
El Ministerio Público fue llevando a su testigo, la perito en psicología, hacia un callejón sin salida.
Es el caso de David, acusado de matar a una niña de tres años en la alberca del Turotel en agosto del 2015.

Y es que la perito, que pidió se reservara su nombre, le tocó tipificar la conducta de David a través de las imágenes del video que tomaron las cámaras durante su estancia con la niña en la alberca del Turotel. Sus conclusiones fueron fuertes contra David.
“Una persona violenta, agresiva, manipuladora, que le gusta el sometimiento de los demás.

“Una y otra vez ejerció violencia contra le menor; la aventó dormida al agua, la sumergía por varios segundos; la golpeó en la cara, la jaló de los cabellos varias veces; no la auxilió cuando la niña se lo pidió”.
Así fueron sus primeras conclusiones.
Pero el Ministerio Público quería algo más fuerte y le preguntó su hubo intencionalidad y premeditación de David para causarle daño a la niña.
La perito en piscología respondió que sí y repitió esas dos palabras. Craso error.
La defensa se le fue encima. Hasta el mismo acusado, David, reaccionó a pesar de llevar sentado cinco horas de la audiencia.
“Señora perito, dígame que teoría de la psicología aplicó usted para saber a través de las imágenes de un video que David tuvo la premeditación para causarle daño a la menor.
“En otras palabras, ¿cómo puede usted saber por la sola observación de las imágenes, lo que David pensaba hacer premeditadamente?”, cuestionó un defensor sorprendido por la respuesta.
“El método científico; como primer paso, la observación”, contestó la perito en piscología.
“Pero el método científico se aplica en todas las ciencias perito; yo quiero que me diga el nombre de la teoría en piscología que usted aplicó para llegar a la conclusión de que hubo intencionalidad y premeditación de David?.
