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Ante un marco imponente, Colo Colo y River le daban comienzo a su ilusión copera 2007. Inmerso en un presente auspicioso con relación a lo futbolístico y preocupante en la faceta institucional, el equipo de Passarella iniciaba el camino hacia lo que en Núñez se convirtió en una cuenta pendiente. Por el lado del conjunto chileno, la motivación y la confianza estaban por las nubes, luego del subcampeonato obtenido en la última Sudamericana. La pelota empezaba a rodar en un partido que, en la previa, prometía buen juego y emociones.

Apenas cinco minutos pasaron hasta que llegó la primera situación de gol. La tuvo el local. Apertura hacia la izquierda, centro atrás, rebote y sablazo de Suazo. Muy por arriba. El inicio era de trámite parejo en Santiago. River se paraba para salir de contra y Colo Colo intentaba mucho por izquierda con Jerez, aunque no tenía grandes ideas para crear peligro. Farías contó con una. Desbordó por derecha, tiró el centro pasado y la pelota se fue por el segundo palo.

Con el correr de las agujas del reloj, el partido fue tomando color. Y la acción empezó a tener un papel cada vez más importante. Farías cabeceó un tiro libre de Belluschi y estuvo a punto de abrir el marcador. Al ratito, Falcao arremetió por derecha y le dio duro, por arriba. El Cacique respondió con una clara. Sánchez armó una linda jugada por izquierda, metió el centro pasado y, después de que la bajaran, la pelota recorrió el área chica millonaria hasta que la defensa chilena rechazó.

Más veloz, profundo y preciso, River marcaba diferencias en todas las líneas ante un rival que no terminaba de encontrarle la vuelta a la cuestión. En una contra, Falcao recuperó, Sambueza encaró y se la dio a Belluschi. El ex Newell's alargó por derecha y en ese momento recibió un patadón de Meléndez, quien ya estaba amonestado. La jugada siguió, Ferrari eludió a Terremoto y la pelota se le escapó. Muy cerca.

Había tiempo para más antes del descanso. Farías tuvo un mano a mano con Cejas y se durmió a la hora de definir. En el minuto final, Suazo metió el zurdazo de aire, pero su remate salió mordido y la bola desviada. Y en la última, llegó el grito millonario. Sacaron rápido un tiro libre, Ponzio clavó un roscazo tremendo desde su casa y la puso a media altura, contra el palo izquierdo del arquero local. Golazo, 1-0 y polémica. Porque el colombiano Giovanni Hernández se fue al vestuario refunfuñando contra el árbitro paraguayo Carlos Torres, quien supuestamente le había dicho que daría la orden con un pitazo. Después de las protestas, a las duchas.

Se notó a la legua que Colo Colo sintió el impacto del primer gol. Salió golpeado, timorato, tibio. Y en el medio estaba partido. Esto le vino al pelo a River, que salió mejor a jugar la segunda parte. Con actitud y tranquilidad, un cóctel que suele no fallar. Al minuto y luego de un tiro de esquina desde la izquierda, entre Gerlo y Falcao estuvieron cerca de aumentar. Pero a los ocho, El Millo no iba a fallar. Sambueza puso la pelota en el corazón del área, Rivas cabeceó y Farías infló las redes del arco de Cejas. Segunda polémica de la noche: cuando remató El Tecla, Falcao estaba en posición adelantada y obstruyó la visión del arquero argentino. El 2-0 allanaba el camino en Santiago.

Sin embargo e inesperadamente, en 180 segundos se dio vuelta la tortilla y la historia se le complicó mucho a los hombres del Kaiser. Cuando se jugaba un cuarto de hora, Farías la perdió en campo rival y Suazo picó al vacío para aprovechar un largo pelotazo frontal. El Pelado no titubeó frente a Carrizo y definió cruzado ante la apresurada salida del arquero. Enseguida se fue expulsado Falcao por un supuesto codazo a Henríquez en un salto. Se ennegrecía el panorama para River y Passarella mandaba a la cancha a Zapata y Ahumada en lugar de Sambueza y Galván, respectivamente.

Los argentinos aguantaban como podían, bien parados en el fondo. El local iba a la carga por todos los medios en la búsqueda de la igualdad. Igualmente, el conjunto millonario se las ingeniaba para inquietar en ofensiva. Belluschi la pisó en un tiro libre para Zapata y éste reventó el travesaño. A diez del cierre, El Chapa tuvo otra después de una espantosa salida de Cejas, pero la tiró afuera. Con sacrificio y voluntad, River planteaba el partido con inteligencia y no pasaba sobresaltos en Santiago.

Así, con un envidiable orden táctico, mucha calma en los momentos de hostilidad y apoyado en la gran figura de Farías, el equipo de Passarella se llevó tres puntos de oro de Chile y se impuso ante Colo Colo (terminó con diez por la expulsión de Mena), en los papeles lo más duro del Grupo 6. Interesante debut en la Libertadores, entonces, para un River que se mostró más firme y menos apurado que su rival.






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