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El ex medallista olímpico y actual capitán del equipo chileno de Copa Davis, aborda el hecho de ser hijo de un matrimonio mixto. Además, promete una futura visita a Israel.

“¿Judío o palestino?” La pregunta en algo lo incomoda. El “Nico” prefiere sumar y no restar. Y es que se siente orgulloso de sus orígenes. Manuel Massú, su padre. Sonia Fried, la popular “Tía Sonia”, su madre. Hoy, a sus 36 años, se atreve a hablar de un tema tabú. Y lo hace desde España, donde por estos días se encuentra disfrutando de sus vacaciones, tras liderar el vibrante triunfo ante Colombia por Copa Davis.

-¿Qué relación tienes con el judaísmo?

-Bueno, toda la familia de mi mamá es judía. Desde chico tuve tanto la influencia católica, propia de mi papá, como la influencia judía de mi mamá.

Cabe añadir acá que buena parte de la influencia familiar judía del Nico provino de su abuelo materno, Ladislao Fried (Z.L.), quien llegó a Chile desde Hungría, escapando del Holocausto. Fue Fried quien le regaló al Nico su primera raqueta y lo incentivó y acompañó en sus primeros años en la arcilla.

-¿Te complicó en algún momento la combinación de padre palestino y mamá judía?

-No, cero. Nunca fue tema, fue siempre bien llevado por mis padres y mi familia. Esto, a pesar de que hace 30 años quizás esa combinación (palestina-judía) era más difícil de llevar que hoy.

“La verdad, siempre lo tomé con madurez y al final que mi mamá fuese judía y mi papá palestino no pasaba de ser una simple anécdota. Más allá de ser un problema, la mezcla para mí ha sido linda.
Es bonito tener sangre judía y palestina”.

-¿Te sientes judío o católico?

-Tengo las dos partes, la de mi mamá y la de mi papá. Las dos partes han sido valiosas en mi vida y me siento orgulloso de mis orígenes.

–¿Recuerdas alguna tradición judía que hayas celebrado?

-Bueno, tal como voy a la iglesia católica, también siempre he ido a la sinagoga. Siempre me trataron de inculcar el valor por la religión. De pequeño, recuerdo haber compartido en más de alguna celebración judía, particularmente, con mi familia materna.

-¿Conoces Israel?

-Sí. Estuve allá el año 2007 para una serie de Copa Davis, que lamentablemente perdimos. Fue en Ramat Hasharon. La verdad, fue casi lo único que pude conocer. Una zona muy linda.

-¿Qué te llamó la atención de Israel?

-La gente, es muy cariñosa. Tengo muchos amigos allá de la época de juvenil.

-¿Te gustaría volver a Israel, ahora de turista?

-Sí, por supuesto. Por lo poco que conocí, es un país maravilloso. Pretendo volver, eso es seguro. Está dentro de mis planes.

-Hace ya tres años que te retiraste del tenis, ¿te sientes realizado en tu cargo de capitán del equipo chileno de Copa Davis?

-La verdad que sí. Estoy muy contento. Tengo la juventud, la energía para liderar este proyecto, a lo que hay que agregar que los resultados nos han acompañado.

Agarré el equipo hace dos años y medio en “tercera división” y ahora estamos peleando para subir al Grupo Mundial de Copa Davis, donde están las 16 mejores escuadras del mundo. Mi llegada a la Copa Davis no pudo haber sido mejor. Hemos ganado seis series seguidas y la idea es seguir escalando.

-En septiembre jugamos el repechaje ante Canadá y de visitante, ¿qué expectativas tienes?

-Será una serie muy difícil, puesto que nos tocará jugar de visita y nos pondrán una cancha muy rápida y jugadores de primer nivel, pero la motivación está y no la pensamos perder. Hay que jugarse la opción. Uno siempre trata de enfrentar a los mejores del mundo y ahora nos toca un bonito desafío.

“No tenemos nada que perder, sino que mucho que ganar”.