El domingo 14 se hará la competencia en la capital provincial. Organizan La Voz del Interior y Circuito Gastronómico. Cuatro camareros cuentan las claves del oficio.
Por más que sea un oficio al que muchos recurren cuando el empleo escasea, no cualquiera reúne condiciones para ser mozo. Servir comidas y bebidas requiere no sólo habilidades manuales, sino también virtudes como amabilidad, paciencia y buen humor, entre otras.
Pero dentro de una semana los mozos podrán olvidarse por un rato de atender clientes para participar de la primera carrera de mozos y camareras. Se desarrollará el próximo domingo 14 en el Parque Sarmiento, a las 17, y servirá como puntapié inicial de la Tercera Semana Gourmet, que se extenderá hasta el 22 del corriente.
La carrera es organizada por La Voz del Interior y Circuito Gastronómico, con auspicio de la Municipalidad de Córdoba, la Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina (Uthgra), y la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica de Córdoba.
Esta clase de carreras son tradicionales en Capital Federal, Mar del Plata, Mendoza y Bariloche, pero en la ciudad de Córdoba será la primera.
Un oficio singular
Cuatro mozos reunidos por La Voz del Interior, que consideran “interesante” que se organice esta carrera, cuentan particularidades del oficio.
José Lazo lleva 32 años como mozo; desde febrero de 1988 trabaja en Lomitos 348 y antes en Regen. Víctor Domínguez acredita tres décadas en comercios como Jacinto, San Honorato y Juan Griego; su presente es Eva Natural. Pablo Raspanti contabiliza 11 años de mozo (ocho en el Holiday Inn) y ahora está en Bistró del Museo. Leonel Sánchez atendió mesas en el restaurante Gran Avenida y hace poco se desempeñó en La Carta.
“Para ser mozo hay que estar dispuestos a resignar a la familia en Navidad, Año Nuevo, Día del Padre y cumpleaños; es ingrato”, coinciden de arranque.
Creen que los mejores mozos saben recomendar platos y vinos, informan sobre la preparación de comidas, están atentos a los pedidos (sin cometer errores), no son torpes en las mesas y poseen buena presencia.
Lazo dice que, a veces, hacen de “psicólogos” con clientes estresados. “Los intentás contener”, confiesa.
La propina, en baja
Acerca de la propina, no obligatoria en Córdoba, lamentan que sea una costumbre casi perdida. “Cambiaron las cosas y pocos dejan algún billete”, dice Raspanti. No obstante, los mozos más atentos sí consiguen. “Deben saber ganársela”, afirman Lazo y Domínguez.
Y un dato: esmerarse para vender bebidas y comidas caras les sirve a los mozos para obtener ingresos salariales extras.
Sánchez y Lazo no anotan los pedidos; usan la memoria. Cuando se equivocan, apelan a su viveza para salvar el trance. “Una vez alguien me pidió deshuesado y llevé entrecot; le dije que no sabía lo que se perdía, se rió y lo comió”, recuerda Lazo.
Una mala para los mozos es cuando algún cliente se va sin pagar, porque deben afrontar por su cuenta lo consumido.
Otra pálida es la crisis actual. “Hay menos clientes en los restaurantes y algunos comparten comidas”, admiten.
Famosos y recompensas. Los cuatro mozos señalan que el oficio se presta para conocer famosos. Raspanti nunca olvidará que en la Cumbre del Mercosur de 2007 estuvo cerca de Fidel Castro y Hugo Chávez. “También atendí a Néstor Kirchner”, dice. Pero más se conmueve porque sirvió a Gustavo Cerati y habló con él.
Lazo atendió a los Midachi “cuando nadie los conocía”, a los actores Nito Artaza y Tristán, y al entrenador César Menotti “que siempre pedía whisky y café”. Sánchez tuvo de comensal a “la Mole” Moli, además de “políticos y ministros”.
Respecto de “accidentes” al manipular objetos, admiten que son frecuentes. “¿Quién no tiró bandejas, copas o platos alguna vez?”, preguntan Domínguez y Sánchez. El riesgo es sufrir descuentos por la vajilla rota.
Para Domínguez, un tema polémico es la falta de profesionalismo de algunos mozos. Un aspecto varió. Años atrás, aquel mozo que sabía venderse conseguía empleo; ahora se pide currículum.
Una competencia en blanco y negro
Cuándo y dónde. El domingo 14 de este mes a las 17 en la avenida del Dante, en el parque Sarmiento.
Pionera. Será la primera vez en la ciudad de Córdoba, y en el marco de la Tercera Semana Gourmet.
Circuito. Tendrá 500 metros de extensión, entre la rotonda próxima al Súper Park y el Teatro Griego.
Hombres. Competirán en tres categorías: 18 a 30 años, 31 a 45 años y 46 años en adelante.
Mujeres. De 18 a 35 años y mayores de 36 años.
Quiénes. Podrán participar los mozos que trabajen en la actividad hotelera y gastronómica en relación de dependencia, mayores de 18 años.
Cómo. Los participantes trasladarán una botella con líquido que deberán llevar destapada y dos copas también con líquido. Si algún objeto se les cae durante el trayecto, quedarán descalificados.
La bandeja deberá trasladarse con una sola mano.
Inscripciones. Serán gratuitas y en forma personal, del 8 al 10 de septiembre, de 10 a 18, en la Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina (Uthgra), calle Santiago del Estero 151.
Consultas. A los teléfonos (0351) 423-5871 y 423-9232, sede de la Uthgra.

Por más que sea un oficio al que muchos recurren cuando el empleo escasea, no cualquiera reúne condiciones para ser mozo. Servir comidas y bebidas requiere no sólo habilidades manuales, sino también virtudes como amabilidad, paciencia y buen humor, entre otras.
Pero dentro de una semana los mozos podrán olvidarse por un rato de atender clientes para participar de la primera carrera de mozos y camareras. Se desarrollará el próximo domingo 14 en el Parque Sarmiento, a las 17, y servirá como puntapié inicial de la Tercera Semana Gourmet, que se extenderá hasta el 22 del corriente.
La carrera es organizada por La Voz del Interior y Circuito Gastronómico, con auspicio de la Municipalidad de Córdoba, la Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina (Uthgra), y la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica de Córdoba.
Esta clase de carreras son tradicionales en Capital Federal, Mar del Plata, Mendoza y Bariloche, pero en la ciudad de Córdoba será la primera.
Un oficio singular
Cuatro mozos reunidos por La Voz del Interior, que consideran “interesante” que se organice esta carrera, cuentan particularidades del oficio.
José Lazo lleva 32 años como mozo; desde febrero de 1988 trabaja en Lomitos 348 y antes en Regen. Víctor Domínguez acredita tres décadas en comercios como Jacinto, San Honorato y Juan Griego; su presente es Eva Natural. Pablo Raspanti contabiliza 11 años de mozo (ocho en el Holiday Inn) y ahora está en Bistró del Museo. Leonel Sánchez atendió mesas en el restaurante Gran Avenida y hace poco se desempeñó en La Carta.
“Para ser mozo hay que estar dispuestos a resignar a la familia en Navidad, Año Nuevo, Día del Padre y cumpleaños; es ingrato”, coinciden de arranque.
Creen que los mejores mozos saben recomendar platos y vinos, informan sobre la preparación de comidas, están atentos a los pedidos (sin cometer errores), no son torpes en las mesas y poseen buena presencia.
Lazo dice que, a veces, hacen de “psicólogos” con clientes estresados. “Los intentás contener”, confiesa.
La propina, en baja
Acerca de la propina, no obligatoria en Córdoba, lamentan que sea una costumbre casi perdida. “Cambiaron las cosas y pocos dejan algún billete”, dice Raspanti. No obstante, los mozos más atentos sí consiguen. “Deben saber ganársela”, afirman Lazo y Domínguez.
Y un dato: esmerarse para vender bebidas y comidas caras les sirve a los mozos para obtener ingresos salariales extras.
Sánchez y Lazo no anotan los pedidos; usan la memoria. Cuando se equivocan, apelan a su viveza para salvar el trance. “Una vez alguien me pidió deshuesado y llevé entrecot; le dije que no sabía lo que se perdía, se rió y lo comió”, recuerda Lazo.
Una mala para los mozos es cuando algún cliente se va sin pagar, porque deben afrontar por su cuenta lo consumido.
Otra pálida es la crisis actual. “Hay menos clientes en los restaurantes y algunos comparten comidas”, admiten.
Famosos y recompensas. Los cuatro mozos señalan que el oficio se presta para conocer famosos. Raspanti nunca olvidará que en la Cumbre del Mercosur de 2007 estuvo cerca de Fidel Castro y Hugo Chávez. “También atendí a Néstor Kirchner”, dice. Pero más se conmueve porque sirvió a Gustavo Cerati y habló con él.
Lazo atendió a los Midachi “cuando nadie los conocía”, a los actores Nito Artaza y Tristán, y al entrenador César Menotti “que siempre pedía whisky y café”. Sánchez tuvo de comensal a “la Mole” Moli, además de “políticos y ministros”.
Respecto de “accidentes” al manipular objetos, admiten que son frecuentes. “¿Quién no tiró bandejas, copas o platos alguna vez?”, preguntan Domínguez y Sánchez. El riesgo es sufrir descuentos por la vajilla rota.
Para Domínguez, un tema polémico es la falta de profesionalismo de algunos mozos. Un aspecto varió. Años atrás, aquel mozo que sabía venderse conseguía empleo; ahora se pide currículum.

Una competencia en blanco y negro
Cuándo y dónde. El domingo 14 de este mes a las 17 en la avenida del Dante, en el parque Sarmiento.
Pionera. Será la primera vez en la ciudad de Córdoba, y en el marco de la Tercera Semana Gourmet.
Circuito. Tendrá 500 metros de extensión, entre la rotonda próxima al Súper Park y el Teatro Griego.
Hombres. Competirán en tres categorías: 18 a 30 años, 31 a 45 años y 46 años en adelante.
Mujeres. De 18 a 35 años y mayores de 36 años.
Quiénes. Podrán participar los mozos que trabajen en la actividad hotelera y gastronómica en relación de dependencia, mayores de 18 años.
Cómo. Los participantes trasladarán una botella con líquido que deberán llevar destapada y dos copas también con líquido. Si algún objeto se les cae durante el trayecto, quedarán descalificados.
La bandeja deberá trasladarse con una sola mano.
Inscripciones. Serán gratuitas y en forma personal, del 8 al 10 de septiembre, de 10 a 18, en la Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina (Uthgra), calle Santiago del Estero 151.
Consultas. A los teléfonos (0351) 423-5871 y 423-9232, sede de la Uthgra.