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El partido más esperado del año ya está aquí. La tarde de la noche en la que dormiremos una hora más, se disputa un Real Madrid - Barcelona que pone en juego algo más que tres puntos. Este no es un encuentro cualquiera, ni es apto para cardiacos ni tampoco para cobardes. Este duelo es de valientes, propio de película del oeste. En el ambiente hay la sensación de que los dos se tienen ganas. Que los dos desean enfrentarse, que los dos ansían calibrar sus fuerzas y medir su poderío. No estará en juego entre ellos el liderato de la Liga porque aunque el Barça pierda seguirá por encima del Madrid gracias a los cuatro puntos de ventaja que tiene en este momento. 

Pero en la contienda hay en juego más cosas. Es el duelo más esperado del campeonato español y del fútbol mundial. Los dos equipos llegan en la mejor forma posible y con sus cracks afinados. Este es un partido al que no le falta aliciente. Tiene pimienta por todos sus lados. También sal y salsa no le falta. Es Cristiano Ronaldo contra Leo Messi. Los dos goleadores de la Liga, los hombres que cada año se disputan los mejores premios del fútbol mundial. Es Benzema frente a Neymar, con el francés siempre dispuesto a apuntillar y con el brasileño convertido por primera vez en más artillero que Messi. Es la lucha de cañoneros en racha y en la que a priori aparece Cristiano como el más inspirado, en plena forma, tan rápido como letal. Lleva quince goles (4 de penalti), los mismos que suman Neymar (8) y Messi (7). Pero también es el duelo de la delantera más mortífera del fútbol español, la del Madrid (30 goles) contra el cerrojo impenetrable de la liga, el del Barça (0 goles recibidos). 

Esta es la prueba más fuerte que encuentra el equipo blaugrana en esta temporada, después de la que perdió con el PSG en la Liga de Campeones. A París también acudió con su meta imbatida y acabó recibiendo tres goles y una derrota. Este es el partido que verdaderamente será un examen para saber si Mathieu es jugador para el Barça, si Bravo es tan bravo como ha demostrado en los anteriores partidos. Vamos a ver si Piqué recupera el terreno perdido, y qué hace Rakitic, el mejor fichaje de la temporada, ante esa media del Madrid, en la que Modric y James Rodríguez están dando alegrías al equipo de Carlo Ancelotti. 

No da la impresión de que este clásico vaya a ser un duelo de ajedrecistas. Todo lo contrario. Hay la sensación que los dos van a salir a hacerse daño. Ya no es aquel encuentro en el que el Barça ponía en juego su esencia y se hacía dueño del balón mientras los blancos esperaban en su área ante un desesperado Cristiano que pedía a sus compañeros que salieran de la jaula. Ya no es ese partido. Hoy se trata de dar la cara, de ir a por el rival, de la misma manera que en el equipo blanco existe la idea de que es el momento de propinar al Barça un buen golpe. Un tiro que deje a los blaugrana dudando de sus auténticas posibilidades en esta temporada, aunque ya todos sabemos que el título de Liga no se gana ni se pierde en este encuentro. 
 
Pero entre el picante del clásico existen dos alicientes más y ambos son especias que pone el Barça. La vuelta de Luis Enrique defendiendo al adversario más temido en el Bernabeu. El técnico barcelonista ya ha estado en este campo como entrenador, pero del Celta, y si entonces vivió un partido tranquilo, hoy se dará cuenta que nada es lo mismo. Hoy el campo del Madrid volverá a acordarse del Luis Enrique que le dejó tirado por el Barça y el que celebraba sus goles en el Bernabeu con pasión, enseñándoles con saña la camiseta a las gradas. Luis Enrique vuelve con un equipo que juega a su estilo aunque sigue conservando las facciones del Barça que más brilló en el Bernabeu, pero que es un once que batalla en todo momento. 

Y en la reserva del partido estará por primera vez Luis Suárez, el goleador de la Premier, que vuelve tras cumplir una larga sanción por una acción cometida en el Mundial. Nadie, salvo Luis Enrique, sabe si el uruguayo será titular. Se puede imaginar el aficionado que Suárez tiene hambre después de tanto tiempo alejado del terreno de juego. Pero más hambre tendrá si mira el partido desde el banquillo. 

Ancelotti jugó al despiste ayer en la sala de prensa y amenazó hasta con una alineación con sorpresas. Sin Di María en el equipo, y con Bale lesionado, el Madrid no ha perdido peso en su ataque, pero para los blaugrana es un descanso que no esté el argentino, y también el galés que le ganó la Copa del Rey. Como siempre el Barça tendrá que vigilar mucho su espalda, y sus defensas deberán estar preparados para carreras cortas. La velocidad de Cristiano ya es conocida, luego en las manos de Luis Enrique estará el saber con qué elementos defiende mejor. Es el clásico, el mejor partido del fútbol español.