La intendenta Mónica Fein presidirá la conmemoración por los 162 años de la declaración de Rosario como ciudad. Junto a autoridades locales, provinciales, escolares y representantes de instituciones...
La intendenta Mónica Fein presidirá la conmemoración por los 162 años de la declaración de Rosario como ciudad. Junto a autoridades locales, provinciales, escolares y representantes de instituciones participará hoy, a las 8, del izamiento de la bandera en el mástil mayor del Monumento.
De la villa a ciudad. En 1823, los vecinos de Rosario, en singular acontecimiento, designaron al cura párroco Pascual Silva Braga como representante ante el gobierno provincial para tramitar el reconocimiento como ciudad. Fue la primera vez que el pueblo elegía un representante político. Si bien Silva Braga no tuvo el éxito esperado, logró que el gobernador Estanislao López diera a Rosario el título de "Villa".
La villa —un conjunto de casas bajas y calles mal delineadas que no superaba los 3.000 habitantes— había sufrido la postergación del centralismo de Buenos Aires.
Pero la voluntad de aquellos rosarinos se cristalizó el 25 de diciembre de 1851 en el pronunciamiento del "hueco de Cardozo", donde un grupo de vecinos y la guarnición militar de la plaza adhirieron a la campaña de Urquiza.
Antes de que Urquiza entrara a la villa, lo hizo el teniente coronel Domingo Faustino Sarmiento, trayendo con él la primera imprenta que se conociera en la ciudad, y en la que imprimió: "El Rosario está destinado por su posición topográfica a ser uno de los más poderosos centros comerciales de la República Argentina".
El 9 de junio de 1852, Urquiza escribió al gobernador Crespo para que declare ciudad a Rosario. El mandatario promulgó la ley el 5 de agosto, después de ser sancionada previamente por la Junta de Representantes.

La intendenta Mónica Fein presidirá la conmemoración por los 162 años de la declaración de Rosario como ciudad. Junto a autoridades locales, provinciales, escolares y representantes de instituciones participará hoy, a las 8, del izamiento de la bandera en el mástil mayor del Monumento.
De la villa a ciudad. En 1823, los vecinos de Rosario, en singular acontecimiento, designaron al cura párroco Pascual Silva Braga como representante ante el gobierno provincial para tramitar el reconocimiento como ciudad. Fue la primera vez que el pueblo elegía un representante político. Si bien Silva Braga no tuvo el éxito esperado, logró que el gobernador Estanislao López diera a Rosario el título de "Villa".
La villa —un conjunto de casas bajas y calles mal delineadas que no superaba los 3.000 habitantes— había sufrido la postergación del centralismo de Buenos Aires.
Pero la voluntad de aquellos rosarinos se cristalizó el 25 de diciembre de 1851 en el pronunciamiento del "hueco de Cardozo", donde un grupo de vecinos y la guarnición militar de la plaza adhirieron a la campaña de Urquiza.
Antes de que Urquiza entrara a la villa, lo hizo el teniente coronel Domingo Faustino Sarmiento, trayendo con él la primera imprenta que se conociera en la ciudad, y en la que imprimió: "El Rosario está destinado por su posición topográfica a ser uno de los más poderosos centros comerciales de la República Argentina".
El 9 de junio de 1852, Urquiza escribió al gobernador Crespo para que declare ciudad a Rosario. El mandatario promulgó la ley el 5 de agosto, después de ser sancionada previamente por la Junta de Representantes.