Pese a los números críticos en el sector, afirma que se niegan a vender. Prorrogará el plan Pro.Cre.Auto.
El acto en el Salón Mujeres del Bicentenario, en la Casa Rosada, fue convocado para anuncios en educación e infraestructura. Entre ellos, el proyecto de obligatoriedad para la sala de cuatro años en la escuela. Pero después la presidenta Cristina Fernández de Kirchner -ante un auditorio que incluía a sus funcionarios, gobernadores como Daniel Scioli y otros allegados- empezó a desplegar sus críticas en tópicos de actualidad. Y nuevamente los empresarios del sector automotriz -a los que había acusado de “encanutar” los autos, apenas 48 horas antes- recibieron la mayor andanada.
Cristina eligió a uno de sus flancos favoritos de las últimas semanas: los fondos buitre. “Al abrir el canje al 7,6% los buitres no entraron, ni aceptando una ganancia del 300 por ciento. Así que, ni abajo del agua”, señaló.
También se quejó por las informaciones sobre los cierres de restoranes (“Es un latiguillo permanente. Pero, de acuerdo a los datos que me facilitó (Ricardo) Echegaray, el sector no tiene problemas”). Entonces, aprovechó para castigar a los medios: “Se ve que un restorán que les gustaba a los periodistas cerró. Y dicen que cierran otros. Entonces, que cambien de restorán, seguro van a encontrar porque hay muchos más”.
Otro destinatario de sus críticas fue Mauricio Macri por el flamante impuesto a Netflix y Spotfy (ver pág. 3). Y de paso, se confesó “fanática” de las series que se transmiten a través de la firma Netflix, además de recomendar que vean “The Killing”.
Y enseguida vino su ofensiva sobre las automotrices. Aunque se disculpó por su frase del lunes (“Están encanutando los autos”), insistió en sus argumentos. “Utilicé un término impropio para una Presidenta”, admitió. “Pero no están vendiendo los autos, o escondiendo”.
Desde la industria automotriz ya habían salido a responder -el martes- a aquellas acusaciones y explicar con números el crítico estado del sector.
La Presidenta insistió anoche: “El sector boicotea políticas públicas que quieren terminar con las suspensiones y que los argentinos tengan su 0 km”. Argumentó, con las cifras de la actividad, que “no habría razón para que no haya autos en la República Argentina”. Anunció que prorrogará el programa Pro.Cre.Auto y que convocará a los referentes del sector a una reunión.
Al final, comentó algo de Relatos Salvajes (la película de moda) y se felicitó a sí misma: “El salario mínimo (en la Argentina) es el más alto de América latina”.

El acto en el Salón Mujeres del Bicentenario, en la Casa Rosada, fue convocado para anuncios en educación e infraestructura. Entre ellos, el proyecto de obligatoriedad para la sala de cuatro años en la escuela. Pero después la presidenta Cristina Fernández de Kirchner -ante un auditorio que incluía a sus funcionarios, gobernadores como Daniel Scioli y otros allegados- empezó a desplegar sus críticas en tópicos de actualidad. Y nuevamente los empresarios del sector automotriz -a los que había acusado de “encanutar” los autos, apenas 48 horas antes- recibieron la mayor andanada.
Cristina eligió a uno de sus flancos favoritos de las últimas semanas: los fondos buitre. “Al abrir el canje al 7,6% los buitres no entraron, ni aceptando una ganancia del 300 por ciento. Así que, ni abajo del agua”, señaló.
También se quejó por las informaciones sobre los cierres de restoranes (“Es un latiguillo permanente. Pero, de acuerdo a los datos que me facilitó (Ricardo) Echegaray, el sector no tiene problemas”). Entonces, aprovechó para castigar a los medios: “Se ve que un restorán que les gustaba a los periodistas cerró. Y dicen que cierran otros. Entonces, que cambien de restorán, seguro van a encontrar porque hay muchos más”.
Otro destinatario de sus críticas fue Mauricio Macri por el flamante impuesto a Netflix y Spotfy (ver pág. 3). Y de paso, se confesó “fanática” de las series que se transmiten a través de la firma Netflix, además de recomendar que vean “The Killing”.
Y enseguida vino su ofensiva sobre las automotrices. Aunque se disculpó por su frase del lunes (“Están encanutando los autos”), insistió en sus argumentos. “Utilicé un término impropio para una Presidenta”, admitió. “Pero no están vendiendo los autos, o escondiendo”.
Desde la industria automotriz ya habían salido a responder -el martes- a aquellas acusaciones y explicar con números el crítico estado del sector.
La Presidenta insistió anoche: “El sector boicotea políticas públicas que quieren terminar con las suspensiones y que los argentinos tengan su 0 km”. Argumentó, con las cifras de la actividad, que “no habría razón para que no haya autos en la República Argentina”. Anunció que prorrogará el programa Pro.Cre.Auto y que convocará a los referentes del sector a una reunión.
Al final, comentó algo de Relatos Salvajes (la película de moda) y se felicitó a sí misma: “El salario mínimo (en la Argentina) es el más alto de América latina”.