AGENCIAS - sábado, 21 de febrero de 2015
Las grabaciones que realizó el músico de Seattle cuando se ganaba la vida como guitarrista de sesión para varias bandas verán la luz el próximo 24 de marzo
Hendrix, antes del mito
Las grabaciones que realizó el músico de Seattle cuando se ganaba la vida como guitarrista de sesión para varias bandas verán la luz el próximo 24 de marzo
Jimi Hendrix vuelve a la carga. Y es que, después de décadas de litigio por los derechos de autor, Experience Hendrix LLC, la empresa familiar que administra el legado del músico de Seattle, y Legacy Recordings, el catálogo de Sony Music, alcanzaron hace algunos meses un acuerdo para publicar un puñado de canciones del cantante realizadas en sus inicios.
Dichas grabaciones verán la luz el próximo 24 de marzo, en un álbum muy elocuentemente titulado You Can’t Use My Name: Curtis Knight & The Squires, haciendo referencia a la polémica.
Serán 14 temas pertenecientes al período comprendido entre 1965 y 1967, cuando Hendrix formaba parte como guitarrista de la banda de R&B neoyorkina Curtis Knight & The Squires.
Además, todas estas letras forman parte de la época en la que Hendrix se ganaba la vida como músico de sesión, grabando con todo tipo de artistas. Así, compartió escenario con Don Covay, los Isley Brothers y Little Richard, entre otros.
Cuando todavía estaba con Curtis Knight & the Squires, Hendrix formó su propio grupo y fue descubierto por el bajista de los Animals Chas Chandler, quien lanzó su carrera en solitario desde Londres con Are you experienced.
Posteriormente, la familia de Hendrix pleiteó durante años con Ed Chalpin por la propiedad de las grabaciones, hasta que un tribunal falló a su favor.
Este trabajo será la primera de varias entregas, puesto que el pacto logrado engloba 88 grabaciones, tanto de estudio como en vivo de Curtis Knight & The Squires.
Hendrix es considerado uno de los mejores y más influyentes guitarristas de la historia de la música popular, y uno de los músicos más importantes del siglo XX.
Uno de sus momentos cumbres lo vivió en el concierto de Woodstock de 1969, cuando prendió fuego a su guitarra, arrodillándose ante ella y levantando los brazos como si estuviera en trance.
Pero las presiones de las giras y las actuaciones llevaron al músico a utilizar drogas y estimulantes para mantener su nivel en los conciertos.
Así, su adiciones acabaron por ocasionarle la muerte prematura. Falleció en septiembre de 1970, a los 27 años de edad, como consecuencia de una sobredosis de barbitúricos mientras trabajaba en lo que sería su quinto trabajo discográfico, First Rays of The New Rising Sun. Sin necesidad de la mitificación que conllevó su desaparición en el apogeo de su carrera, hay unanimidad entre los críticos musicales a la hora de juzgarlo como el más grande guitarrista de la historia del rock.