Literatura boliviana en Brasil
La Razón (Edición Impresa) / Homero Carvalho Oliva
01:13 / 28 de agosto de 2014
Antes de viajar a Brasilia, invitado por la Asociación de Escritores de Brasil, ya sabía que su presidenta era Kori Bolivia Carrasco, una escritora boliviana radicada desde hace varias décadas en la capital brasileña. Cuando la conocí personalmente comprobé que Kori es una encantadora dama que se ha ganado a versos el lugar destacado que ocupa hoy entre los escritores del país de Jorge Amado y Guimaraes Rosa.
En la invitación me dieron a elegir el tema y, sin pensarlo dos veces, decidí que en vez de hablar de mi obra debería hacerlo sobre la literatura boliviana en general. Lo hice porque creo que pocas veces los escritores bolivianos tenemos esa oportunidad y también como una manera de devolverle algo a este país que me ha dado tanto. La conferencia se realizó en el marco de las Quintas literarias internacionales, que organiza esta poderosa institución, y se llevó a cabo en el auditorio Cyro Dos Anjos, el jueves 14 de agosto. Durante el encuentro, mientras yo leía un párrafo en castellano, Kori lo traducía al portugués, de esa manera el público se fue enterando de los nombres de varios de nuestros mejores escritores nacionales y de otros extranjeros que han escrito sobre nuestro país, porque hice referencia a la Antología Bolivia que reúne a 55 autores. Terminada la ponencia, leí entre otros poemas, uno de Jesús Urzagasti, un soneto de Rubén Darío y para cerrar elegí el poema Cantar del gran Óscar Cerruto.
Como introducción les advertí que les iba a leer un poema, breve e intenso, sobre una demanda centenaria y empecé a leer con calma: “Mi patria tiene montañas, /no mar.// Olas de trigo y trigales,/ no mar.// Espuma azul los pinares,/ no mar.// Cielos de esmalte fundido,/ no mar.// Y el coro ronco del viento/ sin mar”. Cuando terminé de leer, el público estalló en aplausos y comprobé, una vez más, que la fuerza de la poesía es tal que traspasa idiomas, y no necesita de mayores explicaciones. El Estado debería desplegar a nuestros artistas, poetas, músicos, actores de teatro y pintores por todo el mundo, haciendo conocer nuestra demanda marítima, sería más efectivo que las aburridas conferencias sobre historia que todos ya conocen.
Luego de la conferencia, durante los bocaditos y mientras compartía con escritores brasileños y estudiantes de castellano, se me acercó una hermosa mujer, quien luciendo una espléndida sonrisa me dijo que pensó que yo iba a hablar únicamente de la literatura amazónica, pero que estaba gratamente sorprendida que lo haya hecho sobre la literatura boliviana en general; entonces aproveché para aclararle que si bien lo amazónico me identifica como una marca de agua, es mi pretexto para hablar de lo nacional, porque Bolivia es un país en el que la diversidad cultural es nuestra mayor riqueza. Mención especial merece Jerjes Justiniano, embajador de Bolivia en Brasil, quien prestó toda la colaboración al evento y generosamente me hospedó en su domicilio, donde comentamos las múltiples actividades que está desarrollando para hacer conocer la cultura boliviana.

La Razón (Edición Impresa) / Homero Carvalho Oliva
01:13 / 28 de agosto de 2014
Antes de viajar a Brasilia, invitado por la Asociación de Escritores de Brasil, ya sabía que su presidenta era Kori Bolivia Carrasco, una escritora boliviana radicada desde hace varias décadas en la capital brasileña. Cuando la conocí personalmente comprobé que Kori es una encantadora dama que se ha ganado a versos el lugar destacado que ocupa hoy entre los escritores del país de Jorge Amado y Guimaraes Rosa.
En la invitación me dieron a elegir el tema y, sin pensarlo dos veces, decidí que en vez de hablar de mi obra debería hacerlo sobre la literatura boliviana en general. Lo hice porque creo que pocas veces los escritores bolivianos tenemos esa oportunidad y también como una manera de devolverle algo a este país que me ha dado tanto. La conferencia se realizó en el marco de las Quintas literarias internacionales, que organiza esta poderosa institución, y se llevó a cabo en el auditorio Cyro Dos Anjos, el jueves 14 de agosto. Durante el encuentro, mientras yo leía un párrafo en castellano, Kori lo traducía al portugués, de esa manera el público se fue enterando de los nombres de varios de nuestros mejores escritores nacionales y de otros extranjeros que han escrito sobre nuestro país, porque hice referencia a la Antología Bolivia que reúne a 55 autores. Terminada la ponencia, leí entre otros poemas, uno de Jesús Urzagasti, un soneto de Rubén Darío y para cerrar elegí el poema Cantar del gran Óscar Cerruto.
Como introducción les advertí que les iba a leer un poema, breve e intenso, sobre una demanda centenaria y empecé a leer con calma: “Mi patria tiene montañas, /no mar.// Olas de trigo y trigales,/ no mar.// Espuma azul los pinares,/ no mar.// Cielos de esmalte fundido,/ no mar.// Y el coro ronco del viento/ sin mar”. Cuando terminé de leer, el público estalló en aplausos y comprobé, una vez más, que la fuerza de la poesía es tal que traspasa idiomas, y no necesita de mayores explicaciones. El Estado debería desplegar a nuestros artistas, poetas, músicos, actores de teatro y pintores por todo el mundo, haciendo conocer nuestra demanda marítima, sería más efectivo que las aburridas conferencias sobre historia que todos ya conocen.
Luego de la conferencia, durante los bocaditos y mientras compartía con escritores brasileños y estudiantes de castellano, se me acercó una hermosa mujer, quien luciendo una espléndida sonrisa me dijo que pensó que yo iba a hablar únicamente de la literatura amazónica, pero que estaba gratamente sorprendida que lo haya hecho sobre la literatura boliviana en general; entonces aproveché para aclararle que si bien lo amazónico me identifica como una marca de agua, es mi pretexto para hablar de lo nacional, porque Bolivia es un país en el que la diversidad cultural es nuestra mayor riqueza. Mención especial merece Jerjes Justiniano, embajador de Bolivia en Brasil, quien prestó toda la colaboración al evento y generosamente me hospedó en su domicilio, donde comentamos las múltiples actividades que está desarrollando para hacer conocer la cultura boliviana.
