El asalto ocurrió ayer en Martínez, cuando tres delincuentes entraron en la vivienda en la que se encontraban los chicos y una empleada. Al enfrentarlos, el mayor resultó herido con el arma oriental. “Pensé que me lo habían matado”, dijo el padre, quien encontró a su hijo tirado en la calle en medio de un charco de sangre.
El padre de los dos chicos heridos con un sable samurai durante un asalto en su casa de la localidad bonaerense de Martínez, aseguró hoy que pensó que su hijo mayor había sido asesinado, porque lo vio tirado en la calle en medio de un charco de sangre, y se mostró preocupado por la inseguridad en la zona.
"Cuando llegué lo encontré a Nico, el mayor, acá tirado en el medio de la vereda con mucha sangre. Estaba desesperado, pensé que me lo habían matado", dijo Juan Manuel, padre de los dos muchachos heridos que permanecen internados en un centro asistencial aunque están fuera de peligro.
El hecho se inició ayer en una vivienda ubicada en Rodríguez Peña 1240, de esa localidad del norte del conurbano, donde en ausencia de moradores, tres adolescentes de 14 y 15 años ingresaron a robar.
Fuentes de la Jefatura Distrital de San Isidro indicaron a Télam que los dueños de esa casa llegaron y sorprendieron robando a los muchachos que huyeron y saltaron a la casa lindera, situada en la misma calle pero a la altura 1238.
Allí, los delincuentes tomaron de rehén a una empleada domésticos y a dos hijos del propietario, de 22 y 12 años.
"Yo estaba a 20 cuadras de acá (por su casa) donde había ido a hacer unas diligencias y, en el momento en que estoy volviendo, veo que tengo un mensaje de mi hijo menor. Me desesperé porque imaginé que pasaba algo", dijo el padre de los chicos asaltados.
El joven de 22 se trabó en lucha con los ladrones y en el marco de esa pelea fue lastimado, al igual que su hermano, con un sable samurai que los delincuentes aparentemente habían robado en la otra casa, según comentó un jefe policial.
"Esta un poco comprometido el tema de la seguridad. La garita está muy cerca de mi casa y yo colaboro como muchos vecinos. Me llama la atención que caminando a esa hora, en este barrio que es de gente trabajadora, nadie haya visto a tres muchachos saltar a una casa", dijo el padre de los chicos lastimados.
El hombre expresó sus sospechas que los atacantes podrían haber estado drogados al momento del robo.
"No me sorprende como está esta situación por el tema de la droga, que es uno de los mayores flagelos", explicó.
fuente: telam
http://www.telam.com.ar/vernota.php?tipo=N&idPub=51210&id=128841&dis=1&sec=1
El padre de los dos chicos heridos con un sable samurai durante un asalto en su casa de la localidad bonaerense de Martínez, aseguró hoy que pensó que su hijo mayor había sido asesinado, porque lo vio tirado en la calle en medio de un charco de sangre, y se mostró preocupado por la inseguridad en la zona.
"Cuando llegué lo encontré a Nico, el mayor, acá tirado en el medio de la vereda con mucha sangre. Estaba desesperado, pensé que me lo habían matado", dijo Juan Manuel, padre de los dos muchachos heridos que permanecen internados en un centro asistencial aunque están fuera de peligro.

El hecho se inició ayer en una vivienda ubicada en Rodríguez Peña 1240, de esa localidad del norte del conurbano, donde en ausencia de moradores, tres adolescentes de 14 y 15 años ingresaron a robar.
Fuentes de la Jefatura Distrital de San Isidro indicaron a Télam que los dueños de esa casa llegaron y sorprendieron robando a los muchachos que huyeron y saltaron a la casa lindera, situada en la misma calle pero a la altura 1238.
Allí, los delincuentes tomaron de rehén a una empleada domésticos y a dos hijos del propietario, de 22 y 12 años.
"Yo estaba a 20 cuadras de acá (por su casa) donde había ido a hacer unas diligencias y, en el momento en que estoy volviendo, veo que tengo un mensaje de mi hijo menor. Me desesperé porque imaginé que pasaba algo", dijo el padre de los chicos asaltados.
El joven de 22 se trabó en lucha con los ladrones y en el marco de esa pelea fue lastimado, al igual que su hermano, con un sable samurai que los delincuentes aparentemente habían robado en la otra casa, según comentó un jefe policial.
"Esta un poco comprometido el tema de la seguridad. La garita está muy cerca de mi casa y yo colaboro como muchos vecinos. Me llama la atención que caminando a esa hora, en este barrio que es de gente trabajadora, nadie haya visto a tres muchachos saltar a una casa", dijo el padre de los chicos lastimados.
El hombre expresó sus sospechas que los atacantes podrían haber estado drogados al momento del robo.
"No me sorprende como está esta situación por el tema de la droga, que es uno de los mayores flagelos", explicó.

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