Como absortos por las escenas de los tres ataques que debieron soportar el mismo día, los soldados sobrevivientes de La Granja o Coreguaje, a once kilómetros de Puerto Leguízamo, custodian la base militar a punto de desplomarse.
Como absortos por las escenas de los tres ataques que debieron soportar el mismo día, los soldados sobrevivientes de La Granja o Coreguaje, a once kilómetros de Puerto Leguízamo, custodian la base militar a punto de desplomarse.
Maderos sueltos, latas retorcidas y cilindros abandonados a medio armar, son el testimonio de la crueldad con que las Farc llegaron el viernes pasado a esta desolada población que se levanta entre los caudales de los ríos Putumayo y Caquetá, en límites con el Perú.
Los guerrilleros salían como hormigas por todas partes. Los ataques eran fuertes y aunque algunos murieron, eran tantos que no sabíamos de dónde salían , recuerda uno de los sobrevivientes, como tratando de buscar una respuesta lógica a la muerte de 30 militares y 26 guerrilleros. Doce uniformados también quedaron heridos.
El ataque, dijo otro soldado, fue la bienvenida de la guerrilla a una veintena de muchachos y oficiales que hacía solo diez días había llegado a la base, donde se proyectaba montar una escuela de entrenamiento.
El lugar, en realidad, se encontraba abandonado desde hace cerca de dos años cuando la Armada Nacional decidió no volverlo a utilizar. Frente a Coreguaje opera el relleno sanitario donde son arrojadas las basuras que producen diariamente los 7.000 habitantes de Puerto Leguízamo.
El día del ataque en la madrugada había una densa neblina que impedía ver más allá de dos metros, según recuerdan los soldados heridos. Curiosamente el lugar, que es una planicie de altas temperaturas, se ve afectado por el fenómeno de heladas en Brasil.
Pero ni eso detuvo a los hombres de las Farc que a las 5:30 de la mañana despertaron con cilindros y metralla a los soldados que a esa hora permanecían en la base.
Por minutos todo fue confusión, los hombres se alistaron a repeler el ataque. Los disparos y los gritos se confundían entre los dos bandos. Los guerrilleros se quejaban de que no podían armar los cilindros y por eso muchos de los artefactos fueron abandonados en los caminos de acceso.
Ya algunos soldados habían muerto. Luego volvió el silencio a Coreguaje.
El ataque se repitió a las 10 de la mañana y luego en la tarde. Los guerrilleros intentaron llevarse a 14 soldados, pero el Ejército hizo lo que pudo y lo evitó.
Los militares creen que la guerrilla pretendía un hostigamiento a Puerto Leguízamo, a donde nunca han podido penetrar por el cerco del Ejército.
Pero la gente de la zona conjetura que una vez más fallaron la estrategia y la inteligencia militares. Para algunos oficiales del Ejército, sin embargo, se trató de una operación en retaliación a los golpes propinados a la guerrilla, que han permitido la destrucción de al menos 85 laboratorios de cocaína, principal fuente de financiación de la subversión.
Coreguaje está ubicado entre Puerto Leguízamo y La Tagua, distantes 11 kilómetros el uno del otro. Pero lo que más llama la atención de los habitantes de esa población es que mientras en Leguízamo opera una escuela de combate fluvial donde hay más de mil hombres, en La Tagua está el Batallón de Selva número 49 de la Armada.
El domingo cuando EL TIEMPO llegó al lugar todavía se desarrollaban acciones para capturar a los guerrilleros de los frentes 14, 15 y 48 de las Farc, que al mando deFabián Ramírezi huyen por los ríos Caguán y Peneya, tratando de encontrar la zona de distensión.
A su vez, tropas de la Armada de Perú y Ecuador redoblaron su vigilancia a lo largo del río Putumayo para impedir que la guerrilla en su huida se interne en sus territorios.
Ayer en Puerto Leguízamo, que permanece bajo el rigor del toque de queda y la ley seca, fueron sepultados en el cementerio local los cadáveres de ocho guerrilleros, entre ellos el de una menor a quien los militares pidieron sepultar en fosa aparte.
link: https://www.youtube.com/watch?v=XI_Dn0SDH2g
Como absortos por las escenas de los tres ataques que debieron soportar el mismo día, los soldados sobrevivientes de La Granja o Coreguaje, a once kilómetros de Puerto Leguízamo, custodian la base militar a punto de desplomarse.
Maderos sueltos, latas retorcidas y cilindros abandonados a medio armar, son el testimonio de la crueldad con que las Farc llegaron el viernes pasado a esta desolada población que se levanta entre los caudales de los ríos Putumayo y Caquetá, en límites con el Perú.
Los guerrilleros salían como hormigas por todas partes. Los ataques eran fuertes y aunque algunos murieron, eran tantos que no sabíamos de dónde salían , recuerda uno de los sobrevivientes, como tratando de buscar una respuesta lógica a la muerte de 30 militares y 26 guerrilleros. Doce uniformados también quedaron heridos.
El ataque, dijo otro soldado, fue la bienvenida de la guerrilla a una veintena de muchachos y oficiales que hacía solo diez días había llegado a la base, donde se proyectaba montar una escuela de entrenamiento.
El lugar, en realidad, se encontraba abandonado desde hace cerca de dos años cuando la Armada Nacional decidió no volverlo a utilizar. Frente a Coreguaje opera el relleno sanitario donde son arrojadas las basuras que producen diariamente los 7.000 habitantes de Puerto Leguízamo.
El día del ataque en la madrugada había una densa neblina que impedía ver más allá de dos metros, según recuerdan los soldados heridos. Curiosamente el lugar, que es una planicie de altas temperaturas, se ve afectado por el fenómeno de heladas en Brasil.
Pero ni eso detuvo a los hombres de las Farc que a las 5:30 de la mañana despertaron con cilindros y metralla a los soldados que a esa hora permanecían en la base.
Por minutos todo fue confusión, los hombres se alistaron a repeler el ataque. Los disparos y los gritos se confundían entre los dos bandos. Los guerrilleros se quejaban de que no podían armar los cilindros y por eso muchos de los artefactos fueron abandonados en los caminos de acceso.
Ya algunos soldados habían muerto. Luego volvió el silencio a Coreguaje.
El ataque se repitió a las 10 de la mañana y luego en la tarde. Los guerrilleros intentaron llevarse a 14 soldados, pero el Ejército hizo lo que pudo y lo evitó.
Los militares creen que la guerrilla pretendía un hostigamiento a Puerto Leguízamo, a donde nunca han podido penetrar por el cerco del Ejército.
Pero la gente de la zona conjetura que una vez más fallaron la estrategia y la inteligencia militares. Para algunos oficiales del Ejército, sin embargo, se trató de una operación en retaliación a los golpes propinados a la guerrilla, que han permitido la destrucción de al menos 85 laboratorios de cocaína, principal fuente de financiación de la subversión.
Coreguaje está ubicado entre Puerto Leguízamo y La Tagua, distantes 11 kilómetros el uno del otro. Pero lo que más llama la atención de los habitantes de esa población es que mientras en Leguízamo opera una escuela de combate fluvial donde hay más de mil hombres, en La Tagua está el Batallón de Selva número 49 de la Armada.
El domingo cuando EL TIEMPO llegó al lugar todavía se desarrollaban acciones para capturar a los guerrilleros de los frentes 14, 15 y 48 de las Farc, que al mando deFabián Ramírezi huyen por los ríos Caguán y Peneya, tratando de encontrar la zona de distensión.
A su vez, tropas de la Armada de Perú y Ecuador redoblaron su vigilancia a lo largo del río Putumayo para impedir que la guerrilla en su huida se interne en sus territorios.
Ayer en Puerto Leguízamo, que permanece bajo el rigor del toque de queda y la ley seca, fueron sepultados en el cementerio local los cadáveres de ocho guerrilleros, entre ellos el de una menor a quien los militares pidieron sepultar en fosa aparte.
link: https://www.youtube.com/watch?v=XI_Dn0SDH2g