Ezequiel, un joven de 25 años que agonizaba desde el miércoles pasado, falleció en las últimas horas. Había sido atacado salvajemente por un policía retirado y su hijo de 18 años. Escuchá el testimonio de su madre
El miércoles pasado, cuando River goleó a Defensa y Justicia, Ezequiel Martín Castagnari salió a festejar a la calle -en Martín Coronado, partido de Tres de Febrero- sin saber que allí mismo encontraría un salvaje ataque que le causaría la muerte.
El joven de 25 años, padre de una niña de dos años y trabajador en una fábrica textil, agonizó durante más de cinco días pero falleció en las últimas horas en el Instituto Médico Central, situado en Santa Rosa al 300 (entre Castelar e Ituzaingó), como consecuencia de las heridas recibidas.
Su madre, María Angélica Castagnari, contó en declaraciones al canal TN que Ezequiel salió a la calle a gritar por su River apenas terminó el partido y comenzó a discutir con una persona mayor, que resultó ser un policía retirado de aproximadamente 60 años. A éste lo siguió su hijo, de 18, que salió de su casa y puso un revólver en el pecho de la víctima.
"Sacalo que es de juguete", le dijo Ezequiel al otro joven, quien le contestó: "Fijate gordito que no es de juguete", y, acto seguido, disparó al aire, "le pegó un culatazo, lo tiró al piso y entre los dos empezaron a pegarle", relató la mujer.
"A mi hijo le empezó a salir sangre y se desvaneció. Los amigos atinaron a sacarlo, pero no pudieron... Quedó en coma, quedamos esperando desde el jueves, luchando", prosiguió María Angélica. "(El agresor) es un policía retirado, tiene autoridad; no sé qué autoridad tiene. Este hombre no está detenido, lo detuvieron el jueves a él y al hijo, pero se negaron a declarar los dos y la jueza dejó libre al padre. El hijo, creo, está detenido".
La mujer precisó que como consecuencia de los golpes recibidos, a Ezequiel se le produjeron coágulos en la cabeza y sufrió fractura de cráneo. Lo definió como "un pibe luchador, laburador" y prometió "seguir hasta las últimas consecuencias hasta ver a los dos presos". Acaso el único consuelo para una pérdida absurda.
Celeste Galarza, hermana de la víctima, explicó que el padre del asesino sólo contemplaba la escena y quedó imputado por amenazas, en tanto que en la carátula de su hijo figura "intento de homicidio", que ahora debería cambiar a "homicidio culposo".
Ezequiel siempre se juntaba con un amigo a ver los partidos de River, club del cual "era hincha fanático", contó la chica, quien brindó testimonio en medio del dolor: "No sé cómo vamos a seguir; estamos muy dolidos, lo quería mucha gente. Era una persona muy conocida en el barrio".

El miércoles pasado, cuando River goleó a Defensa y Justicia, Ezequiel Martín Castagnari salió a festejar a la calle -en Martín Coronado, partido de Tres de Febrero- sin saber que allí mismo encontraría un salvaje ataque que le causaría la muerte.
El joven de 25 años, padre de una niña de dos años y trabajador en una fábrica textil, agonizó durante más de cinco días pero falleció en las últimas horas en el Instituto Médico Central, situado en Santa Rosa al 300 (entre Castelar e Ituzaingó), como consecuencia de las heridas recibidas.
Su madre, María Angélica Castagnari, contó en declaraciones al canal TN que Ezequiel salió a la calle a gritar por su River apenas terminó el partido y comenzó a discutir con una persona mayor, que resultó ser un policía retirado de aproximadamente 60 años. A éste lo siguió su hijo, de 18, que salió de su casa y puso un revólver en el pecho de la víctima.
"Sacalo que es de juguete", le dijo Ezequiel al otro joven, quien le contestó: "Fijate gordito que no es de juguete", y, acto seguido, disparó al aire, "le pegó un culatazo, lo tiró al piso y entre los dos empezaron a pegarle", relató la mujer.
"A mi hijo le empezó a salir sangre y se desvaneció. Los amigos atinaron a sacarlo, pero no pudieron... Quedó en coma, quedamos esperando desde el jueves, luchando", prosiguió María Angélica. "(El agresor) es un policía retirado, tiene autoridad; no sé qué autoridad tiene. Este hombre no está detenido, lo detuvieron el jueves a él y al hijo, pero se negaron a declarar los dos y la jueza dejó libre al padre. El hijo, creo, está detenido".
La mujer precisó que como consecuencia de los golpes recibidos, a Ezequiel se le produjeron coágulos en la cabeza y sufrió fractura de cráneo. Lo definió como "un pibe luchador, laburador" y prometió "seguir hasta las últimas consecuencias hasta ver a los dos presos". Acaso el único consuelo para una pérdida absurda.
Celeste Galarza, hermana de la víctima, explicó que el padre del asesino sólo contemplaba la escena y quedó imputado por amenazas, en tanto que en la carátula de su hijo figura "intento de homicidio", que ahora debería cambiar a "homicidio culposo".
Ezequiel siempre se juntaba con un amigo a ver los partidos de River, club del cual "era hincha fanático", contó la chica, quien brindó testimonio en medio del dolor: "No sé cómo vamos a seguir; estamos muy dolidos, lo quería mucha gente. Era una persona muy conocida en el barrio".