Reportan que la red social Tinder está llena de "prostitutas virtuales y travestis"
Reportan que Tinder se ha convertido en una plataforma para el redituable negocio del sexo. "Bots" sexuales actúan como agentes para atraer suscriptores a páginas de citas.
Estados Unidos.- Luego de pasar una larga estadía en El Cairo, Egipto, el escritor Gabriel Luis Manga se mudó a Nueva York y entre otras cosas, descubrió el fascinante pero también oscuro mundo de Tinder, la red de contactos virtuales que más está "pegando" entre los adultos jóvenes.
Manga advierte que su interacción con mujeres en El Cairo era mínima, pero al llegar a la Gran Manzana y bajar la aplicación Tinder, conocía a varías mujeres todos los días; muchachas, señoras, todas con alguna habilidad o característica fascinante.
El escritor reconoció una tendencia, si bien había variedad, la mayoría de las mujeres que participan en Tinder son menores de 30 años, les gusta el whisky y todas aman tener charlas virtuales coquetas, o al menos eso aparentan.
Luego cayó en la cuenta de que no todo es "química" entre los usuarios, Tinder representa un mercado millonario, con cerca de 10 millones de "calientes" usuarios al día, la red social alcanza un valor de 5 mil millones de dólares. Esta mezcla de factores y cifras, Tinder ha atraído a un sector específico de la población: las sexoservidoras.
Para los profesionales del sexo, como escorts, acompañantes, sexoservidoras y otras ramas del infinito negocio del sexo, la plataforma de Tinder es ideal para desarrollar su profesión. Los usuarios pueden conectar rápidamente con usuarios que se encuentran a pasos de distancia y que coinciden con lo que buscan. Aunque algunos sólo buscan charlar con alguien, hay quienes ofertan su cuerpo en dicha red social.
No tienen que ser muy obvios ni obvias, basta con una foto "sugerente", un par de pistas como: "la chupo rico", "me gusta sin condón", o alguna descripción indirecta de prácticas sexuales, eso es suficiente para desencadenar el negocio del sexoservicio en Tinder, al margen de las leyes y controles gubernamentales al respecto.
Aunque Tinder advierte que trata de controlar y eliminar a este tipo de usuario y usuarias, que venden su cuerpo por medio de su plataforma, lo cierto es que diariamente se llevan a cabo miles de encuentros sexuales mediante un pago, sin que ninguna autoridad intervenga.
Al respecto, Jacob Candelaria, senador por el estado de Nuevo México, asegura que gracias a los avances de la tecnología se crean muchos vacíos legales que este tipo de usuarios aprovechan para su beneficio. Es difícil perseguir delitos como la trata y el sexoservicio, si se disfraza de simple" ligue" en redes sociales.
De hecho, en su reglamento de uso, Tinder prohíbe todo tipo de publicidad o ventas de bienes o servicios, en este caso el sexoservicio.
Ahora bien, la mayoría de estos usuarios, no hacen lo que llamamos "trato directo", se trata de "prostitutas virtuales", "robots prostitutas", "bots", que lo único que hacen es redirigirte a un sitio de citas por internet.
Entras a Tinder, te gusta un usuario o usuaria y comienzas a interactuar, al principio te parecerá natural pero conforme pasa el tiempo verás que no son usuarios de carne y hueso, de alguna manera atraen tu atención hasta que terminas en un sitio especializado en oferta sexual.
El objetivo de estas cuentas falsas es atraer tráfico hacia las páginas de citas, pero también y más importante, atraer suscriptores de sus servicios. Cuando se gana un suscriptor se le ofrece entrar a un sistema de recompensas en el que se le otorga una cantidad de dinero por cada usuario que logre convencer para que también se suscriba, este circulo se extiende poco a poco por las redes sociales como Tinder.
Así que más allá de conseguir un acostón, Tinder es utilizado por algunos cuantos para hacer crecer sus lucrativos negocios basados en el sexo.

Reportan que Tinder se ha convertido en una plataforma para el redituable negocio del sexo. "Bots" sexuales actúan como agentes para atraer suscriptores a páginas de citas.
Estados Unidos.- Luego de pasar una larga estadía en El Cairo, Egipto, el escritor Gabriel Luis Manga se mudó a Nueva York y entre otras cosas, descubrió el fascinante pero también oscuro mundo de Tinder, la red de contactos virtuales que más está "pegando" entre los adultos jóvenes.
Manga advierte que su interacción con mujeres en El Cairo era mínima, pero al llegar a la Gran Manzana y bajar la aplicación Tinder, conocía a varías mujeres todos los días; muchachas, señoras, todas con alguna habilidad o característica fascinante.

El escritor reconoció una tendencia, si bien había variedad, la mayoría de las mujeres que participan en Tinder son menores de 30 años, les gusta el whisky y todas aman tener charlas virtuales coquetas, o al menos eso aparentan.
Luego cayó en la cuenta de que no todo es "química" entre los usuarios, Tinder representa un mercado millonario, con cerca de 10 millones de "calientes" usuarios al día, la red social alcanza un valor de 5 mil millones de dólares. Esta mezcla de factores y cifras, Tinder ha atraído a un sector específico de la población: las sexoservidoras.
Para los profesionales del sexo, como escorts, acompañantes, sexoservidoras y otras ramas del infinito negocio del sexo, la plataforma de Tinder es ideal para desarrollar su profesión. Los usuarios pueden conectar rápidamente con usuarios que se encuentran a pasos de distancia y que coinciden con lo que buscan. Aunque algunos sólo buscan charlar con alguien, hay quienes ofertan su cuerpo en dicha red social.
No tienen que ser muy obvios ni obvias, basta con una foto "sugerente", un par de pistas como: "la chupo rico", "me gusta sin condón", o alguna descripción indirecta de prácticas sexuales, eso es suficiente para desencadenar el negocio del sexoservicio en Tinder, al margen de las leyes y controles gubernamentales al respecto.
Aunque Tinder advierte que trata de controlar y eliminar a este tipo de usuario y usuarias, que venden su cuerpo por medio de su plataforma, lo cierto es que diariamente se llevan a cabo miles de encuentros sexuales mediante un pago, sin que ninguna autoridad intervenga.
Al respecto, Jacob Candelaria, senador por el estado de Nuevo México, asegura que gracias a los avances de la tecnología se crean muchos vacíos legales que este tipo de usuarios aprovechan para su beneficio. Es difícil perseguir delitos como la trata y el sexoservicio, si se disfraza de simple" ligue" en redes sociales.
De hecho, en su reglamento de uso, Tinder prohíbe todo tipo de publicidad o ventas de bienes o servicios, en este caso el sexoservicio.
Ahora bien, la mayoría de estos usuarios, no hacen lo que llamamos "trato directo", se trata de "prostitutas virtuales", "robots prostitutas", "bots", que lo único que hacen es redirigirte a un sitio de citas por internet.
Entras a Tinder, te gusta un usuario o usuaria y comienzas a interactuar, al principio te parecerá natural pero conforme pasa el tiempo verás que no son usuarios de carne y hueso, de alguna manera atraen tu atención hasta que terminas en un sitio especializado en oferta sexual.
El objetivo de estas cuentas falsas es atraer tráfico hacia las páginas de citas, pero también y más importante, atraer suscriptores de sus servicios. Cuando se gana un suscriptor se le ofrece entrar a un sistema de recompensas en el que se le otorga una cantidad de dinero por cada usuario que logre convencer para que también se suscriba, este circulo se extiende poco a poco por las redes sociales como Tinder.
Así que más allá de conseguir un acostón, Tinder es utilizado por algunos cuantos para hacer crecer sus lucrativos negocios basados en el sexo.

