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Ana Rey, de la ANP, dijo que el turismo fluvial es un nuevo producto que puede utilizar infraestructuras existentes como el puerto de Colonia y sugirió el diseño de rutas de navegación, identificación de buques y adaptación de la oferta al crucerista.

Según datos difundidos por el ministerio en 2013 arribaron 237 buques (121 a Montevideo y 116 a Punta del Este).



Punta del Este


Desembarcaron en ambos puertos 409.367 visitantes que dejaron al país un total de más de 19 millones de dólares. “Pasamos de tener en ocho años 70 llegadas hasta prácticamente 240″, destacó.

“El país dispone de un plan de desarrollo de turismo náutico y fluvial que se aplica desde el 2013 y cuyo responsable, el español Gregorio Méndez de la Muela, nos acompaña”, señaló

“Tenemos expectativas de que cruceros de pequeña escala lleguen a esta ciudad. Hay algunas limitaciones técnicas pero aún así creemos que embarcaciones de estas características puedan arribar a Colonia”, confió la jerarca.

“Se habla mucho de la inversión en los puertos para esta actividad pero considero que no es el factor fundamental porque en muchos casos este negocio nace a partir de infraestructuras existentes.



Sucedió con Colonia con los ferrys”, expresó la gerenta de Comercialización y Finanzas de la Administración Nacional de Puertos (ANP), Ana Rey.

En este caso, “tenemos una terminal modelo donde hay migración, aduanas, servicio a los equipajes. Si queremos embarcar pasajeros de cruceros debemos ir hacia la excelencia de la infraestructura portuaria”, sostuvo.

Entre 50 y 150 dólares por turista y escala

En el diseño de un nuevo producto como el turismo fluvial (puertos y ríos) Rey sugirió “estudiar la demanda de proveedores marítimos para este tipo de buques que recorrerán el río Uruguay y si los turistas van a pernoctar EN HOTELES o camarotes. Además, donde se van a comprar los víveres y conocer qué busca el cliente: satisfacción, sueños, destinos, sensaciones, autenticidad, historia, monumentos, naturaleza”.


La expositora estimó que un punto con potencial para desarrollar esta modalidad de turismo fluvial es la Meseta de Artigas, en Paysandú. Añadió que el crucerista puede dejar 50 dólares por escala como escenario de mínima contribución. Si ese turista pernocta en algún punto de la ruta fluvial la cifra alcanzaría los 150 dólares.



Meseta de Artigas


“Hay que adaptar mucho la oferta para que la rentabilidad para las comunidades y el propio armador sea atractiva”, porque los buques tendrían una capacidad de 100 a 150 pasajeros, observó.

Rey enumeró los desafíos a transitar: diseño de rutas de navegación, identificación de buques, acuerdo comercial con puerto de destino y la comunidad y adaptación de la oferta a las necesidades del crucerista fluvial. (información presentada con insumos de Presidencia de la República e Intendencia de Colonia)