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Historia de la movida nocturna Otaku en Buenos Aires





Algo que siempre se barajó en el mundillo otaku Argentino fue la idea de tener un boliche donde pudiéramos escuchar y bailar canciones de anime o artistas japoneses, poder tener una barra de bebidas alcohólicas y un clima electropop donde suenen temas gloriosos como los de Macross Plus o bailar al ritmo de Two-Mix. Pero había un mito latente en esos días, que era bastante real: El otaku no salía de noche, no tomaba alcohol, no fumaba porro, no bailaba ni iba a boliches; básicamente era un inadaptado social al que jodían en la escuela los atléticos jugadores de balompié por usar remeras de Goku y sólo acercarse a una mujer cuando besaba la pantalla del canal codificado.



ABSTINENCIA: Los placeres mundanos eran mala palabra para el otaku.




Pero no todos éramos así, menos los que ya estábamos en plena adolescencia y queríamos salir al mundo, y había un enorme hueco que llenar, la cuestión era que el otaku debía salir a adueñarse de la noche y celebrar su cultura en vez de encerrarse en el tupper de la habitación a fapearse con Minmay.
Primero vamos a situarnos en una época, entre 1999 y 2001, no existían los llamados “eventos de anime”, teníamos una vez al año la gran Fantabaires, donde existía el cosplay, muchos stands comerciales, proyecciones, venía algún dibujante, autor o artista reconocido, etc. El resto del año habían tres grupos de gente que hacían proyecciones cada tanto que eran Ran, ROFCAnime y Animefest, éstas proyecciones eran como maratones que duraban desde las 12 o 1pm hasta las 7pm todos encerrados en un cine mirando anime cagandonos de risa, y todos contentos los otakus asistíamos para estar al tanto de las cosas nuevas que salían y ver de vez en cuando algún clásico o guiño a los que nos gustaba Robotech pese a ser super difamado y dilapidado entre los otakus por la entonces reinante revista Lazer. Eso eran las fiestas, la gente no iba disfrazada, el único stand era el del fansub que te vendía sus videos para que te lleves el anime fresco a casa.

En el año 2001, hubo un primer intento llamado Cyberia Night, en claro homenaje al boliche de la serie Serial experiments Lain. Lo recuerdo claramente, se hizo en un pub por san telmo que no recuerdo el nombre, si habíamos 40 personas era mucho pese a haber volanteado lo más posible. Me acuerdo que todos aportábamos llevando nuestros CD’s de anime (no existían los pendrives) para colaborar con el DJ, y así escuchamos música de nuestras series favoritas y jodimos toda la noche. No puedo creer que ya hayan pasado más de diez años de aquella vez. Lamentablemente debido a la poca convocatoria la fiesta fue la primera y la última, y pasaría más de un año hasta la próxima vez. También la gente de ANIMEFEST había incursionado en 2002 con los Animefest All night long, pero duró muy poco tristemente.

Entre 2001 y 2002, ocurrió algo que marcó un antes y un después, fue cuando explotó la sección de Manga y Anime del foro Alkon, conocido por ser más bien de gamers. Al poco tiempo se volvió el foro de otakus con más discusiones donde todos se reunían para reseñar series y por suepuesto, quejarse y trollear. Un grupo de amigos de ese foro, algunos de ellos fanas de la música electrónica Koreana y Japonesa armaron la fiesta otaku nocturna que cambió la movida otaku dándole un giro de 180°, así, en el año 2003 nacía ANIMEGA PARADE, y nada volvería a ser lo mismo.










Luego de que el fin del 2001 y la llegada de la devaluación devastaran las importaciones y los precios se vayan a las nubes, las convenciones del estilo Fantabaires o la Obertobaires desaparecieron, para los fansubs también se puso difícil la situación, entonces la noche era la respuesta.
Primeramente en el boliche rollinga La Preciosa, luego pasó por la France, New York City, e incluso República Cromagnon, Animega se tenía que ir mudando porque se llenaba y no paraba de crecer, quedaba gente afuera, los Parraleños sonaban a pleno y se llenaba de cosplayers porque el primer premio era una Play2. Así y todo, las Animegas se hacían una vez cada varios meses, con suerte habían 3 en un año.

Obviamente debido al éxito de ANIMEGA, surgieron varios intentos fallidos e imitaciones, el entonces grupo Daicon (hoy Yamato) intentó innovar en la noche pero nunca logró alcanzar el éxito de Animega, quienes mientras tanto lanzaban su “mini-fiesta nocturna” llamada Synergy, donde apuntaban más a la movida oriental toda en vez de al anime, ahí pasaban K-pop a lo loco y películas japonesas, cabe destacar que sólo la gente de Kaze fansub (una de las mitades de Animega) era la que hacía esta fiesta, quienes también tenían un programa de radio (donde estuve varias veces de visita).
Las peleas envidiosas por internet por parte de los organizadores y sus respectivos lame-culos eran algo no muy distinto a los que arman hoy en día por Facebook, tal vez con menos cizaña que en aquél entonces, cuando el veneno hervía en el caldero.









En 2006 nace el concepto Lazer Day & Night, una joda que duraba un día entero, era en el boliche La Preciosa, contaba con stands, shows y concursos. Ahí se gestaba uno de los puteríos más comunes del fandom animero de hoy en día, los concursos de cosplay arreglados, donde siempre ganaban los mismos una y otra vez. Se hicieron varias ediciones pero la joda duró poco más de un año y medio, ya que la ausencia total de dignidad y escrúpulos por parte de un sector de la organizacion se encargó de ir despacito con el serrucho cagándole el laburo a aquellos que le dieron una mano cuando no era nadie, lo que desembocó en un derrumbe de calidad y el proyecto Eventos de Ivrea se cierra, aunque la editorial tenía intenciones de aliarse con un productor muy fuerte de eventos de anime que tenía una importante sede en Brasil, a lo que Ivrea comete el error de enviar a la persona equivocada a que le tramite la sociedad, envian a un traidor, que obviamente se la queda toda para él. Pero como dice el narrador de Conan el Bárbaro: Esa es otra historia.

El nacimiento de Jigoku y la nueva ola de eventos nocturnos:
El año 2008 marca el nacimiento de la empresa que se encargó de rescatar los viejos conceptos y llevarlos a una cima que jamás había visto el público otaku Argento, nacía Jigoku Argentina, y presentaba un abanico de propuestas, entre ellas Jigoku Night Style, que se celebraba en el boliche The End del barrio porteño de Flores, donde luego de unos dos años aproximadamente de realizar la mayoría de sus eventos ahí, la productora se muda a un prometedor predio ubicado en pleno centro porteño, llegaba Jigoku entonces al centro cultural Buen Ayre.








Así, en Julio de 2010 la idea de Jigoku Night Style muta en un nuevo concepto más cerca a la idea de la tribu alterna que para en la plaza de la Bond Street, y así nació la STREAM Night Party, quien en tan sólo un año pasó de convocar apenas 500 a 2000 personas, algo que nunca alcanzó ningún evento animero nocturno, pero no todo era color de rosas, la Stream había nacido como un evento otaku y gamer pero el contenido se iba desvirtuando cada vez más, habían camisetas mojadas, mucho metal, punk y rock nacional, hacían que se parezca más al boliche @lternativ@ que algo otaku, de modo que a principios de 2011 nace TOKYO STYLE, una fiesta donde la premisa principal siempre es tener contenido japonés y animado, aunque por supuesto con un fuerte bloque ochentoso occidental que sin dudas es lo más agitado de la noche.






La identidad tan poderosa que lograron alcanzar tanto la Stream como la Tokyo Style sólo pudieron ser superadas con su fusión, la semestral TOKYO STREAM, donde vivís lo mejor de ambas fiestas.
Entonces, para todos los pendejos que claman por un “cambio”, o que se quejan de que “siempre es lo mismo”, se mandan al muere solitos al decir esta clase de comentarios, ya que nunca fue lo mismo, todo estuvo mutando terriblemente durante éstos últimos diez años, los cambios ocurren según el contexto socio-cultural que vivimos en el momento, de no haber ocurrido la tragedia de Cromagnon quizás Animega seguiría siendo la reina de la noche, y tal vez de no haber habido devaluación Fantabaires no hubiera desaparecido, capaz si el CEO de Yamato no fuera un tipo tan extremadamente garca y sinvergüenza la editorial Ivrea no hubiera desaparecido de Argentina, hay miles de hipótesis, pero todo converge en que gracias a Kami-sama hoy en día la noche otaku está en muy buena manos, si querés rock alterno y un toquecito de anime andá a la Stream, y si querés una fiesta Otaku con toques de electro-pop occidental venite a la Tokyo Style.