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Fuerte ajuste en los despachantes de Aduana
Demoras en declaraciones juradas y nuevas restricciones ponen en jaque a la actividad, indicó el titular del Centro, Walter Garello.



La agudización de las restricciones a las importaciones derivará en readecuación de las estructuras.

La crítica situación del comercio exterior –en particular a partir del drástico achicamiento en las importaciones de bienes intermedios y finales– puede derivar en el corto plazo en ajustes en las estructuras de recursos humanos de las oficinas de despachantes de aduana de Córdoba.

Así lo advirtió el titular de la delegación local del Centro de Despachantes de Aduana, Walter Garello, al evaluar las trabas que cada vez con mayor frecuencia impactan en el sector comercial y en la industria.

“En cualquier rubro que busquemos, las importaciones están muy complicadas”, señaló el dirigente. Las exportaciones, en tanto, se concentran en grandes empresas o en productos primarios, donde la injerencia del despachante es relativa.

Con el día del Despachante de Aduana a la vista –se conmemorará el sábado próximo–, Garello explicó que la actividad entró a un terreno en el que carece de respuestas para sus clientes porque “se dice mucho, pero se escribe poco”, acerca de cuáles son las normativas que impiden la importación.

El cliente “pide información, datos y lamentablemente muchas veces no podemos estar a la altura de esas explicaciones porque no contamos con normativas claras”.

Marcó en ese sentido una diferencia respecto de la gestión del exsecretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. “Moreno exigía una balanza de dólares positiva pero permitía llegar a su área y elaborar una línea de trabajo para tratar de conseguir la aprobación” de la declaración jurada anticipada de importación, DJAI por sus iniciales.

En la actualidad esa vía, aunque fuera irregular, no existe. “Se dan resultados aleatorios, a veces aparecen las autorizaciones y otras no; o a veces aparecen varias autorizaciones juntas, lo cual para el cliente es un problema porque tienen vencimiento y necesita juntar los fondos para pagar las importaciones en un escaso período de tiempo”, señaló.

Achicarse para sobrevivir

En la última semana también apareció una nueva restricción: todas las DJAI quedaron suspendidas hasta que el importador pruebe su situación fiscal y la Afip determine si corresponde la importación de acuerdo con su volumen de actividad.

El Centro de Despachantes de Aduana posee en Córdoba 110 asociados directos. También están los profesionales que integran oficinas de despacho mayores. “Algunos se asociaron o achicaron los costos fijos, nos estamos reacomodando y adaptando”, dijo.

Sin embargo, advirtió que como consecuencia de la “larga y profunda” crisis del sector, algunas estructuras “están analizando comenzar a prescindir de personal a muy corto plazo”. “Nos cuesta mucho dar ese paso porque es gente que se forma a lo largo de cuatro o cinco años de trabajo, pero el agua nos ha comenzado a llegar al cuello y no vemos una salida en el corto plazo”, puntualizó.

Para Garello, de todas formas, en el largo plazo la Argentina deberá volver al comercio internacional. “Como país no podemos quedar fuera de él”, indicó.