Pedro Robledo: “Me duele que se diga que Macri es un facho o que los de La Cámpora son todos chorros”
Por Gabriela Pepe.- El año pasado fue agredido en una fiesta por ser gay y después lo recibió la Presidenta. Viene de una familia del Opus Dei, es funcionario del PRO y sueña con que el Jefe de Gobierno llegue a la Rosada, pero se reúne con Cristina y se considera amigo del Cuervo Larroque. Coincidencias con el kirchnerismo y críticas a Massa.
piter
“Piter” Robledo ve a Macri en 2015, por ser “el único que sube” en las encuestas.
En tiempos de paz política, y más aún en los de guerra, son pocos los funcionarios con asiento en el edificio ubicado en Bolívar 1 que pueden cruzar la Plaza de Mayo para ser recibidos de manera amigable en la oficina más importante de Balcarce 50. Pedro Robledo es uno de esos privilegiados.
“¿Cómo es que un militante del PRO tiene un discurso como el tuyo? Cuando te escuché en la tele pensé que eras uno de los nuestros”, le preguntó con curiosidad la Presidenta, palabras más palabras menos, en el primer encuentro que mantuvieron, en abril del año pasado, en la Casa Rosada. “Piter” –como lo llaman todos – había cobrado notoriedad pública un mes antes, por haber sido víctima de una agresión homofóbica. “Con Papa argentino, no hay putos argentinos”, le habían dicho en una fiesta privada, en San Isidro, donde Piter se divertía con amigos y su ex novio.
Tras el episodio, Robledo apareció, golpeado, en varios medios de comunicación, contando la historia que llamó la atención de Cristina. Nacido y criado en San Isidro, hijo de un matrimonio miembro del Opus Dei que tuvo diez hijos, hablaba de la problemática social, la diversidad, su obsesión por la equidad educativa y la distribución del ingreso. Cristina quiso entender el origen de aquel discurso, que sonaba distinto al seno del PRO.
-¿Y qué le explicaste?
-Vengo de una familia que supo tener un buen pasar económico pero en 2001estuvimos a tres días de irnos a vivir a la calle, teníamos la casa hipotecada y todas las cosas embaladas. Yo pasé de ir a un colegio bilingüe en el que todos hablaban con tono de San Isidro a un colegio público y a que mi mamá nos dijera que el té-cena era lo último de moda, porque necesitaba evitar una colación de comida. No nos alcanzaba la plata para comer. Cenábamos sandwiches de fideos y otra vez comíamos pan en el desayuno.
-¿Creés que eso te dio una mirada diferente?
-Me formó mucho, porque sé lo que es tener y no tener. Puedo ir a Punta del Este con mis amigos que tienen un buen pasar económico y también puedo estar en un barrio pobre. Me generó una armonía, me llevó a entender que ninguno es el malo ni el bueno, que todos somos iguales. Solamente que hay gente que no tiene oportunidad para acceder a ciertas cosas. Yo trabajé en la tele, en el teatro, en un call center, fui jardinero, lavé autos, y doy gracias a Dios, porque soy muy creyente, de que me haya pasado todo eso.
-Sos creyente a pesar de lo que sufriste, cuando invocaron el nombre del Papa para agredirte.
-Me parece que todos interpretaron cualquier cosa de lo que quiso decir Jesús. Hoy tenemos un Papa que, me puede gustar más o menos, pero al menos empieza a interpretar las cosas un poco mejor. Antes era como si los homosexuales no existiéramos. Ahora por lo menos el Papa nos nombra, empezamos a tener entidad. Probablemente no exista el matrimonio igualitario en la Iglesia, pero por lo menos hay síntomas de no odio.
Aquel mal trago de 2013 le abrió a Robledo puertas antes lejanas. De trabajar en sectores administrativos del Gobierno porteño y el área de diversidad de la Fundación Pensar, pasó a hacerse cargo de Políticas de Juventud de la Secretaría de Desarrollo Ciudadano –que depende de la Vicejefatura de Gobierno – desde donde impulsó el innovador programa Chau Tabú, que difunde información sobre salud sexual y reproductiva a jóvenes y adolescentes y responde preguntas online sin censura. Algo que le valió al Gobierno de la Ciudad la crítica de sectores conservadores.
“Cuando le presenté el proyecto a Mauricio le expliqué que el Estado tiene que estar presente en todos lados, dar respuestas fehacientes y certeras. Porque los pibes investigan igual, y si las respuestas no las da el Estado, las encuentran en los foros de Yahoo. Y no podemos permitir eso”, dice Robledo, que ahora trabaja en un programa similar, pero relacionado con drogas. También estudia temas relacionados con pueblos originarios e impulsa un proyecto de ley para beneficiar a personas trans.
-¿Encontrás eco en tu discurso dentro del PRO? ¿No es demasiado progresista para ese espacio?
-El PRO es un partido que tiene apenas ocho años de existencia y todavía tiene muchos caminos por abrir. Vamos construyendo de a poco. Si yo pude empezar a trabajar en temas de la comunidad LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales) es porque tuve el apoyo de los líderes del partido, principalmente de Mauricio.
Selfies con Cristina y el proyecto de Macri presidente
De aquel primer encuentro con Cristina –que fue seguido por otros tres –, Robledo guarda una foto que cuelga en la pared de su despacho, al lado de otra en la que se abraza con Macri. “Esa con Cristina la tengo tamaño gigante en mi casa. Y en el celular tengo una selfie que nos sacamos otro día. Mi mamá casi se muere, es anti K rabiosa. Le dice ‘dictadora’. Yo le tengo respeto, porque es la Presidenta y también cariño, porque se portó bárbaro conmigo. Siempre que le pedí algo, pudimos trabajar sin problemas”, dice.
Piter Robledo
-¿Qué es lo que te hace no ser kirchnerista?
-La poca institucionalidad y la falta de reglas de juego que propone el kirchnerismo. El no respeto por el sistema democrático, que no haya políticas a largo plazo, que Cristina no pueda decir “me equivoqué” y el tema del verticalismo. Mauricio es un tipo que se sienta con los ministros, pregunta, escucha opiniones, dice cuando se equivoca. Me pregunta cosas a mí, que tengo 23 años, para aprender de lo que estoy haciendo.
Por Macri, Robledo siente una admiración reverencial. “Lo vi por primera vez en 2012. Lo abracé y me puse a llorar. Me emocioné. Es mi líder. Para mí es una gran persona, me enseña a ser humilde y no tengo dudas de que va a ser presidente”, dice.
-¿Crees en la teoría que dice que Cristina prefiere que su sucesor sea Macri?
-Cristina ama la política. Y no quiere un payaso como conductor. Me parece que ve que (Daniel) Scioli no puede gobernar el país, porque claramente no puede con la provincia. Todo hace agua. Y (Sergio) Massa nos toma el pelo con lo del Frente Renovador, que es el Frente Reciclador, porque recicla todo el poder del conurbano. ¿Cómo es? ¿Fue jefe de Gabinete del Gobierno y de pronto se dio cuenta de que estaba todo mal? Es muy perverso lo que hace, dice lo que la gente quiere escuchar, miente descaradamente. Massa me da miedo, mejor que se quede en el country. La Presidenta dijo que uno de los pocos políticos que dice lo que piensa es Macri, y es cierto.
Además de su rol en la gestión, el funcionario también representa al PRO en la mesa de juventudes políticas, que comparte con Andrés “el Cuervo” Larroque y Horacio Pietragalla, de La Cámpora, y Leandro Santoro, de la UCR, acompañados por la Sedronar y Red Solidaria.
-¿Se discute mucho en esa mesa?
-La última vez nos matamos, hablando de Cuba. Porque debatimos el concepto de libertad. Yo digo que los Castro son unos dictadores y ellos dicen que no. Pero es genial que tengamos debates. Y cuando nos ponemos a trabajar juntos salen cosas buenísimas.
-¿Por ejemplo?
-La ley contra la violencia en las escuelas, que fue un proyecto creado en el seno del kirchnerismo, que había pasado por Diputados y estaba en el Senado y se frenó porque yo fui a ver a Cristina y le propuse modificaciones. Volvió todo para atrás, a Diputados, se sentó el PRO con el kirchnerismo y salió una ley bárbara.
-¿Te llevás bien con Larroque?
-El Cuervo es mi amigo, lo considero así. Tenemos diferencias políticas claras. Pero me parece un tipo sincero y que lucha políticamente por lo que cree que es mejor para el país. Ellos están convencidos de algunas cosas que hacen, ganaron con el 54 por ciento y son gobierno. Hay que respetar lo que creen, son las reglas del juego. Después vendrá otro gobierno y pensará diferente. Me duele el nivel de odio que se genera entre lo contrario, que se diga por un lado que Macri es un facho y los del PRO odian a los pobres, y por el otro que los de La Cámpora son todos chorros y quieren destruir a la clase media alta. No es así.
-¿Qué cosas le reconocés al kirchnerismo?
-Que le devolvió derechos a comunidades que antes no existían para el Estado. A los homosexuales nos devolvió la calidad de ciudadanos. Y otro punto fundamental, que agradezco, es que recuperó el rol presidencial y del Estado que se había perdido en los ‘90. Hoy quien toma las decisiones es el Estado.
Peter Robrero 5-El matrimonio igualitario no es una ley que el PRO haya acompañado masivamente.
-El único partido que acompañó masivamente fue el socialismo. El kirchnerismo votó 60 por ciento a favor y 40, en contra. El PRO tenía siete diputados y votaron cuatro en contra y tres a favor. Estaba dividido, pero con el tiempo ves cosas que cambian. Y por ejemplo, ahora la Ciudad tiene una ley que permite a los homosexuales donar sangre, cuando en el resto del país está prohibido. Se han dado muchos pasos.
-¿Cuál es el fuerte del PRO?
-La gestión, la administración pública. El ciudadano ve la inversión.
-La Ciudad también aumentó exponencialmente su deuda durante esta gestión.
-El tema de la deuda no es un riesgo. Todos los países y ciudades del mundo se endeudan para hacer cambios estructurales.
-¿Qué cambios estructurales justifican tanto endeudamiento?
-Por ejemplo, la creación de la Policía Metropolitana, la extensión de la red de subte, el Metrobus, la creación del Polo Tecnológico en Parque Patricios, la mudanza de la sede administrativa del estado a Barracas, los espacios públicos se han mejorado para que el ciudadano disfrute.
-¿Qué crítica harías hacia adentro del partido?
-A veces me parece que tomamos decisiones apresuradas. Eso tal vez habla de inmadurez política. Después tenemos que salir a pedir disculpas, como pasó con el Borda. Pero creo que nunca nadie pensó que el PRO iba a tener el protagonismo político que tiene hoy. Durante mucho tiempo la corporación política y los medios nos subestimaron. Hoy ves que Massa va para abajo en las encuestas, Scioli está estancado y el único que sube es Mauricio. Pensaron que éramos unos tontos con globos.
Robledo mira por la ventana y dice que hace un par de horas habló con Oscar Parrilli para pedirle una nueva reunión a Cristina. “Me gustaría hablar con ella para que me explique por qué está haciendo esto con los fondos buitre y con la ley de abastecimiento. No sé si voy a estar de acuerdo pero quiero entenderla”, dice.
-¿Y funciona así? ¿La llamás para que te explique algo y te recibe?
-Bueno, hasta ahora… Una vez le cuestioné lo de las rejas de la Casa Rosada y ella me explicó que la había arreglado toda, la había dejado muy linda y no quería que la destruyeran. Y tiene razón. Ya le dije a Mauricio que nos la dejó divina.

Por Gabriela Pepe.- El año pasado fue agredido en una fiesta por ser gay y después lo recibió la Presidenta. Viene de una familia del Opus Dei, es funcionario del PRO y sueña con que el Jefe de Gobierno llegue a la Rosada, pero se reúne con Cristina y se considera amigo del Cuervo Larroque. Coincidencias con el kirchnerismo y críticas a Massa.
piter
“Piter” Robledo ve a Macri en 2015, por ser “el único que sube” en las encuestas.
En tiempos de paz política, y más aún en los de guerra, son pocos los funcionarios con asiento en el edificio ubicado en Bolívar 1 que pueden cruzar la Plaza de Mayo para ser recibidos de manera amigable en la oficina más importante de Balcarce 50. Pedro Robledo es uno de esos privilegiados.
“¿Cómo es que un militante del PRO tiene un discurso como el tuyo? Cuando te escuché en la tele pensé que eras uno de los nuestros”, le preguntó con curiosidad la Presidenta, palabras más palabras menos, en el primer encuentro que mantuvieron, en abril del año pasado, en la Casa Rosada. “Piter” –como lo llaman todos – había cobrado notoriedad pública un mes antes, por haber sido víctima de una agresión homofóbica. “Con Papa argentino, no hay putos argentinos”, le habían dicho en una fiesta privada, en San Isidro, donde Piter se divertía con amigos y su ex novio.
Tras el episodio, Robledo apareció, golpeado, en varios medios de comunicación, contando la historia que llamó la atención de Cristina. Nacido y criado en San Isidro, hijo de un matrimonio miembro del Opus Dei que tuvo diez hijos, hablaba de la problemática social, la diversidad, su obsesión por la equidad educativa y la distribución del ingreso. Cristina quiso entender el origen de aquel discurso, que sonaba distinto al seno del PRO.
-¿Y qué le explicaste?
-Vengo de una familia que supo tener un buen pasar económico pero en 2001estuvimos a tres días de irnos a vivir a la calle, teníamos la casa hipotecada y todas las cosas embaladas. Yo pasé de ir a un colegio bilingüe en el que todos hablaban con tono de San Isidro a un colegio público y a que mi mamá nos dijera que el té-cena era lo último de moda, porque necesitaba evitar una colación de comida. No nos alcanzaba la plata para comer. Cenábamos sandwiches de fideos y otra vez comíamos pan en el desayuno.
-¿Creés que eso te dio una mirada diferente?
-Me formó mucho, porque sé lo que es tener y no tener. Puedo ir a Punta del Este con mis amigos que tienen un buen pasar económico y también puedo estar en un barrio pobre. Me generó una armonía, me llevó a entender que ninguno es el malo ni el bueno, que todos somos iguales. Solamente que hay gente que no tiene oportunidad para acceder a ciertas cosas. Yo trabajé en la tele, en el teatro, en un call center, fui jardinero, lavé autos, y doy gracias a Dios, porque soy muy creyente, de que me haya pasado todo eso.
-Sos creyente a pesar de lo que sufriste, cuando invocaron el nombre del Papa para agredirte.
-Me parece que todos interpretaron cualquier cosa de lo que quiso decir Jesús. Hoy tenemos un Papa que, me puede gustar más o menos, pero al menos empieza a interpretar las cosas un poco mejor. Antes era como si los homosexuales no existiéramos. Ahora por lo menos el Papa nos nombra, empezamos a tener entidad. Probablemente no exista el matrimonio igualitario en la Iglesia, pero por lo menos hay síntomas de no odio.
Aquel mal trago de 2013 le abrió a Robledo puertas antes lejanas. De trabajar en sectores administrativos del Gobierno porteño y el área de diversidad de la Fundación Pensar, pasó a hacerse cargo de Políticas de Juventud de la Secretaría de Desarrollo Ciudadano –que depende de la Vicejefatura de Gobierno – desde donde impulsó el innovador programa Chau Tabú, que difunde información sobre salud sexual y reproductiva a jóvenes y adolescentes y responde preguntas online sin censura. Algo que le valió al Gobierno de la Ciudad la crítica de sectores conservadores.
“Cuando le presenté el proyecto a Mauricio le expliqué que el Estado tiene que estar presente en todos lados, dar respuestas fehacientes y certeras. Porque los pibes investigan igual, y si las respuestas no las da el Estado, las encuentran en los foros de Yahoo. Y no podemos permitir eso”, dice Robledo, que ahora trabaja en un programa similar, pero relacionado con drogas. También estudia temas relacionados con pueblos originarios e impulsa un proyecto de ley para beneficiar a personas trans.

-¿Encontrás eco en tu discurso dentro del PRO? ¿No es demasiado progresista para ese espacio?
-El PRO es un partido que tiene apenas ocho años de existencia y todavía tiene muchos caminos por abrir. Vamos construyendo de a poco. Si yo pude empezar a trabajar en temas de la comunidad LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales) es porque tuve el apoyo de los líderes del partido, principalmente de Mauricio.
Selfies con Cristina y el proyecto de Macri presidente
De aquel primer encuentro con Cristina –que fue seguido por otros tres –, Robledo guarda una foto que cuelga en la pared de su despacho, al lado de otra en la que se abraza con Macri. “Esa con Cristina la tengo tamaño gigante en mi casa. Y en el celular tengo una selfie que nos sacamos otro día. Mi mamá casi se muere, es anti K rabiosa. Le dice ‘dictadora’. Yo le tengo respeto, porque es la Presidenta y también cariño, porque se portó bárbaro conmigo. Siempre que le pedí algo, pudimos trabajar sin problemas”, dice.
Piter Robledo
-¿Qué es lo que te hace no ser kirchnerista?
-La poca institucionalidad y la falta de reglas de juego que propone el kirchnerismo. El no respeto por el sistema democrático, que no haya políticas a largo plazo, que Cristina no pueda decir “me equivoqué” y el tema del verticalismo. Mauricio es un tipo que se sienta con los ministros, pregunta, escucha opiniones, dice cuando se equivoca. Me pregunta cosas a mí, que tengo 23 años, para aprender de lo que estoy haciendo.
Por Macri, Robledo siente una admiración reverencial. “Lo vi por primera vez en 2012. Lo abracé y me puse a llorar. Me emocioné. Es mi líder. Para mí es una gran persona, me enseña a ser humilde y no tengo dudas de que va a ser presidente”, dice.
-¿Crees en la teoría que dice que Cristina prefiere que su sucesor sea Macri?
-Cristina ama la política. Y no quiere un payaso como conductor. Me parece que ve que (Daniel) Scioli no puede gobernar el país, porque claramente no puede con la provincia. Todo hace agua. Y (Sergio) Massa nos toma el pelo con lo del Frente Renovador, que es el Frente Reciclador, porque recicla todo el poder del conurbano. ¿Cómo es? ¿Fue jefe de Gabinete del Gobierno y de pronto se dio cuenta de que estaba todo mal? Es muy perverso lo que hace, dice lo que la gente quiere escuchar, miente descaradamente. Massa me da miedo, mejor que se quede en el country. La Presidenta dijo que uno de los pocos políticos que dice lo que piensa es Macri, y es cierto.
Además de su rol en la gestión, el funcionario también representa al PRO en la mesa de juventudes políticas, que comparte con Andrés “el Cuervo” Larroque y Horacio Pietragalla, de La Cámpora, y Leandro Santoro, de la UCR, acompañados por la Sedronar y Red Solidaria.

-¿Se discute mucho en esa mesa?
-La última vez nos matamos, hablando de Cuba. Porque debatimos el concepto de libertad. Yo digo que los Castro son unos dictadores y ellos dicen que no. Pero es genial que tengamos debates. Y cuando nos ponemos a trabajar juntos salen cosas buenísimas.
-¿Por ejemplo?
-La ley contra la violencia en las escuelas, que fue un proyecto creado en el seno del kirchnerismo, que había pasado por Diputados y estaba en el Senado y se frenó porque yo fui a ver a Cristina y le propuse modificaciones. Volvió todo para atrás, a Diputados, se sentó el PRO con el kirchnerismo y salió una ley bárbara.
-¿Te llevás bien con Larroque?
-El Cuervo es mi amigo, lo considero así. Tenemos diferencias políticas claras. Pero me parece un tipo sincero y que lucha políticamente por lo que cree que es mejor para el país. Ellos están convencidos de algunas cosas que hacen, ganaron con el 54 por ciento y son gobierno. Hay que respetar lo que creen, son las reglas del juego. Después vendrá otro gobierno y pensará diferente. Me duele el nivel de odio que se genera entre lo contrario, que se diga por un lado que Macri es un facho y los del PRO odian a los pobres, y por el otro que los de La Cámpora son todos chorros y quieren destruir a la clase media alta. No es así.
-¿Qué cosas le reconocés al kirchnerismo?
-Que le devolvió derechos a comunidades que antes no existían para el Estado. A los homosexuales nos devolvió la calidad de ciudadanos. Y otro punto fundamental, que agradezco, es que recuperó el rol presidencial y del Estado que se había perdido en los ‘90. Hoy quien toma las decisiones es el Estado.
Peter Robrero 5-El matrimonio igualitario no es una ley que el PRO haya acompañado masivamente.
-El único partido que acompañó masivamente fue el socialismo. El kirchnerismo votó 60 por ciento a favor y 40, en contra. El PRO tenía siete diputados y votaron cuatro en contra y tres a favor. Estaba dividido, pero con el tiempo ves cosas que cambian. Y por ejemplo, ahora la Ciudad tiene una ley que permite a los homosexuales donar sangre, cuando en el resto del país está prohibido. Se han dado muchos pasos.
-¿Cuál es el fuerte del PRO?
-La gestión, la administración pública. El ciudadano ve la inversión.
-La Ciudad también aumentó exponencialmente su deuda durante esta gestión.
-El tema de la deuda no es un riesgo. Todos los países y ciudades del mundo se endeudan para hacer cambios estructurales.
-¿Qué cambios estructurales justifican tanto endeudamiento?
-Por ejemplo, la creación de la Policía Metropolitana, la extensión de la red de subte, el Metrobus, la creación del Polo Tecnológico en Parque Patricios, la mudanza de la sede administrativa del estado a Barracas, los espacios públicos se han mejorado para que el ciudadano disfrute.
-¿Qué crítica harías hacia adentro del partido?
-A veces me parece que tomamos decisiones apresuradas. Eso tal vez habla de inmadurez política. Después tenemos que salir a pedir disculpas, como pasó con el Borda. Pero creo que nunca nadie pensó que el PRO iba a tener el protagonismo político que tiene hoy. Durante mucho tiempo la corporación política y los medios nos subestimaron. Hoy ves que Massa va para abajo en las encuestas, Scioli está estancado y el único que sube es Mauricio. Pensaron que éramos unos tontos con globos.
Robledo mira por la ventana y dice que hace un par de horas habló con Oscar Parrilli para pedirle una nueva reunión a Cristina. “Me gustaría hablar con ella para que me explique por qué está haciendo esto con los fondos buitre y con la ley de abastecimiento. No sé si voy a estar de acuerdo pero quiero entenderla”, dice.
-¿Y funciona así? ¿La llamás para que te explique algo y te recibe?
-Bueno, hasta ahora… Una vez le cuestioné lo de las rejas de la Casa Rosada y ella me explicó que la había arreglado toda, la había dejado muy linda y no quería que la destruyeran. Y tiene razón. Ya le dije a Mauricio que nos la dejó divina.