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El Servicio Secreto no pudo hacer nada

Dos punguistas roban el bolso a una hija de Bush En un Icónico Bar de San Telmo, Se trata de Barbara Bush.












Es Barbara, de 24 años. El lunes a la noche cenaba en un restorán cuando le sustrajeron la cartera, con su celular y tarjetas de crédito. Estaba en el país en viaje privado y de incógnito desde hace 20 días.

En un episodio en el que el secreto, el personaje y la repercusión internacional son mucho más que el delito en sí, la hija del presidente de los Estados Unidos, Barbara Bush, fue víctima de un robo mientras cenaba en un restorán de San Telmo.

Las distintas fuentes no acuerdan plenamente en lo sustraído, aunque todas coinciden en que el botín estaba en la cartera: mientras ABC News, primer medio en dar la noticia de acuerdo a fuentes propias en EE.UU., aseguró que le robaron la cartera y su teléfono celular, fuentes locales vinculadas a empresas de seguridad norteamericanas aseguraron a Clarín que lo robado fue un reloj y la cartera, que bien podía contener el celular. Por su parte, la agencia Télam, citando voceros oficiales, habla de la cartera con el celular y la billetera.

Todo indica que se habría tratado de un arrebato en un momento en que Barbara, de 24 años, no tenía su cartera encima. Eso explicaría que la fuerte custodia del servicio secreto con que se mueve la familia presidencial no haya advertido el robo en el momento, como consignó ABC News.

Según las fuentes locales consultadas por Clarín, el robo ocurrió en Humberto 1º y Defensa. Allí está la Plaza Dorrego, con gran cantidad de mesas ubicadas entre los árboles, frecuentemente ocupadas por turistas. Alrededor de la plaza hay una docena de bares y restaurantes. Ayer no estaba claro dónde ni en qué situación había ocurrido el robo, pero ya se notaba un refuerzo de la policía en la zona a partir de la noticia. Clarín recorrió todos los restoranes de la zona y en ninguno tenían noticias de lo ocurrido.

Es más, ayer la Policía Federal sólo estaba al tanto por rumores: Barbara Bush no hizo la denuncia del robo, al igual que la mayoría de turistas, que prefieren evitar el tramiterío.

El gobierno de los Estados Unidos eligió el silencio. En la embajada de Buenos Aires dijeron a Clarín que la "información sobre el caso" la darían en el Servicio Secreto de Washington. Y allí toda la respuesta a la corresponsal del diario fue un lapidario "sin comentarios". Ninguna fuente oficial argentina habló sobre el caso. Se entiende que es un tema políticamente delicado en ambos países: para el Servicio Secreto de EE.UU. muestra vulnerabilidad en la custodia de un eventual blanco para ataques mucho más peligrosos que los de un carterista porteño; y para las autoridades argentinas es un mal trago que las expone a la temida imagen de "país inseguro" .

Extraoficialmente fuentes gubernamentales aseguraron que se enteraron del robo por los trascendidos periodísticos, ya que la visita no había sido anunciada ni se solicitó custodia especial.

El robo ocurrió en la primera noche de Barbara Bush en Buenos Aires. Hasta el incidente, la visita de la melliza Bush era secreta, ya que se trata de un viaje privado comenzado hace 20 días al que ya se sumó su hermana melliza Jenna.