Tenía un tumor. Sus dueños decidieron someterlo a una intervención.
Un pececito goldfish fue sometido a una inédita cirugía en una veterinaria de Melbourne, Australia.
El pez, de unos 10 años y apodado "George", tenía dificultades para respirar y nadar. Sus dueños lo llevaron la veterinaria y ahí detectaron que tenía un tumor entre la cabeza y el lomo.
Finalmente, el pez fue sometido a una operación en Lort Smith Animal Hospital, una institución sin fines de lucro para animales de Australia. La intervención duró 45 minutos.
Primero, los médicos anestesiaron a George y le suministraron agua para que no perdiera sus funciones básicas. "El pez estaba sedado, con agua goteando sobre sus branquias, para mantenerlo dormido y vivo ", explicó el veterinario Tristan Rich a Daily Mail.
El veterinario tuvo que trabajar rápido para extirpar el tumor. "Tuvimos que seguir de cerca su pérdida de sangre, ya que es una cosita muy pequeña y no paraba de perder mucha sangre", dijo.
Cuando terminó la cirugía, el pez fue trasladado a la unidad de recuperación: un balde con agua. Allí siguió conectado a un respirador, donde recibió calmantes y antibióticos. A los minutos, comenzó a respirar por sus propios medios y a nadar.


Un pececito goldfish fue sometido a una inédita cirugía en una veterinaria de Melbourne, Australia.
El pez, de unos 10 años y apodado "George", tenía dificultades para respirar y nadar. Sus dueños lo llevaron la veterinaria y ahí detectaron que tenía un tumor entre la cabeza y el lomo.
Finalmente, el pez fue sometido a una operación en Lort Smith Animal Hospital, una institución sin fines de lucro para animales de Australia. La intervención duró 45 minutos.
Primero, los médicos anestesiaron a George y le suministraron agua para que no perdiera sus funciones básicas. "El pez estaba sedado, con agua goteando sobre sus branquias, para mantenerlo dormido y vivo ", explicó el veterinario Tristan Rich a Daily Mail.
El veterinario tuvo que trabajar rápido para extirpar el tumor. "Tuvimos que seguir de cerca su pérdida de sangre, ya que es una cosita muy pequeña y no paraba de perder mucha sangre", dijo.
Cuando terminó la cirugía, el pez fue trasladado a la unidad de recuperación: un balde con agua. Allí siguió conectado a un respirador, donde recibió calmantes y antibióticos. A los minutos, comenzó a respirar por sus propios medios y a nadar.