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Virus como los hongos, las bacterias y algo tan leve como un catarro pueden alterar nuestra flora intestinal que se refleja en un aumento de peso.
Lo peor es que no basta con coger un catarro para coger kilos sino que forma parte de un proceso en el que se acumularían los gérmenes.




Se trata del último término para justificar la obesidad: los gérmenes y se llama 'infectobesidad'. José Manuel Fernández-Real, investigador del Hospital Josep Trueta de Gerona y miembro de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (Seedo) afirma que la genética no puede explicar por qué algunos pueden comer y mantener la línea y otros no, según informa ABC.

Por este motivo, Fernández- Real apuesta por una relación entre infección y sobrepeso. Según explica virus como los hongos, las bacterias y algo tan leve como un catarro pueden alterar nuestra flora intestinal que se refleja en un aumento de peso.

Quizá a partir de ahora a las dietas y al ejercicio haya que añadir alimentos probióticos y hasta trasplantes de mocroorganismos beneficiosos para la salud.

Al parecer, el catarro, además de mocos y fiebre también favorece la grasa. Su nombre es adenovirus AD-36 y además de los síntomas típicos del catarro también acumula grasa en nuestro organismo.

Lo peor es que no basta con coger un catarro para coger kilos sino que forma parte de un proceso en el que se acumularían los gérmenes. Esta teoría explicaría por qué con los años se tiende a engordar.