
¿Somos Sudcalifornianos? ¿Somos Mexicanos?

Vivir en BCS es conocer el aislamiento de México, no solo geográficamente, culturalmente hablando. En las noticias nacionales, cuando llega a ocurrir algo tan trascendental como para que aparezca nuestro entidad, se refieren a Baja California… así, solo BC, como si la parte sur de esta península no existiera.
Una emergencia en la totalidad de los municipios de Baja California Sur nos recuerda la precariedad de los recursos con que contamos en el estado para responder ante las contingencias que vivimos constantemente, año con año, en este territorio cada temporada de huracanes.
Pero si los sudcalifornianos nos sentimos marginados por la administración pública federal, los muleginos estamos tan lejos del DF, pero más lejos de La Paz.
Lo absurdo de vivir en un municipio ubicado a 500 kilómetros del hospital en condiciones humanas mas cercano, se acentúa al recordar que para llegar a ese hospital tenemos que atravesar por la carretera transpeninsular 2 municipios que tampoco cuentan con los servicios de salud necesarios para la vida cotidiana, mucho menos para una emergencia del tipo que representa el paso del huracán “Odile” por BCS.
Nuestra entidad federativa no cuenta con un helicóptero que traslade a los heridos de los municipios incomunicados a los hospitales mas cercanos. Nuestro municipio no tiene buenos hospitales, ni el que sigue, ni el que sigue, y en los otros dos municipios, La Paz y Los Cabos, los hospitales que servían, están llenos, o sufrieron daños por el huracán.
El aislamiento geográfico de Mulegé es inevitable y característico de nuestra tierra, pero estar aislado de los presupuestos federales y de planes estatales de desarrollo dignos de personas cuya vida tiene un valor, es opcional para los sudcalifornianos.
Una BCS sin medios de transporte, incomunicada, es una BCS en el siglo XX.
El sentido de pertenencia de los habitantes de este estado está muy arraigado, la solidaridad y hospitalidad nos caracteriza, con esto y una buena coordinación entre todas las autoridades vamos a superar esta emergencia, bueno, contingencia, porque el paso de “Odile” nos recordó que vivimos en un constante estado de emergencia, urge tener hospitales dignos en todos los municipios de BCS. Afortunadamente un buen trabajo de prevención por parte del Consejo de Protección Civil Municipal arrojó hasta el momento, solo un herido de gravedad en Mulegé, que tuvo que esperar 2 días para que llegara un helicóptero para llevarlo a donde le pueden dar el cuidado que merece porque la transpeninsular para el sur y norte del municipio estaba cerrada por la corrida de arroyos o por los quiebres en la carretera que éstos dejaron. Pudieron ser más heridos, todavía no se acaban las amenazas meteorológicas para BCS, es indignante carecer de los servicios básicos en la mitad del estado.
La indignación no construye hospitales, los construyen nuestros presupuestos. Año con año, así como la temporada de huracanes, se aprueban millones de millones de pesos para gastar en BCS, en los sudcalifornianos ¿Por qué no construyen un hospital por lo menos cada sexenio? ¿Es imposible? ¿No somos tantos? ¿No somos mexicanos?