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Luis Lacalle Pou dedicó dos actos ayer, en Flores y en San José, a hacer una suerte de balance de 20 meses de campaña electoral. Dijo que los dos "atributos principales" fueron "la coherencia" y el haber buscado a "los mejores".




Lacalle Pou arrancó su acto en Trinidad (Flores) anunciando su agotamiento físico y su voz tomada. "Es que hace 20 meses que empezó la campaña electoral", justificó, y agregó: "Espero que les haya servido". Entonces dijo que en todo este tiempo intentó "ir a la persona detrás del personaje", de los jingles y de las banderas. "No sé si habremos tenido éxito", comentó. El cierre de campaña lo hace esta noche en Las Piedras.

Para el candidato blanco hubo ciertas "cosas particularmente importantes" que marcaron su campaña en esta segunda etapa, luego de las internas: la elección de Jorge Larrañaga como compañero ("hacer lo más difícil termina siendo lo mejor y dando los mejores resultados", opinó al respecto), la apuesta a un "gobierno de convicción" después de "10 años de gobierno por imposición", y la falta de "euforia". "Cuanto más arriba se está, más obligaciones y menos derechos se tienen; más responsabilidades y menos privilegios", alegó.

Siguiendo con su propia evaluación de estos meses, advirtió: "Hemos cumplido con dos atributos fundamentales". El primero fue la "coherencia" porque pese a que "uno evoluciona" y aun con la incorporación de Larrañaga y sus equipos, hay "una misma columna vertebral" en sus propuestas. Aprovechó entonces para contrastar con el candidato oficialista, que "por nerviosismo" agregó propuestas "inexplicables con su programa e imposibles de financiar".

El segundo atributo que Lacalle quiso resaltar de su campaña es, según él, "muy difícil para el político profesional": elegir a los más idóneos, más allá del partido o sector al que pertenezcan. "Si los mejores quieren trabajar con nosotros, los vamos a ir a buscar". Mencionó la elección de Pablo da Silveira, Azucena Arbeleche y Álvaro Garcé.

Luego vinculó esa motivación con otra de sus ideas recurrentes: el anuncio de que va a "mantener lo que esté bien hecho, cambiar lo que esté mal, y hacer lo que nunca se hizo". Para ilustrarlo, recordó que planea dejar en sus cargos a algunos actuales jerarcas frenteamplistas, cuyos nombres no revelará porque no lo votan, pero que "se quedarán". "Ya lo hablé con ellos", afirmó.

Entonces aseguró que ante la inminencia de las urnas, él está tranquilo porque no hizo "promesas" sino "compromisos" y porque respondió "con silencio y sonrisa" a los "agravios". Seguramente se quedó con ganas de hacer alguna propuesta para aumentar la jubilación, porque en ese momento del discurso señaló que su equipo está trabajando en una suba "diferencial de las jubilaciones más sumergidas". No dio ningún número, con lo cual no recibió ningún aplauso.

Finalmente se refirió a la bandera, pero no a la pirueta que realizó hace meses y que generó tanta polémica, sino al pabellón nacional que sostiene en su mano izquierda ("la del corazón") en estos últimos actos de cierre. La bandera, regalo de una militante de Tacuarembó algunos días atrás, lo hizo "caer en algo que no había exteriorizado", y es justamente su afán de incluir a todos más allá del partido al que voten. Contó que ayer, en Flores, recibió un aplauso en un comité frenteamplista y que quería tomar ese gesto como ejemplo de "una forma de entender la vida, que es la positiva".

Más tarde, en la plaza principal de San José repleta, ante un auditorio fanatizado por su presencia y la de los dirigentes locales, el candidato volvió a hablar de la estrategia "por la positiva", que signó toda su campaña. "Hace 20 meses que no insultamos ni hablamos mal de nadie, y eso que han sacado número para pegarnos". Para él, el no haber reaccionado es una "comprobación" de que puede hacer lo mismo si es electo presidente. Enganchó ese comentario con su deseo de "unión", justo ante un público que después de la interna procesó movimientos entre sectores y disputas por los liderazgos en las listas. "(La unión) es lo más fuerte que podemos tener, ya no solo en el partido sino con todos los uruguayos", afirmó.

Jugando sus últimas fichas a los indecisos —aunque se resiste a hablar de ellos así, porque cree que son personas a las que todavía "no convenció nadie"—, dijo que estaba seguro de contar con algún "curioso" en la plaza y que él o ellos, más allá de las propuestas, quieren "mirar a los ojos" a los candidatos a ver si les creen.

LAS PRINCIPALES PROPUESTAS

Asentamiento Cero

El programa se propone eliminar los asentamientos irregulares en 10 años con un presupuesto anual de US$ 180 millones. La idea es seguir relocalizando a aquellos que están en terrenos inviables y regularizando los que están en terrenos habitables, pero a la misma vez eliminar los “estímulos” que llevan a que se sigan generando asentamientos.

Reforma curricular

Se anuncia una reorganización de la currícula liceal en tres anillos, de modo que un conjunto de materias sean necesarias para cursar un segundo conjunto también obligatorio. Un tercer anillo de materias serían opcionales.

Ahorro en gasto público

El candidato blanco sostiene que hay entre US$ 400 y 500 millones que se pueden dejar de gastar del actual presupuesto. Además, junto a su equipo económico han detectado que hay gastos excesivos en las empresas públicas (y principalmente en sus empresas satélite), en publicidad estatal y en cantidad de personal contratado.


Cambios al IRPF

El plan Estamos Contigo implica, entre otras cosas, cambios en el Impuesto a la Renta para las Personas Físicas (IRPF) para los ingresos que están en la primera franja más baja por encima del mínimo no imponible (unos $ 20 mil). El Partido Nacional planea dividir esa franja en dos. Los ingresos que están en la primera mitad quedarían totalmente exentos del impuesto, y para la que queda por encima la propuesta es bajar la tasa de un 10% actual a un 5%.

Derogación del IASS

Lacalle considera que el Impuesto de Asistencia a la Seguridad Social (IASS) es inconstitucional y, por tanto, planea eliminarlo. Eso supone una renuncia fiscal de unos US$ 200 millones. Él estima que se volcarán nuevamente en la economía, de modo que no será una pérdida para el Estado.

Shock en infraestructura

El candidato se propone hacer un “shock en infraestructura vial”, comprometiendo recursos no solo del próximo período sino de los siguientes. En concreto, sus asesores han dicho que calculan volcar US$ 700 millones anuales para abatir el deterioro de las rutas, y que al final del mandato el 60% de las mismas estarán en buen estado


Sin cargos de confianza

Lacalle quiere eliminar los cargos de confianza de los ministerios. Ha señalado la existencia de “500 imprescindibles” cuyos sueldos, según él, representan más de US$ 40 millones anuales. El candidato considera que los ministros y demás jerarcas que nombre deberán trabajar con la plantilla actual y no cree necesario que se rodeen de gente de su confianza.


Seguridad pública

Lacalle ha dicho que quiere que su ministro del Interior sea el “primer policía”, pero que la responsabilidad final de la política en seguridad será del presidente de la República. Álvaro Garcé, una de las últimas incorporaciones a su equipo técnico y referente en seguridad pública, dijo a El País que “las estrategias de planificación deben basarse en plazos de dos a tres años por lo menos, pero hay algunas acciones que pueden tener resultados en un año”. La baja de la edad de imputabilidad penal de 18 a 16 años es un punto que divide a la fórmula blanca: Lacalle apoya la medida, mientras Larrañaga está en contra.