Gallardo dio marcha atrás y se queda en River
El presidente del club, José María Aguilar, viajó especialmente a Mar del Plata con otros dos dirigentes y entre todos lo convencieron de que abandonara su idea de irse. El volante estaba golpeado porque sentía que lo responsabilizaban por la renuncia de Merlo.
River, por una u otra cosa, siempre es noticia. Ahora, contra todos los pronósticos, Marcelo Gallardo no se va, según confirmó a las 13.50 el propio presidente José María Aguilar, quien viajó a Mar del Plata junto a otros dos dirigentes de peso (Domingo Díaz y Mario Israel) para convencerlo de que diera marcha atrás con su decisión de irse, dolido porque lo responsabilizaban por la renuncia de Merlo.
Misión posible
Los dirigentes de River, José María Aguilar, Domingo Díaz y Mario Israel, llegaron poco después del mediodía al Hotel Primacy de Mar del Plata, donde entraron directamente al estacionamiento, sin frenar ante los muchos periodistas apostados en el lugar. Se registraron y subieron a dejar los equipajes en el noveno piso. Sin perder tiempo, bajaron a la habitación de Gallardo, en el cuarto piso. Ahí también estaba el representante del volante, Juan Berros.
Hicieron, entre todos, un análisis de cómo se sucedieron estas vertiginosas horas en la vida de River. Gallardo contó el mal momento que estaba viviendo y se lamentó, una vez más, por haber quedado ante la opinión pública como el principal responsable de la renuncia de Merlo. También contó que recibió amenazas; telefónicas y que, a partir de todas estas cosas, no estaban dadas las cosas para seguir.
Los directivos escucharon el descargo del Muñeco y nunca perdieron de vista que el club le debe cerca de 1.000.000 de dólares. Y siempre tuvieron un objetivo claro: convencerlo de que diera marcha atrás en su decisión de ayer. Convencerlo duró poquito más de una hora.
El resto de los jugadores, a su vez, después de almorzar no fueron a sus habitaciones. Se dirigieron al lobby del hotel, donde repentinamente aparecieron en fila Aguilar, Israel, Díaz, Berros y el propio Gallardo. Las caras que se veían eran de pura felicidad. A esa altura, nadie lo dudaba: la continuidad de Gallardo estaba asegurada.
Aguilar, en su rol de presidente, fue la voz cantante frente al grupo y anunció, en una reunión que duró no más de cinco minutos, que Gallardo seguía en el plantel.
Juente: www.clarin.com
(una página de noticias, se las recomiendo)[/NEWBIE]
El presidente del club, José María Aguilar, viajó especialmente a Mar del Plata con otros dos dirigentes y entre todos lo convencieron de que abandonara su idea de irse. El volante estaba golpeado porque sentía que lo responsabilizaban por la renuncia de Merlo.
River, por una u otra cosa, siempre es noticia. Ahora, contra todos los pronósticos, Marcelo Gallardo no se va, según confirmó a las 13.50 el propio presidente José María Aguilar, quien viajó a Mar del Plata junto a otros dos dirigentes de peso (Domingo Díaz y Mario Israel) para convencerlo de que diera marcha atrás con su decisión de irse, dolido porque lo responsabilizaban por la renuncia de Merlo.
Misión posible
Los dirigentes de River, José María Aguilar, Domingo Díaz y Mario Israel, llegaron poco después del mediodía al Hotel Primacy de Mar del Plata, donde entraron directamente al estacionamiento, sin frenar ante los muchos periodistas apostados en el lugar. Se registraron y subieron a dejar los equipajes en el noveno piso. Sin perder tiempo, bajaron a la habitación de Gallardo, en el cuarto piso. Ahí también estaba el representante del volante, Juan Berros.
Hicieron, entre todos, un análisis de cómo se sucedieron estas vertiginosas horas en la vida de River. Gallardo contó el mal momento que estaba viviendo y se lamentó, una vez más, por haber quedado ante la opinión pública como el principal responsable de la renuncia de Merlo. También contó que recibió amenazas; telefónicas y que, a partir de todas estas cosas, no estaban dadas las cosas para seguir.
Los directivos escucharon el descargo del Muñeco y nunca perdieron de vista que el club le debe cerca de 1.000.000 de dólares. Y siempre tuvieron un objetivo claro: convencerlo de que diera marcha atrás en su decisión de ayer. Convencerlo duró poquito más de una hora.
El resto de los jugadores, a su vez, después de almorzar no fueron a sus habitaciones. Se dirigieron al lobby del hotel, donde repentinamente aparecieron en fila Aguilar, Israel, Díaz, Berros y el propio Gallardo. Las caras que se veían eran de pura felicidad. A esa altura, nadie lo dudaba: la continuidad de Gallardo estaba asegurada.
Aguilar, en su rol de presidente, fue la voz cantante frente al grupo y anunció, en una reunión que duró no más de cinco minutos, que Gallardo seguía en el plantel.
Juente: www.clarin.com
