
Cordoba respiró ayer con algo de alivio, aun en medio de una situación muy complicada en buena parte de su geografía por los daños provocados por las sucesión de lluvias de las últimas dos semanas. Un día de sol, más el pronóstico de que no se esperan nuevas precipitaciones para las próximas jornadas, implican al menos que los problemas ya no se agravaron.
También un temor se disipó ayer: la creciente del río Ctalamochita (o Tercero) fue “domada” en Villa María y Villa Nueva. Finalmente, el caudal elevado que los seis diques de esa cuenca ya no pudieron contener no afectaron seriamente a esas ciudades. Tampoco lo haría mañana cuando esa creciente llegue a Bell Ville.
Sin nuevas lluvias, el caudal liberado desde el dique Piedras Moras no aumentaría en los próximos días. La situación sigue siendo de alerta, sin embargo no se reportaron hasta ayer daños graves.
También hubo alivio por el dique San Roque, que seguía creciendo de nivel a pesar de que evacuaba al máximo de su capacidad. Finalmente ayer empezó a retroceder y, sin lluvias inmediatas, se alejan los riesgos de inundación para Villa Carlos Paz. Además, esta situación aleja toda posibilidad de que pueda aumentar aun más el caudal del río Suquía, a su paso por la ciudad de Córdoba.
La situación más crítica en el mapa provincial sigue siendo la de Idiazábal, en el sudeste provincial, donde ninguno de sus habitantes puede regresar a sus hogares inundados y permanecen evacuados en tres pueblos vecinos.
A bombear
Con decenas de bombas arroceras entregadas por la Provincia se intensificó ayer la tarea de extracción de agua en numerosas localidades con barrios inundados.
Algunos casos asombraron. Es tal el exceso hídrico, que por ejemplo en James Craik y Los Zorros (en Tercero Arriba), sus habitantes vieron por primera vez que se anegaban las calles pero producto de aguas que brotaban como vertientes del suelo.
En el este y sudeste se repitió esa situación, pero agravada por la masa líquida a la deriva que los campos ya no retienen ni absorben.
Cientos de miles de hectáreas rurales están bajo agua, en el centro, sur y este provincial. El impacto en términos productivos será notorio.
Entre las muchas localidades que siguen afectadas, aunque en situación de bajante de aguas, aparecen Balnearia, Morteros, Saturnino Laspiur, Arroyito, Tránsito, Devoto, Las Tordillas, El Fortín y San Francisco, en el noreste provincial.
Hacia el sudeste, además de Idiazábal, subsisten anegamientos en Leones, Ordoñez, Monte Leña, Justiniano Posse, San Marcos Sud, Bell Ville y otras localidades.
En Jesús María
Jesús María fue otro punto complicado esta semana, con ocho casas y dos puentes volteados por la creciente, entre otros muchos daños. El río Guanusacate bajó ayer sensiblemente de caudal y fue reconectada la red de energía a toda la ciudad, aunque 30 personas seguían anoche evacuados en centros de contención. Defensa Civil tuvo que salir a desmentir el rumor de una nueva creciente que se difundió vía redes sociales y que había generado tensión en algunos barrios.
La caída de dos puentes sobre ruta 9 norte, uno entre Jesús María y Sinsacate y el otro en Villa del Totoral, torna complicada la comunicación vial con el norte de Córdoba y del país. El nivel de destrozo que muestran augura que no serán rápidas sus reconstrucciones.
Cayó al agua y lo buscan
Policías y bomberos buscan desde ayer a José Avila, de 46 años, quien fue arrastrado por una corriente de agua en un campo de El Fortín, en el nordeste provincial, cuando intentaba cruzar un canal a caballo.
Su hija, de 17 años, lo acompañaba en otro caballo y no cruzó. El equino apareció a 50 metros del lugar pero Avila no fue hasta anoche encontrado.