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“Si el Congreso se abstiene o no hace nada, entonces será una escribanía del fallo de Griesa”, chicaneó a la oposición.



Buenos Aires. El ministro de Economía, Axel Kicillof, y el secretario de Legal y Técnica de la Presidencia, Carlos Zannini, defendieron el proyecto de ley de pago local de la deuda externa y mantuvieron fuertes cruces con la oposición, que no apoya la iniciativa de la Casa Rosada. Los dos funcionarios pasaron por la Cámara Alta y estuvieron acompañados por la Procuradora del Tesoro, Angelina Abbona.

Cuando el debate estaba finalizando, el Frente para la Victoria y sus aliados firmaron el dictamen favorable a la propuesta del Ejecutivo. La semana que viene el tema llegará al recinto y tendría la media sanción.

“Si el Congreso se abstiene o no hace nada, entonces se transformará en la escribanía del fallo de Griesa”, chicaneó de entrada Kicillof a los opositores, que llegaron al plenario con una postura cristalizada de rechazar la ley o de abstenerse.

El ministro afirmó que “los buitres” tienen un plan de “cinco puntos” que comienza con los ataques a la moneda argentina y contempla generar mecanismos de extorsión “para que la Argentina pague lo que no tiene que pagar”.

Zannini aseguró que la sentencia de la justicia neoyorquina pone como “rehenes” a los tenedores de los títulos canjeados “para hacer volar por los aires toda la reestructuración hecha en 2005 y 2010”. “No vamos a permitir que todo vuelva a 2001”, sostuvo.

Como toda la oposición se mostró inflexible con sus argumentos, hubo fuertes entredichos con Kicillof y Zannini.

El puntano Adolfo Rodríguez Saá le facturó al oficialismo haber prorrogado la jurisdicción de Nueva York cuando hizo los canjes. “Ahora tenemos que pagar los platos rotos”, se quejó.

El jefe del bloque K, Miguel Pichetto, le respondió: “Veamos todo en contexto, en 2005 la Argentina era un país débil y nadie hubiera querido entrar al canje con legislación local”.

El titular de la bancada radical, Gerardo Morales, le espetó a Kicillof: “Ustedes nos quieren coparticipar el fracaso de la negociación”, y sostuvo que el Gobierno no necesita una ley para cambiar el lugar de pago. Tampoco para remover al Bank of New York Mellon (Bony) como agente fiduciario y poner, en su lugar, a Nación Fideicomiso.

“Fracaso es su participación, que no se le cae ninguna idea para solucionar esto”, le respondió, iracundo, Kicillof a Morales.

Por su parte, Zannini aseguró que lo primordial es declarar “de interés público” y de “orden público” los canjes de 2005-2010 –como dice el artículo 1° del proyecto de ley– para que el Ejecutivo pueda proceder al cambio de lugar de pago y crear las cuentas de Nación Fideicomiso en el Banco Central para depositarles allí los vencimientos a los bonistas reestructurados y también a los holdouts (a quienes se los vuelve a invitar a ingresar al canje), como dicen los artículos 4° y 9° de la iniciativa oficialista.

Otro concepto importante que dejó el poderoso asesor de la Presidenta es que la Argentina tiene pensado no sólo demandar al Bony por no transferir los fondos depositados en junio a los tenedores de bonos de los dos canjes, sino que también irá contra los fondos buitre porque, con su accionar, han lesionado derechos de propiedad de terceros (los holdins ).

“Pero no es con esta ley ni es este el momento para proceder”, aclaró.

¿Salvavidas para Boudou?

Al final, el titular de la UCR, Ernesto Sanz, aclaró que su partido rechazará la iniciativa porque en ella se declara de interés público el canje 2010 “donde participaron personas jurídicas y físicas que están sospechadas de corrupción, los mismos actores que están involucrados en el caso Ciccone”, dijo en alusión al vicepresidente Amado Boudou, exministro de Economía en aquel entonces.

Boudou tiene una denuncia judicial por la segunda etapa del canje, realizada en 2010.