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Belle Knox, soy la nueva Sasha Grey
Conozcan a la estudiante universitaria que es la estrella del porno 2014




Es una noche de primavera húmeda y Miriam Weeks, una alumna de la universidad de Duke, está a la búsqueda de ropa interior nueva y sexy. Para algunos, este puede ser un modo pícaro de pasar el final de un miércoles en medio de una semana de clases que, en el caso de Weeks, incluye dos cursos de sociología y un seminario de estudios de género en políticas del placer. Pero esta ropa interior tiene un destino superior. Dentro de dos días, en una convención llamada Exxxotica, en Atlantic City, Weeks intentará vender cada una de estas prendas por más de 50 dólares a los hombres (¡y a las mujeres!) que se hayan excitado con alguna de las 30 escenas en las que ella ha aparecido desde que entró a la industria pornográfica, en noviembre.

Así que Weeks necesita bombachas. "Baratas", dice. Han pasado pocas semanas desde que se supo que una alumna de primer año de Duke (una universidad prestigiosa en carreras de Derecho) se pagaba los estudios haciéndose la sucia en el cine, y el alter ego hot de Weeks, Belle Knox ("Belle" por el personaje de La bella y la bestia, y "Knox" por Amanda Knox, una chica de rostro angelical acusada de un homicidio), se convirtió en un tema de debate público. Pero Weeks no se acobardó, sino que -aún siendo una adolescente de 18 años- se animó a convertirse en la voz feminista de las mujeres de la industria triple x.

En realidad, todo empezó cuando su padre médico y reservista del ejército de Estados Unidos fue enviado a Afganistán con un mal sueldo. Miriam, una nerd que nunca había trabajado, se probó como camarera, pero no era suficiente para pagar sus estudios. "¡Debería hacerme estrella porno!", le dijo entonces a su compañera de cuarto en el dormitorio del campus universitario. Y, dichas esas palabras, se dio cuenta de que esa era una posibilidad concreta.

"Puse en Google «cómo ser una estrella porno» y aparecieron varias agencias." Después, simplemente se sacó fotos y las envío. Unos días más tarde le llegó un mail: era invitada a grabar unas escenas en Nueva York, pagadas con 1.200 dólares. "La noche anterior estaba bien horny", dice. Pero la experiencia no fue buena: Weeks se sintió maltratada y volvió avergonzada. "«Dios mío, ¿qué hice?», me decía... ¿Qué iba a hacer si alguien veía las escenas?"

Como fuera, el dinero seguía faltando. Firmó en secreto con una agencia (Matrix Models), grabó cinco nuevas escenas y volvió a clase con 7.000 dólares. "Era glamoroso y emocionante. Los chicos del campus me podían rechazar, pero yo pensaba: «¡Si supieras que soy una estrella porno!»." Para justificar su nueva economía, le dijo a su madre que vendía marihuana -un negocio legal en el estado de Washington. "Mis padres hubieran vendido sus órganos con tal de que yo no me metiera en esto, pero yo no quería preocuparlos. Pensaba: «Hay miles, de estrellas porno. Casi no hay chance de que alguien me reconozca»." Le llevó menos de dos meses ser descubierta por un compañero. "Fui muy naïve. Cuando todo esto se hizo público, yo todavía intentaba entender quién era. Me sentía ambivalente y apareció la vergüenza y la confusión." Por supuesto, para una chica inteligente como ella (la única de su secundaria en entrar a Duke en 10 años) había un solo camino para caer parada: debía convertirse en una defensora de la pornografía. Sasha Grey, la ídola porno de Weeks, que saltó a la fama por la intensidad de sus escenas y la inteligencia con la que justificó su intención al filmarlas, la apoya: "Es genial que Belle Knox quiera balancear sexo y educación", dice. "Pero me hubiera gustado que no le hubieran montado un escándalo a su alrededor."

Weeks sabe que la narrativa típica sobre las mujeres del porno dice que están locas o dañadas, y duda antes de contar algunas cosas que se corresponden con esa narrativa hasta que por fin, mientras cena en un restaurante cerca del campus, dice que fue violada en una fiesta durante la secundaria. Se había emborrachado demasiado y se despertó en una habitación, con un chico que, según recordaba, la había estado siguiendo de lejos. Pero decidió no denunciarlo: sus amigas se lo pidieron, porque todas eran menores y habían estado tomando. Ahora ya lo superó, asegura, pero todavía las líneas que separan a Weeks de Knox son difusas. "Belle está demasiado loca para ir a Duke; Miriam es estudiosa, dormilona y amante de su familia. No sé bien cuál de las dos soy más... ¿Es normal que la gente tenga un alter ego cuando coge?"

Algunos días después, Weeks es Belle Knox en el casino Trump Taj Mahal de Atlantic City, en la expo de la industria porno Exxxotica. Algunos tipos pagan hasta 10 dólares para sacarse una foto a su lado y Nina Hartley, una gloria del cine condicionado de los 80, le aconseja como al pasar que no haga nada delante de las cámaras que no haría en casa. A las 9 de la noche se retira: ha hecho 980 dólares y ha ganado, además, un premio en la categoría New Girl on the Block, como revelación. "Este fue el año más loco de mi vida", dice. "Pero amo estar acá. Todas estas noches me preguntaba si había tomado la decisión correcta o si había arruinado mi vida. Hoy sé que fue más lo primero. No me siento tan respetada en Duke como en esta industria."