VERGÜENZA FISCAL
Lo que se va en retenciones no vuelve en obras
Un desastre el concepto que prevalece en la aplicación de los derechos de exportación aplicados a la producción agropecuaria. Es legítimo cuestionar y luchar en contra de herramientas fiscales no sólo discrecionales sino también ilógicas. Por eso tiene sentido el reclamo de la Sociedad Rural de Coronel Dorrego: ese distrito aporta US$80 millones anuales por derechos a la exportación, pero el Estado ni aparece...
15/11/2014|07:57
Manuel Domínguez, presidente de la Sociedad Rural de Coronel Pringles, afirmó que desde ese distrito salen anualmente casi US$31 millones en concepto de retenciones.
por NORMAN FERNÁNDEZ
BAHÍA BLANCA (La Nueva Provincia). “No es nuevo el malestar predominante, en el agro de las principales zonas productivas, respecto de la aplicación de las retenciones y la falta de una consecuente retribución estatal en cuanto a obras para los distritos desde los cuales surgen aquellos aportes impositivos. Nos siguen esquilmando, pero no tenemos compensación con caminos y otros servicios esenciales para el campo”, se quejó esta semana un ganadero del partido de Saavedra.
“El Estado se acuerda de nosotros para cobrarnos los impuestos. Y es lógico que se exija el pago, pero, en el caso de las retenciones, lo menos que pedimos es que nos responda con obras para mejorar la calidad de vida de la familia agropecuaria, que sigue sosteniendo la economía del país”, afirmó.
En igual sentido, la Sociedad Rural de Coronel Dorrego emitió una declaración titulada "Las retenciones, el cáncer de un interior sin gente".
Sostiene que algunos creen que las retenciones “son solo un problema de dinero”, aunque “la realidad indica que, ante tamaña envergadura (y es por eso su inconstitucionalidad), se transforma en una extracción continua de capital a los productores, siendo el más grave de sus efectos el impacto que causan en el aspecto social."
“Día a día notamos una suerte de Conurbano que se va formando en las ciudades del interior; esto es directamente proporcional a lo despoblados que se ven los campos”, afirma.
La entidad gremial dice que cada hectárea le reporta al Estado Nacional, sólo en retenciones a la exportación, unos US$158.
Tomando el caso de Dorrego, el Estado se lleva por año unos US$88 millones, “que en realidad recibe en billetes y no justamente al cambio oficial”.
“Si queremos ser menos materialistas y pensar solo en el daño social, basta con imaginarse a los partidos de Dorrego, Villarino, Puan o Patagones con esa verdadera 'fortuna' por año y es claro que la ausencia de ese dinero, durante los últimos doce años, nos refleja las razones del estado de las rutas, las calles, los presupuestos de educación y carencias en el sistema de salud y en todo lo que a diario nos falta y nos acostumbramos a no tener”, proclama.
“Por eso, cuando en estos días escuchamos que 'las retenciones no se pueden sacar', indudablemente, no están pensando en el efecto que causan y en los daños que ya causaron y que, lamentablemente, pasarán varios años para volver a recuperar”, agrega.
Finalmente, destaca que “se trata de entender si realmente queremos seguir viviendo en un país unitarista o bien en uno federal, donde quienes sobrevivimos en el interior podamos seguir haciéndolo”.
Por otro lado, Manuel Domínguez, presidente de la Sociedad Rural de Coronel Pringles, afirmó que desde ese distrito salen anualmente casi US$31 millones en concepto de retenciones.
Otras fuentes consultadas, en distritos del SOB, coincidieron en señalar su malestar por la rigurosidad con que el Estado aplica su política impositiva, mientras se profundiza la ausencia de planes concretos de obras en las zonas productivas.
Lo que se va en retenciones no vuelve en obras
Un desastre el concepto que prevalece en la aplicación de los derechos de exportación aplicados a la producción agropecuaria. Es legítimo cuestionar y luchar en contra de herramientas fiscales no sólo discrecionales sino también ilógicas. Por eso tiene sentido el reclamo de la Sociedad Rural de Coronel Dorrego: ese distrito aporta US$80 millones anuales por derechos a la exportación, pero el Estado ni aparece...
15/11/2014|07:57

Manuel Domínguez, presidente de la Sociedad Rural de Coronel Pringles, afirmó que desde ese distrito salen anualmente casi US$31 millones en concepto de retenciones.
por NORMAN FERNÁNDEZ
BAHÍA BLANCA (La Nueva Provincia). “No es nuevo el malestar predominante, en el agro de las principales zonas productivas, respecto de la aplicación de las retenciones y la falta de una consecuente retribución estatal en cuanto a obras para los distritos desde los cuales surgen aquellos aportes impositivos. Nos siguen esquilmando, pero no tenemos compensación con caminos y otros servicios esenciales para el campo”, se quejó esta semana un ganadero del partido de Saavedra.
“El Estado se acuerda de nosotros para cobrarnos los impuestos. Y es lógico que se exija el pago, pero, en el caso de las retenciones, lo menos que pedimos es que nos responda con obras para mejorar la calidad de vida de la familia agropecuaria, que sigue sosteniendo la economía del país”, afirmó.
En igual sentido, la Sociedad Rural de Coronel Dorrego emitió una declaración titulada "Las retenciones, el cáncer de un interior sin gente".
Sostiene que algunos creen que las retenciones “son solo un problema de dinero”, aunque “la realidad indica que, ante tamaña envergadura (y es por eso su inconstitucionalidad), se transforma en una extracción continua de capital a los productores, siendo el más grave de sus efectos el impacto que causan en el aspecto social."
“Día a día notamos una suerte de Conurbano que se va formando en las ciudades del interior; esto es directamente proporcional a lo despoblados que se ven los campos”, afirma.
La entidad gremial dice que cada hectárea le reporta al Estado Nacional, sólo en retenciones a la exportación, unos US$158.
Tomando el caso de Dorrego, el Estado se lleva por año unos US$88 millones, “que en realidad recibe en billetes y no justamente al cambio oficial”.
“Si queremos ser menos materialistas y pensar solo en el daño social, basta con imaginarse a los partidos de Dorrego, Villarino, Puan o Patagones con esa verdadera 'fortuna' por año y es claro que la ausencia de ese dinero, durante los últimos doce años, nos refleja las razones del estado de las rutas, las calles, los presupuestos de educación y carencias en el sistema de salud y en todo lo que a diario nos falta y nos acostumbramos a no tener”, proclama.
“Por eso, cuando en estos días escuchamos que 'las retenciones no se pueden sacar', indudablemente, no están pensando en el efecto que causan y en los daños que ya causaron y que, lamentablemente, pasarán varios años para volver a recuperar”, agrega.
Finalmente, destaca que “se trata de entender si realmente queremos seguir viviendo en un país unitarista o bien en uno federal, donde quienes sobrevivimos en el interior podamos seguir haciéndolo”.
Por otro lado, Manuel Domínguez, presidente de la Sociedad Rural de Coronel Pringles, afirmó que desde ese distrito salen anualmente casi US$31 millones en concepto de retenciones.
Otras fuentes consultadas, en distritos del SOB, coincidieron en señalar su malestar por la rigurosidad con que el Estado aplica su política impositiva, mientras se profundiza la ausencia de planes concretos de obras en las zonas productivas.