Ricardo Jaime, el hombre al frente de la política de Transporte del país entre 2003 y 2009, necesitó de testaferros para esconder el dinero que obtuvo por negociados oscuros: corrupción pura y dura.
Sus hijas fueron imputadas como testaferros. También su ex mujer y las hijas de ella, incluso la ex suegra de Jaime figuran entre las personas a las que les pusieron bienes mal habidos a su nombre.
Sebastián Ledantes estuvo casado poco tiempo con Julieta Jaime, una de las hijas del ex funcionario kirchnerista. Y entonces le tocó participar de la maniobra. Por lo menos así lo entendió el fiscal Carlos Rívolo que acusó a Jaime y su séquito por enriquecimiento ilícito. El matrimonio participó de la compra de una casa en Carlos Paz que se hizo con dinero de Jaime. Pero el juez Sebastián Casanello quien procesó a Jaime- y varios de sus testaferros- por enriquecimiento ilícito determinó que tanto Julieta Jaime como Sebastián Ledantes habían encubierto el delito y por eso los sobreseyó.
Pero también Julieta Jaime y Sebastián Ledantes estuvieron involucrados en el manejo del Hotel Saint Tropez de Carlos Paz, otro caso de corrupción grosera. El hospedaje fue comprado por dos ejecutivos de la empresa que manejaba y aún maneja la Terminal de Ómnibus de Retiro. Fue una coima pagada a Jaime. Julieta Jaime y Sebastián Ledantes dirigieron el hotel. Y por eso también fueron sobreseídos por Casanello. Rívolo apeló y Sala I de la Cámara Federal revisó la situación y mantuvo el sobreseimiento de Ledantes pero le otorgó la falta de mérito a Julieta Jaime
El fiscal ante la Cámara Federal Germán Moldes presentó un recurso de casación para que Ledantes sea procesado y se quejó por dos faltas de mérito dictadas por los camaristas Jorge Luis Ballestero, Eduardo Farah y Eduardo Freiler.
Moldes señaló que Julieta Jaime y Sebastián Ledantes están sospechados de haber actuado juntos en las dos maniobras por las que fueron investigados. Para Moldes la pareja "cumplió un papel sustancial en el disimulo del incremento del patrimonial investigado". Pero a la mujer le dieron la falta de mérito y al hombre lo sobreseyeron. El fiscal explica que la falta de mérito no puede ser apelada en Casación y por eso la mujer fue favorecida. Respecto de Ledantes pidió que se lo procese porque participó de la administración del hotel Saint Tropez aunque, como consideraron Casanello y los camaristas, ese emprendimiento no dio resultados económicos relevantes. Ledantes también tuvo un poder para usar una camioneta Kia que compró la sociedad que teóricamente era dueña del hotel. Para Moldes, Ledantes actuó "como un verdadero hombre de paja o persona interpuesta al devenir en custodio de los bienes de quien era su suegro, disimulando la titularidad de los mismos bajo el ropaje de una sociedad por él regenteada, creada al solo efecto de disimular la verdadera titularidad del inmueble y el vehículo en cuestión".
Moldes reclamó que se haga un estudio contable para determinar si el hotel dio pérdidas como dijo una testigo. Y además marcó la contradicción de las decisiones respecto de los supuestos dueños del hotel. Lisandro López y Alfredo Pielach, dos ejecutivos de la Terminal de Ómnibus empleados del poderoso Néstor Otero, tienen su procesamiento confirmado. Y para ello se utilizó como argumento que no eran los dueños del hotel porque la administración estaba a cargo de Ledantes y quien fuera su esposa.
Moldes pide el procesamiento de Ledantes independientemente de los resultados económicos que haya tenido el hotel. El fiscal dijo que "la ganancia o pérdida que arroje la administración de bienes ilícitos no puede convertir en legítima las utilidades del giro comercial. Pues en el caso no se le ha reprochado a Jaime que su enriquecimiento se acreciente con el giro comercial del hotel o con el uso del auto, sino que se le reprocha el disimulo u ocultamiento de la propiedad de estos a través, entre otros, por el marido de su hija". Moldes señala que aún "no se ha determinado si (Ledantes) percibía remuneración alguna al respecto, el monto de la remuneración y el origen de la misma".
Para el fiscal "no puede obviarse que Ledantes tenía en su condición de administrador poder de disposición sobre el vehículo y de administración sobre el hotel, resultando ser el gerente de la sociedad, por lo que poseía poderes suficientes para cancelar deudas, contratar y girar dinero en nombre de una persona jurídica creada al solo efecto de disimular el patrimonio del funcionario". Y por eso debe ser procesado.
Moldes planteó además que estuvo mal beneficiado con una falta de mérito otro de los testaferros de Jaime. Raúl Omar Glories compró una casa en un barrio cerrado de San Isidro y la puso a nombre de la que era la suegra de Jaime. Otro soborno más. Glories es nada menos que el cuñado de Otero, hombre que durante el mandato de Jaime –y de Néstor Kirchner y Julio de Vido- obtuvo millonarios negocios en el área de transporte.
Glories había sido procesado por Casanello pero la Cámara le dictó una falta de mérito que lo deja en un estado latente hasta que se hallen nuevas pruebas. Glories compró la casa de fin de semana que usaba Jaime y la puso a nombre de María Filomena Pfaffen, madre de Silvia Reyss, ex pareja del funcionario. A la anciana de más de 80 años le quedaba lejos la casa en San Isidro: vive en Río Gallegos, Santa Cruz. Intentó justificar el dinero para comprar la casa con lo recaudado por un taxi que tenía su marido en la capital nacional del kirchnerismo. La Cámara favoreció a Glories quien según Moldes "cumplió un rol determinado en la entente y guarda una relación familiar directa" con Otero. El fiscal sostuvo que el beneficio de la falta de mérito que hizo la Cámara para Glories llegó "sin mayores explicaciones y arbitrariamente".
Como no pudo apelar las faltas de mérito dictadas para Julieta Jaime y Raúl Glories, Moldes dejó sentada su posición. En el caso de Ledantes apeló y tal vez sea la Casación la que revise la situación del ex yerno de Jaime.
Sus hijas fueron imputadas como testaferros. También su ex mujer y las hijas de ella, incluso la ex suegra de Jaime figuran entre las personas a las que les pusieron bienes mal habidos a su nombre.

Sebastián Ledantes estuvo casado poco tiempo con Julieta Jaime, una de las hijas del ex funcionario kirchnerista. Y entonces le tocó participar de la maniobra. Por lo menos así lo entendió el fiscal Carlos Rívolo que acusó a Jaime y su séquito por enriquecimiento ilícito. El matrimonio participó de la compra de una casa en Carlos Paz que se hizo con dinero de Jaime. Pero el juez Sebastián Casanello quien procesó a Jaime- y varios de sus testaferros- por enriquecimiento ilícito determinó que tanto Julieta Jaime como Sebastián Ledantes habían encubierto el delito y por eso los sobreseyó.
Pero también Julieta Jaime y Sebastián Ledantes estuvieron involucrados en el manejo del Hotel Saint Tropez de Carlos Paz, otro caso de corrupción grosera. El hospedaje fue comprado por dos ejecutivos de la empresa que manejaba y aún maneja la Terminal de Ómnibus de Retiro. Fue una coima pagada a Jaime. Julieta Jaime y Sebastián Ledantes dirigieron el hotel. Y por eso también fueron sobreseídos por Casanello. Rívolo apeló y Sala I de la Cámara Federal revisó la situación y mantuvo el sobreseimiento de Ledantes pero le otorgó la falta de mérito a Julieta Jaime
El fiscal ante la Cámara Federal Germán Moldes presentó un recurso de casación para que Ledantes sea procesado y se quejó por dos faltas de mérito dictadas por los camaristas Jorge Luis Ballestero, Eduardo Farah y Eduardo Freiler.
Moldes señaló que Julieta Jaime y Sebastián Ledantes están sospechados de haber actuado juntos en las dos maniobras por las que fueron investigados. Para Moldes la pareja "cumplió un papel sustancial en el disimulo del incremento del patrimonial investigado". Pero a la mujer le dieron la falta de mérito y al hombre lo sobreseyeron. El fiscal explica que la falta de mérito no puede ser apelada en Casación y por eso la mujer fue favorecida. Respecto de Ledantes pidió que se lo procese porque participó de la administración del hotel Saint Tropez aunque, como consideraron Casanello y los camaristas, ese emprendimiento no dio resultados económicos relevantes. Ledantes también tuvo un poder para usar una camioneta Kia que compró la sociedad que teóricamente era dueña del hotel. Para Moldes, Ledantes actuó "como un verdadero hombre de paja o persona interpuesta al devenir en custodio de los bienes de quien era su suegro, disimulando la titularidad de los mismos bajo el ropaje de una sociedad por él regenteada, creada al solo efecto de disimular la verdadera titularidad del inmueble y el vehículo en cuestión".
Moldes reclamó que se haga un estudio contable para determinar si el hotel dio pérdidas como dijo una testigo. Y además marcó la contradicción de las decisiones respecto de los supuestos dueños del hotel. Lisandro López y Alfredo Pielach, dos ejecutivos de la Terminal de Ómnibus empleados del poderoso Néstor Otero, tienen su procesamiento confirmado. Y para ello se utilizó como argumento que no eran los dueños del hotel porque la administración estaba a cargo de Ledantes y quien fuera su esposa.
Moldes pide el procesamiento de Ledantes independientemente de los resultados económicos que haya tenido el hotel. El fiscal dijo que "la ganancia o pérdida que arroje la administración de bienes ilícitos no puede convertir en legítima las utilidades del giro comercial. Pues en el caso no se le ha reprochado a Jaime que su enriquecimiento se acreciente con el giro comercial del hotel o con el uso del auto, sino que se le reprocha el disimulo u ocultamiento de la propiedad de estos a través, entre otros, por el marido de su hija". Moldes señala que aún "no se ha determinado si (Ledantes) percibía remuneración alguna al respecto, el monto de la remuneración y el origen de la misma".
Para el fiscal "no puede obviarse que Ledantes tenía en su condición de administrador poder de disposición sobre el vehículo y de administración sobre el hotel, resultando ser el gerente de la sociedad, por lo que poseía poderes suficientes para cancelar deudas, contratar y girar dinero en nombre de una persona jurídica creada al solo efecto de disimular el patrimonio del funcionario". Y por eso debe ser procesado.
Moldes planteó además que estuvo mal beneficiado con una falta de mérito otro de los testaferros de Jaime. Raúl Omar Glories compró una casa en un barrio cerrado de San Isidro y la puso a nombre de la que era la suegra de Jaime. Otro soborno más. Glories es nada menos que el cuñado de Otero, hombre que durante el mandato de Jaime –y de Néstor Kirchner y Julio de Vido- obtuvo millonarios negocios en el área de transporte.
Glories había sido procesado por Casanello pero la Cámara le dictó una falta de mérito que lo deja en un estado latente hasta que se hallen nuevas pruebas. Glories compró la casa de fin de semana que usaba Jaime y la puso a nombre de María Filomena Pfaffen, madre de Silvia Reyss, ex pareja del funcionario. A la anciana de más de 80 años le quedaba lejos la casa en San Isidro: vive en Río Gallegos, Santa Cruz. Intentó justificar el dinero para comprar la casa con lo recaudado por un taxi que tenía su marido en la capital nacional del kirchnerismo. La Cámara favoreció a Glories quien según Moldes "cumplió un rol determinado en la entente y guarda una relación familiar directa" con Otero. El fiscal sostuvo que el beneficio de la falta de mérito que hizo la Cámara para Glories llegó "sin mayores explicaciones y arbitrariamente".
Como no pudo apelar las faltas de mérito dictadas para Julieta Jaime y Raúl Glories, Moldes dejó sentada su posición. En el caso de Ledantes apeló y tal vez sea la Casación la que revise la situación del ex yerno de Jaime.