Kicillof acusó a EE.UU. de impedir el pago de los títulos argentinos

El ministro de Economía, Axel Kicillof, acusó ayer a Estados Unidos de "hacerse el tonto" frente a la sentencia judicial que favoreció a los holdouts y sugirió que tal vez ese país "quiere impedir que un país como la Argentina pague su deuda".
En un nuevo capítulo de la escalada verbal oficial, el ministro expresó en declaraciones radiales que "no hay reglas, no hay esa famosa seguridad jurídica, no la hay en Estados Unidos. El gobierno norteamericano tendría que tomar acciones porque nosotros, les guste o no, somos un país soberano".
"¿Por qué el gobierno de Estados Unidos no le pone límites a un juez?", expresó el funcionario, desconociendo tácitamente la división de poderes en ese país.
En realidad, el gobierno norteamericano intervino, a través de una presentación como amicus curiae, apoyando la posición argentina durante el juicio y pensaba repetirlo si la Corte Suprema de ese país le preguntaba su opinión, un gesto que no ocurrió. Además, la semana pasada el embajador interino en Buenos Aires, Kevin Sullivan, dijo que esperaba un acuerdo negociado y elogió los pasos previos que dio el Gobierno para regularizar sus compromisos impagos desde fines de 2001.
Al retomar críticas previas al juez de primera instancia Thomas Griesa -cuyo fallo luego fue ratificado en todas las instancias-, el ministro dijo que es como si este magistrado "fuera un juez municipal que le está impidiendo a un país pagar su deuda externa y a los acreedores, que cobren".
En este sentido, apuntó a la administración Obama: "Estados Unidos puede hacerse el distraído, puede hacerse el tonto, pero hay un juez de ese país que está tratando de embargar algo que ni siquiera es nuestro, es de los bonistas".
Hasta ahora, el ministro ocupó el rol más duro en esta negociación posterior al fallo que le ordenó al Gobierno pagarles US$ 1500 millones a los fondos buitre y un grupo de minoristas. En cambio, el presidente del BCRA, Juan Carlos Fábrega, impulsó una solución con la participación de la banca privada, que ayer el ministro volvió a cuestionar como una "operación berreta", destinada presuntamente a lucrar sobre la base de los ahorros de los depositantes argentinos. Kicillof cuestionó a los bancos (en particular, al presidente de Adeba, Jorge Brito, aunque sin nombrarlo), pero no mencionó que, además de Fábrega, la operación estaba consensuada con el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, y el secretario legal y técnico, Carlos Zannini.
Sobre la opción de que se avance en una salida que involucre a la banca extranjera, afirmó que "se abre la posibilidad de que los privados que fueron perjudicados por el fallo de Griesa quieran participar. Todo eso es bienvenido. Pero que después no sea un arreglo y que le vengan a pedir plata al Gobierno".
En este sentido, el ministro reiteró que, con o sin cláusula RUFO, la idea del Gobierno es pagarles a los holdouts el mismo monto que a los bonistas que ingresaron en los canjes para salir del default.
En paralelo, el Ministerio de Economía dio a conocer ayer un aviso para que estos tenedores que aceptaron las operaciones de 2005 y 2010 eventualmente dejen de lado al Bank of New York (BoNY) y opten por otro agente de pago si no pueden cobrar, debido a la decisión de la justicia norteamericana de impedirlo.
Una de las cláusulas del canje indica que "tenedores de una mayoría de capital acumulado de los títulos de deuda en circulación, de cualquier serie, podrán remover al agente fiduciario del cargo en cualquier momento y designar a un sucesor".
Además, el Ministerio difundió las intimaciones contra el BoNY y el Citibank que había anticipado anteayer. En el primer caso, repite que, como el Gobierno asegura que no está en default, el banco no puede retener los fondos que pertenecen a los bonistas, una orden que ayer Griesa ratificó. También dice que se reserva la posibilidad de ejercer todos sus derechos legales contra la entidad.
En el caso del Citi Argentina, aunque la entidad aclaró que sí giró los pagos a los bonistas, Economía le advirtió que al pedir una aclaración en un tribunal extranjero sobre cómo proceder estaría ejecutando una sentencia de otro país sin cumplir con la normativa local.
MALA NOTA PARA LOS DEPÓSITOS
La calificadora internacional Moody's bajó de estable a negativa la valoración de los depósitos de bancos argentinos, a raíz del "debilitamiento del entorno operativo impulsado por el default", que "afectará la oportunidad de negocios, la calidad de los activos y la generación de utilidades de los bancos en medio de una desaceleración económica y un entorno de alta inflación".
En un comunicado, señaló que "la acción de calificación sigue a la decisión de Moody's del 31 de julio" que cambió de estable a negativa "la calificación soberana" del país, al que considera en proceso de "estanflación". Para Moody's, "la acción de calificación sobre los bancos toma en consideración la relación subyacente entre los perfiles crediticios de los bancos y del soberano", es decir, el Estado.