INAUGURARON UN PENAL EN CAMPANA CON UN PARTIDO DE FUTBOL
El día que los presos golearon a sus guardias en la cárcel
Fue un partido fuerte pero respetuoso, que buscó representar las reglas de la unidad.
Cuando Pinocho convirtió su cuarto gol de la mañana hacía rato que el partido estaba definido. Por eso no extrañó que el árbitro marcara el final, aunque todavía quedaran diez minutos por jugar. Fue goleada: 7 a 2 y a festejar. Y festejaron. Porque ahí no sobran los motivos y éste valía la pena. Un equipo de internos de la Unidad 41 de Campana le ganó a otro formado por guardias en un partido de fútbol que sirvió para inaugurar oficialmente esa cárcel de mediana seguridad.
El partido se jugó como si fuera una final. Nadie quería perder y no faltó la pierna fuerte. Los goles se gritaban con ganas. Pero con respeto. Es que el verdadero nombre de Pinocho es Andrés. Tiene 22 años, hace dos que está preso por robo y es uno de los 132 reclusos que llegaron a la nueva cárcel después de firmar un "Manual de Convivencia del Interno", en el que se fijan pautas de conducta para una buena relación de los internos entre ellos y con los agentes del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB).
La nueva cárcel intenta modificar el tratamiento con los presos y las reglas de comunicación habituales. A los internos se les da a conocer su derecho a dirigirse a las autoridades para comentar sus inquietudes sin censura, a la vez que se les imponen normas de alojamiento, organización, higiene y mantenimiento. Por su parte los guardias del SPB se comprometen a garantizar estos derechos y a llamar a los reclusos por su nombre o apellido, "para no menoscabar su dignidad ni discriminar", según el manual. Toda una novedad para una fuerza que acumula una gran cantidad de denuncias por torturas y muertes de internos.
Para llegar a la nueva unidad y formar parte del Régimen de Mediana Seguridad, los presos son seleccionados entre los que tienen buena conducta y están alojados en la vecina Unidad 21.
Se les hacen entrevistas con psicólogos y asistentes sociales para determinar si podrán aceptar las nuevas condiciones. No todos se adaptan al nuevo sistema: uno ya pidió, y logró, volver a su antigua celda.
La Unidad 41 está dividida en 12 pabellones con capacidad para un total de 480 internos, aunque en la actualidad aloja sólo a 132. El pabellón 1 es el de la población común. El 7 y el 8 son ocupados por evangelistas y en el 9 están los trabajadores, que realizan alguna actividad laboral dentro del penal: cocina, mantenimiento o limpieza. La unidad cuenta también con una escuela agraria, un taller de carpintería y otro de cría de animales —cerdos y pollos—, todos próximos a inaugurarse.
En la nueva cárcel trabajan 130 agentes del SPB que "han tenido que vencer prejuicios en su trato con las personas privadas de libertad", según afirmó el Inspector Mayor José Luis Rodríguez, director de la Unidad, quien también aseguró que la respuesta de los internos a este programa "es óptima"
Después del partido los internos y los guardias compartieron un almuerzo con autoridades penitenciarias y judiciales. Allí, el ministro de Justicia bonaerense, Eduardo Di Rocco, destacó el nuevo régimen. "Pretendemos acercar a quien está bajo nuestra custodia con quien está encargado de brindarle la asistencia", explicó.
Víctor también está preso por robo. Jugador y técnico de los internos, con 43 años es uno de los más veteranos del penal y celebra la nueva iniciativa. "La idea es romper cadenas. Esto es un filtro para poder vivir mejor, salir e ir pronto a nuestras casas", dice. Y festeja la goleada.
Fuente: http://www.clarin.com/diario/2006/02/10/policiales/g-05001.htm

El día que los presos golearon a sus guardias en la cárcel
Fue un partido fuerte pero respetuoso, que buscó representar las reglas de la unidad.
Cuando Pinocho convirtió su cuarto gol de la mañana hacía rato que el partido estaba definido. Por eso no extrañó que el árbitro marcara el final, aunque todavía quedaran diez minutos por jugar. Fue goleada: 7 a 2 y a festejar. Y festejaron. Porque ahí no sobran los motivos y éste valía la pena. Un equipo de internos de la Unidad 41 de Campana le ganó a otro formado por guardias en un partido de fútbol que sirvió para inaugurar oficialmente esa cárcel de mediana seguridad.
El partido se jugó como si fuera una final. Nadie quería perder y no faltó la pierna fuerte. Los goles se gritaban con ganas. Pero con respeto. Es que el verdadero nombre de Pinocho es Andrés. Tiene 22 años, hace dos que está preso por robo y es uno de los 132 reclusos que llegaron a la nueva cárcel después de firmar un "Manual de Convivencia del Interno", en el que se fijan pautas de conducta para una buena relación de los internos entre ellos y con los agentes del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB).
La nueva cárcel intenta modificar el tratamiento con los presos y las reglas de comunicación habituales. A los internos se les da a conocer su derecho a dirigirse a las autoridades para comentar sus inquietudes sin censura, a la vez que se les imponen normas de alojamiento, organización, higiene y mantenimiento. Por su parte los guardias del SPB se comprometen a garantizar estos derechos y a llamar a los reclusos por su nombre o apellido, "para no menoscabar su dignidad ni discriminar", según el manual. Toda una novedad para una fuerza que acumula una gran cantidad de denuncias por torturas y muertes de internos.
Para llegar a la nueva unidad y formar parte del Régimen de Mediana Seguridad, los presos son seleccionados entre los que tienen buena conducta y están alojados en la vecina Unidad 21.
Se les hacen entrevistas con psicólogos y asistentes sociales para determinar si podrán aceptar las nuevas condiciones. No todos se adaptan al nuevo sistema: uno ya pidió, y logró, volver a su antigua celda.
La Unidad 41 está dividida en 12 pabellones con capacidad para un total de 480 internos, aunque en la actualidad aloja sólo a 132. El pabellón 1 es el de la población común. El 7 y el 8 son ocupados por evangelistas y en el 9 están los trabajadores, que realizan alguna actividad laboral dentro del penal: cocina, mantenimiento o limpieza. La unidad cuenta también con una escuela agraria, un taller de carpintería y otro de cría de animales —cerdos y pollos—, todos próximos a inaugurarse.
En la nueva cárcel trabajan 130 agentes del SPB que "han tenido que vencer prejuicios en su trato con las personas privadas de libertad", según afirmó el Inspector Mayor José Luis Rodríguez, director de la Unidad, quien también aseguró que la respuesta de los internos a este programa "es óptima"
Después del partido los internos y los guardias compartieron un almuerzo con autoridades penitenciarias y judiciales. Allí, el ministro de Justicia bonaerense, Eduardo Di Rocco, destacó el nuevo régimen. "Pretendemos acercar a quien está bajo nuestra custodia con quien está encargado de brindarle la asistencia", explicó.
Víctor también está preso por robo. Jugador y técnico de los internos, con 43 años es uno de los más veteranos del penal y celebra la nueva iniciativa. "La idea es romper cadenas. Esto es un filtro para poder vivir mejor, salir e ir pronto a nuestras casas", dice. Y festeja la goleada.
Fuente: http://www.clarin.com/diario/2006/02/10/policiales/g-05001.htm
