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Una argentina cuenta su experiencia de vivir diez años cerca de la papelera en España


"Convivir con la planta de celulosa ENCE es una experiencia terrible"



Una argentina, profesional de la salud, contó su experiencia tras vivir diez años en Pontevedra (España), "al lado de la planta ENCE". Mal olor, aumento de las enfermedades, contaminación cambios en el ecosistema, disminución del turismo y de la pesca, son algunas de las cosas que en ese pueblo español vienen sufriendo desde hace 40 años, cuando se instaló la empresa, y deberán soportar hasta el 2018, cuando finaliza el convenio hecho entonces con el dictador Franco. Cristina Rivas, calificó su experiencia de diez años cerca de la planta como "una experiencia terible".


Cristina Rivas es argentina y profesional de la salud. En 1991 viajó a Pontevedra (España) a visitar a su familia y se quedó a vivir allí durante diez años. Trabajaba en una clínica en la ciudad de Marín, y por esa razón debía viajar a diario en omnibus de una ciudad a otra pasando "al lado de la planta". En una entrevista a radio Maxima de Gualeguaychú, Rivas calificó esos diez años de vivir junto a la planta celulosa de la empresa ENCE como "una experiencia terrible". "Hay que convivir con el olor, los ruidos. No hay forma de que tu casa huela bien, es todos los días igual y con los cambios de viento se acentúa", dijo. "Hasta aproximadamente 20 km, el olor de la celulosa se siente", puntualizó.

Pero según contó, el olor no es el único problema. La contaminación de la empresa se hace evidente en el aumento de enfermedades en la población. "La gente tenía mucha conjuntivitis, alergias, problemas respiratorios, que yo sufrí también mientras estaba allá, cuando volví a Buenos Aires no volví a tener los problemas respiratorios que tenía", contó.

Esta planta, que se instaló en Pontevedra en 1963, época del franquismo en España, también afectó a la pesca y al turismo. "Para los ciudadanos que vivieron desde siempre allí", dijo Cristina Rivas en la entrevista, es notable "cómo disminuyó la pesca de mariscos, almejas, berberechos, porque había muchos menos". La instalación de la planta modificó el ecosistema en Pontevedra, entre otros motivos, por la utilización de eucaliptus para la elaboración de la pasta base. Estas empresas utilizan eucaliptus porque crecen más rápido y es más rentable, pero "el eucalipto consume mucha agua", señaló Rivas, lo afectó cambiando "la flora y la fauna en el entorno", señaló.

Al momento de la instalación de la planta en esa provincia española, hubo resistencia de la gente del lugar, contó Rivas a radio Máxima, pero "hubo hasta palos, era época de la dictadura de Franco", explica. "Geenpeace llegó a colgarse de las chimeneas de la planta, sigue habiendo protestas", dijo. La empresa estará allí hasta el 2018, según los acuerdos de la década del ’60. Y en estos más de 40 años, en la zona más que beneficios lo que aumentó fue el mal olor, las enfermedades, la contaminación