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Una pareja brasileña vivía feliz con 7 años de matrimonio y un hijo hasta que la historia cobra un giro inesperado cuando descubren que son hermanos.



Adriana (39) y Leandro (37) vivían una vida de pareja y familia normal, siete años de casados y un hijo hacía del mundo de ellos perfecto. Ella sabía que había sido abandonada de niña y él también, pero nada más sobre sus verdaderos padres.

Adriana fue abandonada a los 12 meses de vida, la entregaron a una familia sustituta con la que se crió. Leandro vivió con su madre hasta los 8 años de edad y después también fue abandonado y creció, al igual que su esposa, con una familia adoptiva.

Crecieron en pueblos diferentes y sin tener conocimiento de la existencia del otro, hasta que llegados a la adultez y luego de pasar por distintas relaciones, se conocieron y se enamoraron, publicó este jueves Infobae.

Ella, que estaba casada, se separó para unirse con él, y como en una historia sacada de los libros, se casaron, nació su hijo y formaron un hogar feliz hasta ese día.

A medida que pasaba el tiempo, Adriana, que se había convertido en madre y experimentaba ese sentimiento por primera vez en su vida, sintió que le faltaba algo y probablemente, impulsada por su propia maternidad, empezó a sentir que era insoportable no saber de su verdadera madre. Y ahí fue que se propuso encontrarla.

Lo único que sabía de ella es que se llamaba María. Lo mismo sabía Leandro de la suya, que también se llamaba María, una extraña coincidencia.

La mujer acudió a un programa de radio de Brasil que se dedica a reunir a familiares separados tras ser invitada por la emisora para una entrevista. La conversación durante el programa transcurría con calma mientras ella contaba su historia, hasta que fue interrumpida por el conductor.

"Tenemos una llamada, es tu madre", le dijo. Adriana no podía contener el llanto. Madre e hija lloraban juntas y se decían cuánto lamentaban el destino que les tocó mostrándose dispuestas a reunirse y reconstruir la relación.

Parecía un final de película, pero cuando el diálogo estaba por concluir, Adriana le peguntó a su madre si tenía más hijos, a lo que la progenitora contestó: "Sí... tuve a Leandro, pero no con tu padre". La respuesta congeló el ambiente de la emisora.

Adriana rompió en llanto tras un instante de silencio y le contó a su madre que ese hermano suyo, era su esposo.

Días días después los medios preguntaron a la pareja si seguirían juntos, a lo que Adriana respondió "Solo la muerte nos va a separar. Todo esto sucedió porque Dios quería que sucediera. Por supuesto que hubiera sido diferente si hubiéramos sabido todo esto antes, pero no lo hicimos y nos enamoramos".