NUEVO RECLAMO ULTRA K A CRISTINA
Obsesión K (1): Que el Estado comercialice granos
El diario Página/12 insiste e insiste con la idea de que llevando al Estado Nacional a la comercialización de cereales, se conseguiría que las existencias en silobolsas fluyeran hacia la exportación. Es una idea bastante estúpida, al punto que hasta ahora la propia Cristina Fernández de Kirchner la sobrevoló y no se detuvo. Pero aquí va, otro intento más, con la firma de Alfredo Zaiat, a quien alguna vez ella ponderó como periodista militante.
"(...) El productor deberá decidir previamente si elige el sistema de comercialización estatal-privado (de capitales mixtos), y en caso afirmativo, deberá definir las toneladas aproximadas. Esto se realizaría a través de los acopios cooperativos o privados. Al momento de la entrega del producto, la agencia pagará el 60% o 70% del valor total. Con todo el producto se hará un pool de granos que luego se venderá según las prioridades al mercado interno (para la molienda o entregado a “fasón” a las plantas de empresas nacionales para luego obtener aceite y subproductos) y el saldo será exportado. (...) Si el precio de venta final es inferior al monto entregado al inicio, la agencia o el Estado se harán cargo de esa diferencia que lo recuperará en años siguientes. (...)"
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). 5 conceptos esenciales a tener en cuenta:
> la participación de los pequeños productores cerealeros en la producción total argentina es mínima, y muy inferior aún es su capacidad de retención de granos;
> la propiedad de la producción (vale la pena la redundancia) es de los productores. Es inconstitucional obligarlos a vender contra su voluntad y en especial en días de fuerte desvalorización de la moneda doméstica. Si el Estado no cesa la desvalorización ¿por qué habría de obligarlos a ir en contra de sus propios intereses?;
> el campo no precisa de subsidios sino de libertad de comercialización. Los precios son internacionales y las condiciones de compra/venta, también. Sí precisaría de menores impuestos a la exportación, llamados retenciones pero de eso nunca escribe la prensa K;
> para participar del comercio exterior se precisa de instrumentos financieros llamados Cartas de Exportación, a los que hoy día no puede acceder el Estado argentino en condiciones de mercado, a causa de su renovado default; y
> periodistas como Alfredo Zaiat alentaron la creación de Enarsa, la petrolera que no participa del comercio de hidrocarburos porque no le era eficiente ni a YPF; promovieron Aerolíneas Argentinas como la gran aerolínea de bandera y ahora no saben cómo la financiarán luego de Cristina porque es un fracaso financiero; y apostaron al castigo a los 'fondos buitres' y ahora hay pánico en el mundo K por las consecuencias de su propia decisión. ¿No será mejor hacer menos periodismo militante y un poco más de periodismo verdadero?
Realizadas estas aclaraciones, vamos a un fragmento del texto de Alfredo Zaiat en el diario Página/12:
"(...) Un reciente informe del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz estima que, de acuerdo a datos oficiales en base a los embarques, procesamiento de la industria y habilitación de registros de exportación (ROE), todavía restaría por comercializar entre 42 y 52 por ciento de la cosecha de soja 2013/14. Calcula que el acopio de la producción por parte de los productores representa entre 7000 y 11 mil millones de dólares. El documento evalúa que “en un contexto de baja en los precios internacionales del cultivo, este comportamiento especulativo de retener la cosecha sólo podría explicarse como parte de una estrategia que busca contraer la oferta de dólares, presionar el mercado de cambios y generar un salto devaluatorio tal que les permita obtener una renta extraordinaria que compense el deterioro de los ingresos debido a la caída de precios”.
Los autores de la investigación, los economistas Nicolás Hernán Zeolla y Ernesto Mattos, plantean la necesidad de la intervención del Estado para beneficiar a pequeños productores que no tienen espalda financiera para acopiar, y a la vez para ordenar el frente cambiario. “La respuesta podría venir del lado de la política pública pensando la posibilidad de implementar nuevos mecanismos estatales (o recrear algunos existentes) de intervención directa en el comercio exterior de granos, como tienen casi todos los países del mundo”, señalan.
Un dato poco difundido u ocultado es que la Argentina es el único de los siete principales exportadores de cereales (los otros son Estados Unidos, Unión Europea, Australia, Canadá, Rusia, Ucrania) que no posee mecanismos integrales de regulación de la comercialización de materias primas. En esos otros mercados líderes existen formas indirectas o directas de intervención que van desde transacciones realizadas por el sector privado con significativos subsidios hasta la determinación oficial de precios, incluyendo reglas de fijación de precios con el objetivo de corregir desvíos del mercado. Cada una de esas acciones ubican al Estado como un actor relevante en una actividad estratégica.
Regulación
El Centro de Estudios de la Corriente Agraria Nacional y Popular (Canpo) elaboró el documento “Aportes y desafíos: hacia una Agencia Nacional de Comercialización” abordando los rasgos fundamentales de la estructura del comercio exterior argentino. Para evitar confusiones, indican que una propuesta de esas características remite a pensar en instituciones pertenecientes al pasado, alejadas de la realidad actual, como la junta reguladora de granos y la de carnes creadas por los gobiernos conservadores de la década del treinta del siglo pasado, o durante el primer peronismo con el Instituto de Promoción del Intercambio (IAPI). La crisis internacional del ‘30 del siglo pasado impulsó a los conservadores a crear esas juntas, que el gobierno de Carlos Menem disolvió en 1991. Esa medida abrió de par en par el ingreso de las multinacionales en el mercado de granos restando protagonismo al Estado en el mercado, lo que otorgó a las cerealeras una amplia libertad para disponer de los recursos derivados de su actividad.
El informe aclara que las caracterizaciones de los actores del sector no son las del pasado lo que exige incorporar necesariamente los profundos cambios que desde mediados de la década del ‘70 y con mayor fuerza a partir de los años ‘90 se fueron generando a partir de la incorporación de nuevos esquemas de organización y comercialización de la producción, además del mayor grado de sofisticación financiera y fiscal de los principales actores del mercado de exportación. Menciona que debe precisarse los actores en los sectores de la producción, del trabajo, del comercio, del transporte y del sistema financiero que se requieren para promover una “Agencia Nacional de Comercialización” de capitales mixtos, destacando que debe ser “el Estado el ente que regule (ese mercado) si se quiere garantizar el interés general”.
Interés general
La propuesta del Canpo es conformar una mesa de trabajo entre diferentes actores del sector para establecer un orden de prioridades, definir el formato y la conformación de la Agencia Nacional de Comercialización (qué aportaría cada uno de agentes privados y el Estado), y establecer la cantidad y calidad de los recursos humanos necesarios. La agencia operaría de la siguiente manera:
- Mediante una operación clásica de compra a través de acopios o en forma directa en el mercado disponible y en el mercado futuro.
- Comprando y pagando el grano en el momento de la entrega de la mercadería como normalmente opera cualquier otra empresa.
- La forma deberá ser novedosa para distinguirla del resto de las empresas.
Existen modelos exitosos a replicar, como los implementados en Canadá o Australia, cuyo mecanismo de funcionamiento serían:
1 El productor deberá decidir previamente si elige el sistema de comercialización estatal-privado (de capitales mixtos), y en caso afirmativo, deberá definir las toneladas aproximadas. Esto se realizaría a través de los acopios cooperativos o privados.
2 Al momento de la entrega del producto, la agencia pagará el 60 o 70 por ciento del valor total. Con todo el producto se hará un pool de granos que luego se venderá según las prioridades al mercado interno (para la molienda o entregado a “fasón” a las plantas de empresas nacionales para luego obtener aceite y subproductos) y el saldo será exportado.
3 A partir de las ventas que se vayan realizando durante el año se irá construyendo un precio promedio de todas las ventas. Este precio se publicará a diario en Internet para que cada productor pueda ver todas las operaciones de compraventa que realiza el pool de granos que integra.
4 Así podrá conocer con transparencia el precio final del producto que entregó y que se liquidará en su totalidad al momento de finalizar las ventas.
5 Si el precio de venta final es inferior al monto entregado al inicio (60 o 70 por ciento), la agencia o el Estado se harán cargo de esa diferencia que lo recuperará en años siguientes. La agencia garantiza de esa manera una estabilidad de precio tanto a lo largo del año como a través de los años.
6 Quien ingrese al sistema tendrá la posibilidad de que se le financien todos los insumos necesarios para la producción de su cultivo. Esto se hará mediante la red de acopios.
7 Establecerá un acuerdo estratégico con la Cámara de la Industria Argentina de Fertilizantes y Agroquímicos (Ciafa) y la Cámara Argentina de Semilleros y Multiplicadores (Casem) para asegurar la distribución de esos productos. Ambas cámaras asumirán el compromiso de garantizar calidad y la cantidad necesaria de esos insumos para los productores.
La propuesta de Canpo incluye el modo de financiamiento del sistema de compra de productos o entrega de insumos para la producción.
- La fuente de financiamiento de la agencia estará en manos de los grandes bancos públicos y de bancos provinciales, cooperativos y privados nacionales que serán integrantes de la mesa directiva.
- La agencia recibirá una comisión por el comercio de los granos. Las comisiones tanto de la agencia como de los acopios se definirán previamente a fin de elaborar un sistema transparente al que tendrán acceso todas las partes involucradas. Definirá también el sistema de información desde el que se tendrá acceso a los datos de manera simple y al momento que se requiera.
La concepción básica de esta propuesta de Agencia de Comercialización de Granos, que no desplazará sino que convivirá con las multinacionales exportadoras, es articular una política pública de interés general que intervenga en una actividad muy sensible con el objetivo de beneficiar a pequeños y medianos productores, al tiempo de diminuir el grado de desestabilización cambiaria por la histórica escasez de divisas o el coyuntural acopio de soja en silobolsas."
Obsesión K (1): Que el Estado comercialice granos
El diario Página/12 insiste e insiste con la idea de que llevando al Estado Nacional a la comercialización de cereales, se conseguiría que las existencias en silobolsas fluyeran hacia la exportación. Es una idea bastante estúpida, al punto que hasta ahora la propia Cristina Fernández de Kirchner la sobrevoló y no se detuvo. Pero aquí va, otro intento más, con la firma de Alfredo Zaiat, a quien alguna vez ella ponderó como periodista militante.

"(...) El productor deberá decidir previamente si elige el sistema de comercialización estatal-privado (de capitales mixtos), y en caso afirmativo, deberá definir las toneladas aproximadas. Esto se realizaría a través de los acopios cooperativos o privados. Al momento de la entrega del producto, la agencia pagará el 60% o 70% del valor total. Con todo el producto se hará un pool de granos que luego se venderá según las prioridades al mercado interno (para la molienda o entregado a “fasón” a las plantas de empresas nacionales para luego obtener aceite y subproductos) y el saldo será exportado. (...) Si el precio de venta final es inferior al monto entregado al inicio, la agencia o el Estado se harán cargo de esa diferencia que lo recuperará en años siguientes. (...)"
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). 5 conceptos esenciales a tener en cuenta:
> la participación de los pequeños productores cerealeros en la producción total argentina es mínima, y muy inferior aún es su capacidad de retención de granos;
> la propiedad de la producción (vale la pena la redundancia) es de los productores. Es inconstitucional obligarlos a vender contra su voluntad y en especial en días de fuerte desvalorización de la moneda doméstica. Si el Estado no cesa la desvalorización ¿por qué habría de obligarlos a ir en contra de sus propios intereses?;
> el campo no precisa de subsidios sino de libertad de comercialización. Los precios son internacionales y las condiciones de compra/venta, también. Sí precisaría de menores impuestos a la exportación, llamados retenciones pero de eso nunca escribe la prensa K;
> para participar del comercio exterior se precisa de instrumentos financieros llamados Cartas de Exportación, a los que hoy día no puede acceder el Estado argentino en condiciones de mercado, a causa de su renovado default; y
> periodistas como Alfredo Zaiat alentaron la creación de Enarsa, la petrolera que no participa del comercio de hidrocarburos porque no le era eficiente ni a YPF; promovieron Aerolíneas Argentinas como la gran aerolínea de bandera y ahora no saben cómo la financiarán luego de Cristina porque es un fracaso financiero; y apostaron al castigo a los 'fondos buitres' y ahora hay pánico en el mundo K por las consecuencias de su propia decisión. ¿No será mejor hacer menos periodismo militante y un poco más de periodismo verdadero?
Realizadas estas aclaraciones, vamos a un fragmento del texto de Alfredo Zaiat en el diario Página/12:
"(...) Un reciente informe del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz estima que, de acuerdo a datos oficiales en base a los embarques, procesamiento de la industria y habilitación de registros de exportación (ROE), todavía restaría por comercializar entre 42 y 52 por ciento de la cosecha de soja 2013/14. Calcula que el acopio de la producción por parte de los productores representa entre 7000 y 11 mil millones de dólares. El documento evalúa que “en un contexto de baja en los precios internacionales del cultivo, este comportamiento especulativo de retener la cosecha sólo podría explicarse como parte de una estrategia que busca contraer la oferta de dólares, presionar el mercado de cambios y generar un salto devaluatorio tal que les permita obtener una renta extraordinaria que compense el deterioro de los ingresos debido a la caída de precios”.
Los autores de la investigación, los economistas Nicolás Hernán Zeolla y Ernesto Mattos, plantean la necesidad de la intervención del Estado para beneficiar a pequeños productores que no tienen espalda financiera para acopiar, y a la vez para ordenar el frente cambiario. “La respuesta podría venir del lado de la política pública pensando la posibilidad de implementar nuevos mecanismos estatales (o recrear algunos existentes) de intervención directa en el comercio exterior de granos, como tienen casi todos los países del mundo”, señalan.
Un dato poco difundido u ocultado es que la Argentina es el único de los siete principales exportadores de cereales (los otros son Estados Unidos, Unión Europea, Australia, Canadá, Rusia, Ucrania) que no posee mecanismos integrales de regulación de la comercialización de materias primas. En esos otros mercados líderes existen formas indirectas o directas de intervención que van desde transacciones realizadas por el sector privado con significativos subsidios hasta la determinación oficial de precios, incluyendo reglas de fijación de precios con el objetivo de corregir desvíos del mercado. Cada una de esas acciones ubican al Estado como un actor relevante en una actividad estratégica.
Regulación
El Centro de Estudios de la Corriente Agraria Nacional y Popular (Canpo) elaboró el documento “Aportes y desafíos: hacia una Agencia Nacional de Comercialización” abordando los rasgos fundamentales de la estructura del comercio exterior argentino. Para evitar confusiones, indican que una propuesta de esas características remite a pensar en instituciones pertenecientes al pasado, alejadas de la realidad actual, como la junta reguladora de granos y la de carnes creadas por los gobiernos conservadores de la década del treinta del siglo pasado, o durante el primer peronismo con el Instituto de Promoción del Intercambio (IAPI). La crisis internacional del ‘30 del siglo pasado impulsó a los conservadores a crear esas juntas, que el gobierno de Carlos Menem disolvió en 1991. Esa medida abrió de par en par el ingreso de las multinacionales en el mercado de granos restando protagonismo al Estado en el mercado, lo que otorgó a las cerealeras una amplia libertad para disponer de los recursos derivados de su actividad.
El informe aclara que las caracterizaciones de los actores del sector no son las del pasado lo que exige incorporar necesariamente los profundos cambios que desde mediados de la década del ‘70 y con mayor fuerza a partir de los años ‘90 se fueron generando a partir de la incorporación de nuevos esquemas de organización y comercialización de la producción, además del mayor grado de sofisticación financiera y fiscal de los principales actores del mercado de exportación. Menciona que debe precisarse los actores en los sectores de la producción, del trabajo, del comercio, del transporte y del sistema financiero que se requieren para promover una “Agencia Nacional de Comercialización” de capitales mixtos, destacando que debe ser “el Estado el ente que regule (ese mercado) si se quiere garantizar el interés general”.
Interés general
La propuesta del Canpo es conformar una mesa de trabajo entre diferentes actores del sector para establecer un orden de prioridades, definir el formato y la conformación de la Agencia Nacional de Comercialización (qué aportaría cada uno de agentes privados y el Estado), y establecer la cantidad y calidad de los recursos humanos necesarios. La agencia operaría de la siguiente manera:
- Mediante una operación clásica de compra a través de acopios o en forma directa en el mercado disponible y en el mercado futuro.
- Comprando y pagando el grano en el momento de la entrega de la mercadería como normalmente opera cualquier otra empresa.
- La forma deberá ser novedosa para distinguirla del resto de las empresas.
Existen modelos exitosos a replicar, como los implementados en Canadá o Australia, cuyo mecanismo de funcionamiento serían:
1 El productor deberá decidir previamente si elige el sistema de comercialización estatal-privado (de capitales mixtos), y en caso afirmativo, deberá definir las toneladas aproximadas. Esto se realizaría a través de los acopios cooperativos o privados.
2 Al momento de la entrega del producto, la agencia pagará el 60 o 70 por ciento del valor total. Con todo el producto se hará un pool de granos que luego se venderá según las prioridades al mercado interno (para la molienda o entregado a “fasón” a las plantas de empresas nacionales para luego obtener aceite y subproductos) y el saldo será exportado.
3 A partir de las ventas que se vayan realizando durante el año se irá construyendo un precio promedio de todas las ventas. Este precio se publicará a diario en Internet para que cada productor pueda ver todas las operaciones de compraventa que realiza el pool de granos que integra.
4 Así podrá conocer con transparencia el precio final del producto que entregó y que se liquidará en su totalidad al momento de finalizar las ventas.
5 Si el precio de venta final es inferior al monto entregado al inicio (60 o 70 por ciento), la agencia o el Estado se harán cargo de esa diferencia que lo recuperará en años siguientes. La agencia garantiza de esa manera una estabilidad de precio tanto a lo largo del año como a través de los años.
6 Quien ingrese al sistema tendrá la posibilidad de que se le financien todos los insumos necesarios para la producción de su cultivo. Esto se hará mediante la red de acopios.
7 Establecerá un acuerdo estratégico con la Cámara de la Industria Argentina de Fertilizantes y Agroquímicos (Ciafa) y la Cámara Argentina de Semilleros y Multiplicadores (Casem) para asegurar la distribución de esos productos. Ambas cámaras asumirán el compromiso de garantizar calidad y la cantidad necesaria de esos insumos para los productores.
La propuesta de Canpo incluye el modo de financiamiento del sistema de compra de productos o entrega de insumos para la producción.
- La fuente de financiamiento de la agencia estará en manos de los grandes bancos públicos y de bancos provinciales, cooperativos y privados nacionales que serán integrantes de la mesa directiva.
- La agencia recibirá una comisión por el comercio de los granos. Las comisiones tanto de la agencia como de los acopios se definirán previamente a fin de elaborar un sistema transparente al que tendrán acceso todas las partes involucradas. Definirá también el sistema de información desde el que se tendrá acceso a los datos de manera simple y al momento que se requiera.
La concepción básica de esta propuesta de Agencia de Comercialización de Granos, que no desplazará sino que convivirá con las multinacionales exportadoras, es articular una política pública de interés general que intervenga en una actividad muy sensible con el objetivo de beneficiar a pequeños y medianos productores, al tiempo de diminuir el grado de desestabilización cambiaria por la histórica escasez de divisas o el coyuntural acopio de soja en silobolsas."