Mira que los medios y las compañías y los jugadores le hemos dedicado horas y horas al tema de las resoluciones de pantalla en la nueva generación: que si 720, que si 900, que si 1080p… y hay quien ‘pasa’ de todas esas historias y prefiere hacer el camino contrario. El de convertir su salida digital HDMI de la consola (una Xbox 360 en este caso) en otra analógica para jugar con GTA V o Watch Dogs.
Así lo ha hecho un jugador que, ni corto ni perezoso, se ha liado la manta a la cabeza y ha querido volver a saborear los videojuegos como se hacía antes, en los tiempos de las primeras consolas de los 80 y 90 con sus cables de antena (RF) o, como mucho, audio/vídeo (RCA). Estamos hablando de NES, Master System, Mega Drive, SNES, etc.
Luego a mediados de los 90, con las consolas de 32 bits (PSX, Saturn, etc.) el Euroconector cogió el testigo que había asomado tímidamente durante la época de los 16 bits. Fue ese el estándar, analógico, que imperó hasta el fin de la generación de PS2. Fue con Xbox 360 y PS3 cuando, por fin, disfrutamos ya de una salida 100% digital y que diera calidad de imagen casi perfecta para las nuevas teles (TFT, Plasma, LCD, etc.) que se instalaron durante la década pasada.
Así lo ha hecho un jugador que, ni corto ni perezoso, se ha liado la manta a la cabeza y ha querido volver a saborear los videojuegos como se hacía antes, en los tiempos de las primeras consolas de los 80 y 90 con sus cables de antena (RF) o, como mucho, audio/vídeo (RCA). Estamos hablando de NES, Master System, Mega Drive, SNES, etc.
Luego a mediados de los 90, con las consolas de 32 bits (PSX, Saturn, etc.) el Euroconector cogió el testigo que había asomado tímidamente durante la época de los 16 bits. Fue ese el estándar, analógico, que imperó hasta el fin de la generación de PS2. Fue con Xbox 360 y PS3 cuando, por fin, disfrutamos ya de una salida 100% digital y que diera calidad de imagen casi perfecta para las nuevas teles (TFT, Plasma, LCD, etc.) que se instalaron durante la década pasada.

Así que coger una Xbox 360, sacar su señal digital HDMI y convertirla en analógica para ponerla en una televisión de tubo, que contaban con un relación de aspecto 4:3 y no 16:9, y una resolución máxima de 720×576 pues es… es… ¿un ejercicio de alguien muy nostálgico?

Nuestro héroe no creáis que se conformó con hacer esa ‘ingeniería inversa’ (o como se diga) y ya está. No. Recurrió a un modelo de televisión de los años 70, los que todavía no contaban con entradas de audio/vídeo sino simlemente las de RF, o antena tradicionales. Echadle un vistazo a los controles de la tele… ¿habéis tenido alguna así? Yo sí.