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Insolito intento de fuga en Mendoza
Lo descubrieron intentando huir del penal por estar “demasiado producido”



Como si estuviera en una pasarela, se paseó por el pasillo del lugar, para aprontarse con celeridad a la salida. Sin embargo, su poco atinado atuendo lo puso en evidencia y su plan quedó trunco. Así, casi como un guión de película, podría describirse estar historia sobre el fallido intento de fuga de un preso mendocino.

Pablo Morales Montenegro, de 37 años, ya no soportaba los 18 días que llevaba tras las rejas, por lo que montó una coartada que lo liberaría. Pero su mal gusto y su aspecto poco femenino boicotearon su plan. Todo parecía perfecto: vestido de mujer, se dispuso a huir del penal San Felipe.

Su idea no era mala, pero en su afán por disfrazarse, en lugar de pasar desapercibido, se puso en la mira de una agente, que sospechó de su forzado look: chaqueta ajustada, peluca negra que le cubría los hombros, un collar plateado y demasiada sombra celeste en los párpados, excesivo rubor en los pómulos y un chillón lápiz labial rojo.

Lejos de burlar la guardia escapar como parte del tumulto de la visita, que había llegado a compartir tiempo con él y otros detenidos, el hombre fue reconocido por una mujer de la policía del sector de conserjería. Lo curioso es que logró evadir uno de los controles y, como era tan evidente que se trataba de una suerte de “disfraz”, ahora se investiga a quienes pudieron haberlo dejado fugarse.

La guardiacárcel que lo descubrió dijo que estaba “demasiado producido” para un sitio marginal, pues se había afeitado a la perfección y había cuidado su piel con mucha crema, sobra la que desparramó gran cantidad de y maquillaje. Sin embargo, poco hábil para los productos que con destreza usan las mujeres, no logró cubrir una seña facial con la que fue identificado: un lunar mediano en la frente, arriba del ojo derecho.

Ante esta insólita situación, el director del centro presidiario, Carlos Motos, contó: “En ese control se maneja el flujo de personas que ingresan hacia la Conserjería, en grupos de tres o cuatro. En este caso, una de las personas que pasó era de dudosa identificación y se avisó al personal para hacer el reconocimiento”.

Las autoridades esperan ahora que las cámaras de seguridad del penal permitan detectar cómo ingresaron la peluca y los cosméticos que utilizó el preso para travestirse, que le habrían sido entregados por alguno de sus conocidos. “Incluso uno de ellos era un mujer que quizás pudo ingresar con estas prendas y luego intercambiarlas en el baño con el detenido”, especularon.