Un abismo de indignación y dolor se apoderó de México desde que el gobierno federal confirmó que los 43 estudiantes desaparecidos por la policía municipal en un pequeño pueblo llamado Ayotzinapa, en Guerrero, fueron asesinados e incinerados. Este asunto captó la atención de la agenda pública y, por supuesto, nuestra solidaridad con las víctimas y sus familiares:
Este viernes el gobierno mexicano confirmó que los que los 43 estudiantes de Magisterio desaparecidos el 26 de septiembre fueron detenidos por la Policía Municipal y luego asesinados por sicarios de Guerreros Unidos, un cartel del narcotraficantes. Quien comunicó la versión oficial fue Jesús Murillo Karam, el Procurador General de México.
Los familiares de las víctimas se niegan a tomar como ciertas las pruebas presentadas por el gobierno federal. Por ello decidieron seguir la búsqueda de sus hijos desaparecidos.
Greenpeace México decidió unirse a las jornadas de acción global por los crímenes de Ayotzinapa con un pedido básico: queremos justicia y queremos mostrar solidaridad con todas las personas involucradas. Estuvimos ahí porque nuestros principios y valores promueven la no violencia y la paz. De hecho, caminamos junto a nuestros amigos de Amnistía Internacional. Greenpeace no puede ignorar este tipo de acontecimientos. Empleados, voluntarios y donantes se unieron a estas demandas. También los miembros de otras oficinas de Greenpeace.
El caso de estos 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, de Ayotzinapa, marca un punto de quiebre que evidencia la fuerte descomposición en los tres niveles de gobierno: municipal, estatal y federal, infiltrados o no por el crimen organizado, y en los que las violaciones a los derechos humanos y crímenes impunes son cada vez más recurrentes.
Greenpeace, al igual que millones de personas, organismos internacionales y gobiernos de otros países, exige al presidente Enrique Peña Nieto justicia para las víctimas y sus familias, una investigación transparente, castigo para los responsables de este crimen y garantizar un país con paz y con justicia ambiental y social.


Este viernes el gobierno mexicano confirmó que los que los 43 estudiantes de Magisterio desaparecidos el 26 de septiembre fueron detenidos por la Policía Municipal y luego asesinados por sicarios de Guerreros Unidos, un cartel del narcotraficantes. Quien comunicó la versión oficial fue Jesús Murillo Karam, el Procurador General de México.

Los familiares de las víctimas se niegan a tomar como ciertas las pruebas presentadas por el gobierno federal. Por ello decidieron seguir la búsqueda de sus hijos desaparecidos.

Greenpeace México decidió unirse a las jornadas de acción global por los crímenes de Ayotzinapa con un pedido básico: queremos justicia y queremos mostrar solidaridad con todas las personas involucradas. Estuvimos ahí porque nuestros principios y valores promueven la no violencia y la paz. De hecho, caminamos junto a nuestros amigos de Amnistía Internacional. Greenpeace no puede ignorar este tipo de acontecimientos. Empleados, voluntarios y donantes se unieron a estas demandas. También los miembros de otras oficinas de Greenpeace.

El caso de estos 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, de Ayotzinapa, marca un punto de quiebre que evidencia la fuerte descomposición en los tres niveles de gobierno: municipal, estatal y federal, infiltrados o no por el crimen organizado, y en los que las violaciones a los derechos humanos y crímenes impunes son cada vez más recurrentes.

Greenpeace, al igual que millones de personas, organismos internacionales y gobiernos de otros países, exige al presidente Enrique Peña Nieto justicia para las víctimas y sus familias, una investigación transparente, castigo para los responsables de este crimen y garantizar un país con paz y con justicia ambiental y social.
Para seguir la información en tiempo real sobre esta situación entrá a Twitter: @greenpeacemx
