rápido de contra, pisó la pelota y perdió la posición. Musto no vaciló, se metió en el área y remató cruzado ante Saja. La pelota se le escurrió entre las piernas al arquero. El 4-2 era un hecho.
Para completar el cuadro, al promediar el segundo tiempo, Silvera le dio una patada tremenda a Medina y vio la segunda amarilla. A las duchas. Poco pudo hacer San Lorenzo en los minutos que quedaron. De hecho estuvieron prácticamente de más. Así fue que San Lorenzo despidió el año a tono de lo que fue. Una sonrisa para el Cervecero, que con José María Martínez como técnico interino recordó lo que era ganar y cerró el 2006 a pura esperanza de cara al próximo semestre.
Fuente: Ole