Malala dona su premio para reconstruir colegios en Gaza
Más de 1100 niños de la Franja de Gaza han vuelto al colegio. Fue destruido por bombardeos israelíes durante la última agresión y ha sido reconstruido gracias a una donación de la joven activista Malala Yousafzai.
Los niños de Juzaa, al sur de la Franja de Gaza, vuelven por fin a las aulas. Su colegio fue duramente bombardeado durante la operación israelí Margen Protector. La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en Oriente Próximo (UNRWA) ha logrado reconstruirlo gracias a una donación de la premio Nobel de la Paz, la joven paquistaní Malala.
El pasado octubre, durante la entrega del Premio del Mundo de los Niños en Estocolmo (Suecia), Malala anunció que el total del dinero que suponía dicho premio sería para los niños de Gaza.
Gracias a Malala, más de 1100 niños y niñas han vuelto al colegio. Es un rayo de esperanza para unos niños que han sido testigos de una guerra sin cuartel, para unos niños que no se explican por qué ellos tienen que sufrir estas atrocidades, unos niños que solo quieren jugar, reír y aprender.

Más de 1100 niños de la Franja de Gaza han vuelto al colegio. Fue destruido por bombardeos israelíes durante la última agresión y ha sido reconstruido gracias a una donación de la joven activista Malala Yousafzai.
Los niños de Juzaa, al sur de la Franja de Gaza, vuelven por fin a las aulas. Su colegio fue duramente bombardeado durante la operación israelí Margen Protector. La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en Oriente Próximo (UNRWA) ha logrado reconstruirlo gracias a una donación de la premio Nobel de la Paz, la joven paquistaní Malala.
El pasado octubre, durante la entrega del Premio del Mundo de los Niños en Estocolmo (Suecia), Malala anunció que el total del dinero que suponía dicho premio sería para los niños de Gaza.
Gracias a Malala, más de 1100 niños y niñas han vuelto al colegio. Es un rayo de esperanza para unos niños que han sido testigos de una guerra sin cuartel, para unos niños que no se explican por qué ellos tienen que sufrir estas atrocidades, unos niños que solo quieren jugar, reír y aprender.