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Este tipo gana miles de euros al día haciéndose pasar por una chica en Twitter

El ¿perverso? negocio de las cuentas paródicas



Cameron Asa es un chico de 21 años que estudia comunicación en la Universidad de Tennessee. Su mayor activo, sin embargo, es ser una chica en Twitter. Asa es el responsable de @TweetLikeAGirI, un perfil a través del que tuitea como lo haría una chica de instituto cualquiera. A día de hoy, la cuenta tiene más de 1 millón doscientos mil seguidores. Y genera mucho dinero.



Asa empezó Tweet Like A Girl en 2012. Al principio, su único propósito era reírse de las chicas. “Por ejemplo, tuiteaba 'Oh Dios mío, soy una gorda', junto a una foto de un palo o una ramita”, dice a BuzzFeed. Gracias a estas píldoras humorísticas logró más de 100.000 seguidores, pero pronto se le acabaron las ideas. Entonces decidió que se centraría en el costumbrismo, en mensajes con los que sus seguidores pudiesen identificarse y verse reflejados.

“Este semestre me ha ayudado a entender que cuando Britney Spears se rapó la cabeza estaba teniendo una reacción racional y apropiada ante el estrés”,dice su último mensaje. En otro comparte una foto de calcetines de franela de colores junto a la frase. “Ésta es la manera de ganarte mi corazón”. Ambos tienen más de diez mil retuits y favoritos. Esta capacidad para generar engagement es lo que convierte a Tweet Like A Girl en un excelente negocio.

“La pasada semana posteé sobre una app y acabé consiguiendo que la app fuese descargada 20.000 veces con un solo tuit”, dice. Cuando posteó el trailer del drama romántico “Lo mejor de mí” logró 13 millones de impresiones (eso es el número de veces que los tuiteros vieron el mensaje en Twitter). Tiene sentido, pues, que las marcas estén dispuestas a pagar por ello. Según él mismo explica, Asa gana entre 400 y 1.000 euros por cada tuit o retuit patrocinado.

Una red muy bien conectada

Asa trabaja de manera independiente pero no está solo. Las cuentas de tuiter paródicas son un negocio al alza. Y muchos de sus responsables tratan de ayudarse los unos a los otros. Tal como explica a BuzzFeed, Asa suele llegar a acuerdos con otras cuentas paródicos con un gran volumen de seguidores para retuitearse entre ellos.

Este sistema permite mantener un tráfico elevado en todas las páginas y, por tanto, que las tarifas de publicidad sigan hinchándose. Viralizándose las unas a las otros, cuentas paródicas como Dory, Sex Facts Of Life, Common White Girl o Fat Amy están creando su propio conglomerado mediático independiente.

En algunos casos, una sola persona puede aglutinar diversas cuentas. El canadiense David Rhodes, por ejemplo, está detrás de Sex Facts Of Life, Not Will Ferrell, Brick Tamland, Sarcastic Wonka, Hilarious Ted y diversas cuentas de imágenes como Wow Pics Of Life and Wow Food Porn. Tiene tanto trabajo gestionando las cuentas que tuvo que contratar a un amigo para que le ayudase con el contenido.

Para Rhodes, la clave también está en la capacidad para generar identificación en los usuarios. Y considera que el segmento al que se dirige Asa es uno de los más rentables. “Hay mucha gente que tiene ese tipo de cuentas, muchos chicos con cuentas que simulan ser de niñas adolescentes. Creo que parte de la razón es que las chicas suelen ser las que más engagement demuestran”, dice a BuzzFeed.



Visto desde fuera, el negocio de las cuentas paródicas puede parecer algo extraño. Las más provechosas son las que se dirigen a chicas adolescentes, pero resulta que están gestionadas por hombres de veintitantos años. Suena un tanto perverso pero, sin embargo, no es más que una traslación a Internet de algo que lleva muchos años ocurriendo. Al fin y al cabo, las redacciones de revistas como Bravo o Super Pop siempre han estado llenas de treintañeros.

Otro de los conflictos que se desprenden de este tipo de cuentas es el de la autoría. Mucho de lo que se comparte en ellas no son ocurrencias de sus responsables sino material que encuentran navegando por la red. Son ideas que corren por Facebook, Vine o Tumblr, pero al hacerlas llegar a un segmento de audiencia voluminoso y perfectamente delimitado pueden sacar partido publicitario de las mismas.

Es exactamente el mismo sistema que utiliza Kris Sanchez, responsable de @UberFacts. Gracias a tuitear datos curiosos que encuentra en la red, Sanchez gana 400.000 euros al año. Y como también les ocurre a Sanchez, Asa, Rhodes y compañía, a menudo deben lidiar con acusaciones de plagio. Lo que sus críticos no entienden es que lo que ellos hacen no es generar contenidos, sino marketing de contenidos.

Las cuentas paródicas no son más que otra de las encarnaciones del marketing de influencers que está sentando las bases del futuro de la publicidad online. El mérito de sus responsables es doble. Primero tuvieron el ingenio para que se les ocurriera y luego supieron ver que era una fuente de negocios. Probablemente, ahora su modelo ya sea difícil de replicar. De la misma manera que no habrá otro caso PewDiePie, sería una ingenuidad pensar que abrirse una cuenta paródica puede asegurarte ingresos de seis cifras.

Pero si hay una lección que podemos extraer de todo ello es que, a menudo, las oportunidades están donde uno menos lo espera.