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SAT lo que es del SAT



El anuncio de que los ingresos de las iglesias serán fiscalizados ha causado revuelo entre los religiosos. Argumentan que es muy poco lo que reciben como para declararlo, sin embargo, con casi cien millones de católicos en México, los números dicen otra cosa

A partir del 1 de septiembre, las iglesias deberán fiscalizar sus ingresos.

Tras darse a conocer la noticia, los sacerdotes elevaron su grito hasta el cielo, al considerar esto injusto y oneroso, siempre bajo el argumento de que son pocas limosnas que reciben.

Y aunque en algunos casos incluso podrían declarase en franca rebeldía, lo cierto es que los tiempos del “dinero sagrado”, parecen haber acabado.

El Sistema de Administración Tributaria (SAT) fiscalizará a todas las iglesias e instituciones religiosas como conventos, seminarios y, sobre todo, las de obras asistenciales relacionadas con cultos, las cuales serán puestas en la báscula hacendaria como sucede con todos los demás mortales.

En México, las iglesias reciben las limosnas en función a su ubicación, cantidad de fieles y número de ceremonias sacramentales que celebran, las cuales hasta la fecha han sido secretas.

Y aunque las monjas católicas tienen en su mayoría voto de pobreza, casi todas las órdenes sacerdotales están exentas de esa promesa y pueden tener posesiones que van desde vehículos, casas o cuentas bancarias.

En teoría, los ingresos de las iglesias están encaminados a obras de asistencia social, sin embargo, tendrán que ser fiscalizadas y entrar al rasero de los debes y haberes para dar el resultado del pago correspondiente al erario.

En México no existen datos precisos –ni imprecisos– sobre la cantidad de dinero que manejan las instituciones católicas, pero se podria tener una idea tomando como referencia España.

El país ibérico, con la mitad de católicos y una peor crisis económica que México, recibe una subvención de impuestos considerada en más de 11 mil millones de euros anuales, lo que allá equivale al un poco más del 1 por ciento de su PIB, según el sitio de internet laicismo.org.

Además, allá esto incluye una partida de los impuestos para “fines sociales”, que van directamente a 40 organizaciones católicas consideradas ONG, que reciben en conjunto 120 millones euros, –lo que ha puesto muy enojados a los españoles sumidos en una situación económica inédita–.

“La iglesia católica española es inmensamente rica, no está sufriendo la crisis y además disfruta de un verdadero paraíso fiscal, al estar libre de pagar impuestos, como el IBI, obras, sociedades, etc. Y la inmensa mayoría de los bienes que están en su poder y de sus cuentas son totalmente opacas. Esta situación es ilegítima y presuntamente ilegal, con la complicidad y asentimiento de los poderes públicos, ello supone que podrían estar cometiendo diversos presuntos delitos”, refiere el sitio.

Con esos números se podría especular un equivalente con las oscuras finanzas católicas en México.

Si en España hay 44 millones 450 mil católicos, y en México se declaran fieles 99 millones 123 mil, y allá condonan 11 mil millones de euros, la cantidad nacional podría ser el doble.

En este sentido, la condonación de parte de la Hacienda mexicana sería de 22 mil millones de euros anuales, lo que corresponde a 418 mil millones de pesos que se dejan de recibir, y en cambio son para utilidad de los religiosos o del mismo Vaticano, a donde va por regla un porcentaje de lo que recaudan las diócesis de todo el mundo.

En este caso la cantidad que dejaría de percibir la SHCP en proporción a España, ascendería al 2.49 del total del PIB nacional, que asciende a 1.26 billones de dólares anuales.

La suma no es nada despreciable y ante las tribulaciones tributarias, una reforma fiscal que según especialistas ha resultado antirecaudatoria, los grandes cobradores mexicanos pusieron los ojos en el futuro y decidieron fiscalizar a la iglesia, lo que afecta en superlativo, por mayoría de instituciones e iglesias, a los católicos.

Hasta ahora, la Segob tiene un presupuesto de 60 millones de pesos para la Subsecretaría de Migración y Asuntos Religiosos, más 54 millones para subsidios a organismos religiosos.