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Hombre se cansó tanto de esperar su prótesis que decidió hacerla por su propia cuenta


Cuando al tornero mecánico Isidoro Gutierrez (56) la vida le puso por delante el obstáculo de afrontar el corte de su pierna por culpa de la diabetes, jamás imaginó que él mismo luego de reponerse, iba a poder superar el calvario, que de no tener parte de un miembro inferior, pasó a ser el suplicio de esperar por cinco largos años la prótesis que le correspondía y que jamás le dieron. Hasta que un día, harto de ir y venir, reclamar y pedir, entró a su galpón y en menos de una semana se fabricó el artículo ortopédico que lo devolvió a la vida normal.


«Primero me cortaron los cinco dedos de mi pie izquierdo y después lamentablemente se me infectó la pierna derecha -comienza diciendo Isidoro a Mi Ciudad- hará más o menos cinco años en 2009. Gestioné la prótesis tal cual me correspondía a través del programa oficial «Profe» en el mismo Hospital Mi Pueblo y supuestamente en un mes iba a estar. pero nada. Hablé con un técnico que me prometió que me la iban a dar a través de su gestión más rápido, pero pasaban los meses y nada».


A los dos años de reclamar ya la respuesta era la misma «Pasó a compras, pasó a compras» y la prótesis brillaba por su ausencia. "Yo reclamaba todos los meses, ya me conocían todos (sonríe), un día me pidieron la historia clínica, se las presenté y ni con eso… Llegó un momento que ya me atendían mal, me decían que lo que me dieron en el Hospital Evita Pueblo de Berazategui donde me hicieron la operación tampoco servía… Le escribí una carta al Gobernador Scioli pero ni pelota hasta que un día me dijeron que no había nada que hacer, que si quería empezara todos los trámites de vuelta… Los mandé a pasear a todos y decidí ir y comprarla yo…. Fui a una ortopedia en la calle Belgrano, me dijeron que si tenían y que valía tres mil pesos, cuando la fui a comprar había subido a cuatro mil, y como no tenía la plata esperé a juntarla, llamé para ver si la seguían teniendo y me dijeron que había aumentado a seis mil…. Ja, se querían pasar las fiestas con mi plata…(ríe) y ahí mismo en la ortopedia pedí verla, la vi y era un desastre. ¿Seis mil mangos esta porquería?, pensé, así que volví a la casa, entré a mi galpón y la empecé a hacer yo", comenta Isidoro con absoluta normalidad como si hubiera hecho prótesis toda su vida.


«Ya en el galponcito mío encontré una chapa de acero inoxidable de dos milímetros, me hice la plantilla, la trocé, le fui dando forma, le empecé a hacer los agujeros, puse alambres flexibles y vi que quedaba bien…Después con los otros fierros seguí, le puse la goma de agarre y en cinco días quedó. La hice solo y no me salió casi nada, y la hice en ese tiempito ya que también hacía otras cosas porque sino en un día la fabricaba», afirma orgulloso Isidoro, quien sin más, se arremanga el pantalón y saca a relucir su invento. Ese por el cual lo tuvieron de aquí para allá durante un lustro, y después en menos de un mes le duplicaron el precio sin explicaciones. «Hoy hago una vida normal -explica Gutierrez quien vive con su esposa, uno de sus cuatro hijos y tiene además seis nietos- « vivo feliz y contento con mi familia y hasta le hice una prótesis a un vecino que también tuvo un problema similar. Yo ya no me hago problemas por nada, ni por la obra social que es una porquería, esa « Profe», ni por el Estado que no te da nada y menos por los que se quieren abusar cobrando lo que quieren. Y todo aquel que tenga un problema similar puede venir a mi casa con los materiales y yo le voy armando la prótesis, porque si acá uno no se preocupa por uno mismo, se puede morir esperando, que el Estado no va a hacer nada. Hoy estoy mucho más saludable que antes y mejor que una persona sin diabetes, cuando me cortaron los dedos no se me cayó una lágrima, menos con la pierna cortada y hasta tuve la fuerza y valentía de haber hecho lo que hice, y muy contento estoy», dice Isidoro, que aprendió de sobra en esta etapa de su vida aquello de que: «Lo que no mata, fortalece».
Carlos Straub para MI CIUDAD



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