Dicen los que entienden de la cuestión zodiacal que el que mejor puede amparar a una persona es un Virgo (el cual, como todo, tiene sus ventajas… y sus inconvenientes).
Así, entre lo destacable, los Virgo somos -siento si toman esta descripción como una pedantería pero nací un 1 de septiembre- gente de buen gusto y buenos modales y que, sobre todo, una vez entregamos nuestro corazón a alguien (algo que dosificamos bastante) es para toda la vida pues, la lealtad y la fidelidad son otras dos de nuestras virtudes. Ahora bien -y aquí viene lo peor-, tenemos una cierta tendencia a buscar la perfección y el orden (con todo lo que eso supone), a no soportar lo vulgar y a, si llegamos a la conclusión de que han abusado demasiado de nosotros, romper los lazos afectivos con quien sea de una forma tan radical que jamás volvemos a sentir lo mismo.
091114_destacado__Un punto, éste último, sobre el que estuve conversando hace poco con Lara Dibildos, también Virgo y, hoy domingo, portada y protagonista del reportaje principal de la revista “Sevilla Magazine”. La actriz, que se desplazó a la capital hispalense para participar en dicho editorial, me estuvo explicando la pena que le da -algo que comparto- ver que, muchas veces, la generosidad y la entrega que los virginianos mostramos con quienes queremos sea mal entendida y éstas aprovechen para estirar del chicle hasta que… se rompe. ¡Y por paciencia no será! Sin embargo es una ley universal que, cuanto más interés muestras por alguien -y más fáciles le pongas todo-, el efecto es el contrario algo que, por otra parte, nunca entendí puesto que, ¿habrá algo más bonito que saberse querido y que te lo demuestren?
Es Lara, que en la actualidad protagoniza “Diez negritos” de Agatha Christie en el Teatro Muñoz Seca de Madrid, una mujer con las ideas claras que ha llegado, igual que a mí me pasa, a la conclusión de que, en el terreno de la pareja, si aparece alguien tiene que ser para aportar (nunca para restar) y que se trata ésta de una elección, no de una necesidad ni de una imposición. Por eso, cuando un Virgo cree que, emocionalmente, ha encontrado la persona adecuada, será muy persistente hasta poder demostrar que lo suyo merecía la pena. Incluso, más allá, hasta tal punto es sincera nuestra entrega que, llegado el instante de la ruptura, solemos ser unos excelentes “ex” de aquellos a quienes hemos amado (algo que demuestra la hija de Laura Valenzuela con antiguos compañeros como, por ejemplo, Álvaro Muñoz Escassi, padre de uno de sus hijos).
Muy reservados, en apariencia fríos -pero considerados de los más entregados amantes del Zodiaco-, pensadores, algo críticos (motivado esto por el elevado sentido de la perfección que antes refería) y muy honestos. Los Virgo somos tierra que solo necesita un poquito de agua para ver de ella brotar los mejores frutos. Un poco cursi, pero cierto.

Así, entre lo destacable, los Virgo somos -siento si toman esta descripción como una pedantería pero nací un 1 de septiembre- gente de buen gusto y buenos modales y que, sobre todo, una vez entregamos nuestro corazón a alguien (algo que dosificamos bastante) es para toda la vida pues, la lealtad y la fidelidad son otras dos de nuestras virtudes. Ahora bien -y aquí viene lo peor-, tenemos una cierta tendencia a buscar la perfección y el orden (con todo lo que eso supone), a no soportar lo vulgar y a, si llegamos a la conclusión de que han abusado demasiado de nosotros, romper los lazos afectivos con quien sea de una forma tan radical que jamás volvemos a sentir lo mismo.
091114_destacado__Un punto, éste último, sobre el que estuve conversando hace poco con Lara Dibildos, también Virgo y, hoy domingo, portada y protagonista del reportaje principal de la revista “Sevilla Magazine”. La actriz, que se desplazó a la capital hispalense para participar en dicho editorial, me estuvo explicando la pena que le da -algo que comparto- ver que, muchas veces, la generosidad y la entrega que los virginianos mostramos con quienes queremos sea mal entendida y éstas aprovechen para estirar del chicle hasta que… se rompe. ¡Y por paciencia no será! Sin embargo es una ley universal que, cuanto más interés muestras por alguien -y más fáciles le pongas todo-, el efecto es el contrario algo que, por otra parte, nunca entendí puesto que, ¿habrá algo más bonito que saberse querido y que te lo demuestren?
Es Lara, que en la actualidad protagoniza “Diez negritos” de Agatha Christie en el Teatro Muñoz Seca de Madrid, una mujer con las ideas claras que ha llegado, igual que a mí me pasa, a la conclusión de que, en el terreno de la pareja, si aparece alguien tiene que ser para aportar (nunca para restar) y que se trata ésta de una elección, no de una necesidad ni de una imposición. Por eso, cuando un Virgo cree que, emocionalmente, ha encontrado la persona adecuada, será muy persistente hasta poder demostrar que lo suyo merecía la pena. Incluso, más allá, hasta tal punto es sincera nuestra entrega que, llegado el instante de la ruptura, solemos ser unos excelentes “ex” de aquellos a quienes hemos amado (algo que demuestra la hija de Laura Valenzuela con antiguos compañeros como, por ejemplo, Álvaro Muñoz Escassi, padre de uno de sus hijos).
Muy reservados, en apariencia fríos -pero considerados de los más entregados amantes del Zodiaco-, pensadores, algo críticos (motivado esto por el elevado sentido de la perfección que antes refería) y muy honestos. Los Virgo somos tierra que solo necesita un poquito de agua para ver de ella brotar los mejores frutos. Un poco cursi, pero cierto.