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Sufre “bullying” en Cruz del Eje, contó su historia en Facebook y ahora miles la apoyan



Irina tiene 15 años y cuenta que le pegan, la insultan y, en especial, le dicen “gorda”. Recibir tantas adhesiones por la Web la ayudan a sentirse mejor.




Un día, Irina no aguantó más. Y con una foto de remera corta y un mensaje contundente se descargó por la red social Facebook. Ayer, apenas dos días después, más de 15 mil personas la apoyaba con un “me gusta”.

“Hola, esta soy yo, Irina Alzaga, tengo 15 años, y soy gorda; no porque yo lo crea, si no por lo que me dice la gente de Cruz del Eje, específicamente mis compañeros de curso”. Con esas palabras comienza el texto con la foto que, además de los “me gusta”, fue compartido en la red por más de dos mil personas. Recibió mensajes de personas de distintos puntos de Argentina y de países como España y Perú y Panamá, entre otros.

Irina cuenta que sufre bullying (acoso escolar) desde hace cuatro años, cuando se mudó con su familia (mamá, hermana de 8 años y abuela) de su Salta natal a Cruz del Eje, a 144 kilómetros al norte de la ciudad de Córdoba. A fin de año, su familia se volverá a mudar empujada por el pesar de Irina y en búsqueda de un lugar más amable donde vivir.

“Cyberacoso”

La adolescente cuenta que el principal insulto que recibe es el de “gorda”. Incluso, sus compañeros de colegio llegaron a crear en 2012 una cuenta en Facebook que se llamaba “La gorda Irina” que usaban para insultarla. También recibe otros insultos y agradece a Dios por haber recibido violencia física “apenas” tres veces.

A la referencia corporal, se le agrega un nuevo insulto. “Como después estuve un tiempo de novia, también me dicen ‘gorda puta’”, ilustra para demostrar lo que escucha a diario.

El bullying también le afecta en su desempeño escolar. Es el tercer año del secundario que su madre tiene que pedir dos y hasta tres reincorporaciones. A veces, la va a buscar al colegio más temprano porque Irina no aguanta más. Además, este año bajó las calificaciones.

Ayudar a otros

La repercusión en la Web también tuvo impacto en su estado de ánimo: hoy dice que se siente feliz por ayudar a otros. Que, además de su familia, miles la entienden. “No quiero hacerme la víctima ni llamar la atención, sólo ayudar a otras personas”, cuenta Irina a este diario. “Me llevó mucho tiempo hacerme fuerte, estos cuatro años han sido muy duros”, dice.






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