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La presidenta sugirió que podría sufrir un atentado de parte de los EEUU. Trató a Griesa de "juez senil"
Cristina Kirchner sugirió que podría sufrir un atentado de parte de los Estados Unidos. Durante el duro discurso que brindó esta noche en la Casa Rosada, la presidenta advirtió que “quieren voltearme” y “si me pasa algo, no miren a Oriente, miren al Norte”, en referencia a la potencia norteamericana, y aludiendo a las supuestas amenazas que habría sufrido del grupo terrorista Isis.
"No estoy enojada", aseguró Cristina en lo que fue acaso su intervención más furibunda en los siete años que lleva de mandato, que incluyó teorías conspirativas sobre “golpes de mercado”, al mejor estilo alfonsinista.
La presidenta encabezó un acto en donde anunció la creación de la Secretaría de Hábitat y cargó contra todos, en una embestida de la que no se salvaron los bancos, operadores de la bolsa, empresarios automotrices y la justicia norteamericana.
La mandataria calificó como una "inmensa provocación" la decisión de la Embajada de los Estados Unidos en Buenos Aires de advertir sobre la inseguridad a los ciudadanos estadounidenses que viajen a la Argentina. Esto es una provocación, una inmensa provocación en la cual no voy a caer. Al señor que redactó esto, que ya sabemos que es el que anunció el default, no lo vamos a echar del país porque no acostumbramos echar a nadie", remarcó la Jefa de Estado y apuntó, sin nombrarlo, contra el embajador interino Kevin Sullivan.
Sacada, la primera mandataria agregó: "Ya sabemos quién es, no lo vamos a echar del país porque capaz que después tenemos un problema doble, si ya lo conocés hay que dejarlos".
"Por lo menos lo tenemos identificado", remarcó Cristina Fernández en alusión a Sullivan, quien semanas atrás fue citado por el canciller Héctor Timerman por afirmar que para Estados Unidos "es importante que el país salga del default".
Por otra parte, Cristina Fernández criticó las declaraciones de un vocero del Departamento de Estado estadounidense, quien afirmó que ese país "sigue de cerca" el conflicto los holdouts, y advirtió: "No sabemos cómo hacen ese monitoreo de cerca".
La primera mandataria denunció que existen "sectores concentrados de la economía que quieren voltear al gobierno y quieren hacerlo con ayuda internacional".
En ese marco, calificó a Thomas Griesa de "juez senil" y tildó de "idiotas" a los ruralistas que retienen la cosecha a la espera de una devaluación.
"Cuando te sentás arriba de la cosecha o escondés los autos, lo que quieren es forzar una devaluación para licuar los convenios colectivos de trabajo con aumentos del 30 por ciento", afirmó, como si esa cifra no implicara ya una caída en el salario real, con una inflación interanual que ronda el 40%. La jefa del Estado afirmó que "han perdido dinero a lo pavote" y "quieren tapar sus errores", aludiendo a la decisión de productores y exportadores de cereales de "estar sentados sobre 27 millones de toneladas de granos".
“Somos los desacatados”, arengaban los militantes kirchneristas que poblaron los patios de la Rosada. “A los yanquis les decimos, estamos todos con Cristina”, cantaban en el momento en que la presidenta les fue a hablar directamente, como hace desde que introdujo los cambios de gabinete a fines del año pasado.
Dólar y buitres
La mandataria se refirió a la disputa judicial que mantiene el gobierno en Nueva York con los fondos buitre, que ayer sumó un nuevo capítulo tras la decisión de Griesa de declarar al país en desacato. "Yo no soy ingenua. Estos no son movimientos aislados de un juez senil de Nueva York. Los buitres se parecen a las águilas".
"Nunca se ha llegado tan lejos en el disparate", disparó, tras lo cual dijo que el magistrado "habla de lo que no sabe".
La jefa del Estado reiteró que "lo que quieren es tirar abajo la reestructuración de la deuda" y al mismo tiempo que confirmó el pago de Bonos Par que vencían hoy adelantó que el 31 de diciembre depositará 100 millones de dólares en Bonos Discounts a favor de holdouts.
"El desacato confirma lo que vengo afirmando. El desacato es justo el día anterior al que tenemos que hacer el segundo" pago de la deuda, afirmó la presidenta, que consideró que "quieren tirar abajo la reestructuración para que volvamos a deber miles de millones de dólares".
En otro tramo de su perorata, demostró estar obsesionada con el dólar y denunció movimientos especulativos de los operadores del mercado para forzar un nuevo ajuste en el tipo de cambio. Como hace cada vez que hay una corrida o una fuerte suba en el blue, Cristina no tardó en encontrar a los culpables de la supuesta conspiración. En este caso, se trata de Mariva y Balanz, dos sociedades de bolsa a las que acusó de haber negociado “el 58 por ciento del negocio del contado con liqui” y aseguró que las firmas “están desestabilizando”.
"No hace falta ninguna ley para investigar", evaluó la mandataria, que indicó que basta que la "Comisión Nacional de Valores, junto con la AFIP examine" los movimientos de las dos sociedades de bolsa denunciadas. Según dijo, la primera sociedad "ha negociado el 43 por ciento del contado con liqui", mientras que la segunda mencionada concentró un "15 por ciento" del total.
En ese sentido, aclaró que "todo lo que sea manejo cambiario no es ni blue, ni violeta, ni amarillo ni nada, es directamente ilegal", en referencia a las operaciones que se canalizan por fuera de la órbita del Banco Central. "Las divisas se pueden únicamente negociar en el mercado que maneja el BCRA", sentenció, aunque olvidó señalar que el “contado con liqui” y el “dólar bolsa” son legales.
Asimismo ordenó que el ministerio de Economía que investigue a los bancos "Patagonia, Supervielle, Mariva, Macro e Itaú, sobre los que sospechó que contaban con información privilegiada antes de que se ordene la reducción de 30 a 20 por ciento la tenencia de moneda extranjera.

"Quieren voltearme, si me pasa algo miren al Norte"
La presidenta sugirió que podría sufrir un atentado de parte de los EEUU. Trató a Griesa de "juez senil"

Cristina Kirchner sugirió que podría sufrir un atentado de parte de los Estados Unidos. Durante el duro discurso que brindó esta noche en la Casa Rosada, la presidenta advirtió que “quieren voltearme” y “si me pasa algo, no miren a Oriente, miren al Norte”, en referencia a la potencia norteamericana, y aludiendo a las supuestas amenazas que habría sufrido del grupo terrorista Isis.
"No estoy enojada", aseguró Cristina en lo que fue acaso su intervención más furibunda en los siete años que lleva de mandato, que incluyó teorías conspirativas sobre “golpes de mercado”, al mejor estilo alfonsinista.
La presidenta encabezó un acto en donde anunció la creación de la Secretaría de Hábitat y cargó contra todos, en una embestida de la que no se salvaron los bancos, operadores de la bolsa, empresarios automotrices y la justicia norteamericana.
La mandataria calificó como una "inmensa provocación" la decisión de la Embajada de los Estados Unidos en Buenos Aires de advertir sobre la inseguridad a los ciudadanos estadounidenses que viajen a la Argentina. Esto es una provocación, una inmensa provocación en la cual no voy a caer. Al señor que redactó esto, que ya sabemos que es el que anunció el default, no lo vamos a echar del país porque no acostumbramos echar a nadie", remarcó la Jefa de Estado y apuntó, sin nombrarlo, contra el embajador interino Kevin Sullivan.
Sacada, la primera mandataria agregó: "Ya sabemos quién es, no lo vamos a echar del país porque capaz que después tenemos un problema doble, si ya lo conocés hay que dejarlos".
"Por lo menos lo tenemos identificado", remarcó Cristina Fernández en alusión a Sullivan, quien semanas atrás fue citado por el canciller Héctor Timerman por afirmar que para Estados Unidos "es importante que el país salga del default".
Por otra parte, Cristina Fernández criticó las declaraciones de un vocero del Departamento de Estado estadounidense, quien afirmó que ese país "sigue de cerca" el conflicto los holdouts, y advirtió: "No sabemos cómo hacen ese monitoreo de cerca".
La primera mandataria denunció que existen "sectores concentrados de la economía que quieren voltear al gobierno y quieren hacerlo con ayuda internacional".
En ese marco, calificó a Thomas Griesa de "juez senil" y tildó de "idiotas" a los ruralistas que retienen la cosecha a la espera de una devaluación.
"Cuando te sentás arriba de la cosecha o escondés los autos, lo que quieren es forzar una devaluación para licuar los convenios colectivos de trabajo con aumentos del 30 por ciento", afirmó, como si esa cifra no implicara ya una caída en el salario real, con una inflación interanual que ronda el 40%. La jefa del Estado afirmó que "han perdido dinero a lo pavote" y "quieren tapar sus errores", aludiendo a la decisión de productores y exportadores de cereales de "estar sentados sobre 27 millones de toneladas de granos".
“Somos los desacatados”, arengaban los militantes kirchneristas que poblaron los patios de la Rosada. “A los yanquis les decimos, estamos todos con Cristina”, cantaban en el momento en que la presidenta les fue a hablar directamente, como hace desde que introdujo los cambios de gabinete a fines del año pasado.
Dólar y buitres
La mandataria se refirió a la disputa judicial que mantiene el gobierno en Nueva York con los fondos buitre, que ayer sumó un nuevo capítulo tras la decisión de Griesa de declarar al país en desacato. "Yo no soy ingenua. Estos no son movimientos aislados de un juez senil de Nueva York. Los buitres se parecen a las águilas".
"Nunca se ha llegado tan lejos en el disparate", disparó, tras lo cual dijo que el magistrado "habla de lo que no sabe".
La jefa del Estado reiteró que "lo que quieren es tirar abajo la reestructuración de la deuda" y al mismo tiempo que confirmó el pago de Bonos Par que vencían hoy adelantó que el 31 de diciembre depositará 100 millones de dólares en Bonos Discounts a favor de holdouts.
"El desacato confirma lo que vengo afirmando. El desacato es justo el día anterior al que tenemos que hacer el segundo" pago de la deuda, afirmó la presidenta, que consideró que "quieren tirar abajo la reestructuración para que volvamos a deber miles de millones de dólares".
En otro tramo de su perorata, demostró estar obsesionada con el dólar y denunció movimientos especulativos de los operadores del mercado para forzar un nuevo ajuste en el tipo de cambio. Como hace cada vez que hay una corrida o una fuerte suba en el blue, Cristina no tardó en encontrar a los culpables de la supuesta conspiración. En este caso, se trata de Mariva y Balanz, dos sociedades de bolsa a las que acusó de haber negociado “el 58 por ciento del negocio del contado con liqui” y aseguró que las firmas “están desestabilizando”.
"No hace falta ninguna ley para investigar", evaluó la mandataria, que indicó que basta que la "Comisión Nacional de Valores, junto con la AFIP examine" los movimientos de las dos sociedades de bolsa denunciadas. Según dijo, la primera sociedad "ha negociado el 43 por ciento del contado con liqui", mientras que la segunda mencionada concentró un "15 por ciento" del total.
En ese sentido, aclaró que "todo lo que sea manejo cambiario no es ni blue, ni violeta, ni amarillo ni nada, es directamente ilegal", en referencia a las operaciones que se canalizan por fuera de la órbita del Banco Central. "Las divisas se pueden únicamente negociar en el mercado que maneja el BCRA", sentenció, aunque olvidó señalar que el “contado con liqui” y el “dólar bolsa” son legales.
Asimismo ordenó que el ministerio de Economía que investigue a los bancos "Patagonia, Supervielle, Mariva, Macro e Itaú, sobre los que sospechó que contaban con información privilegiada antes de que se ordene la reducción de 30 a 20 por ciento la tenencia de moneda extranjera.
Por vigésima octava vez Cfk denuncia
un golpe de estado
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