Después de que el Estado Islámico difundiera la ejecución del activista inglés, los gobiernos de Washington y Londres confirmaron que seguirán combatiendo al grupo yihadista

El sábado, el Estado Islámico (EI) difundió un video dos minutos y medio en el que mostró la decapitación del activista británico David Haines, de 44 años, que fuera secuestrado en Siria el año pasado. Las imágenes provocaron una rápida reacción de parte los gobiernos del Reino Unido y Estados Unidos, encabezados por David Cameron y Barack Obama, respectivamente.
"Haremos todo lo que está en nuestras manos para acorralar a estos asesinos y hacer que respondan de sus actos, tome el tiempo que tome", anunció el Premier inglés. Y completó: "No lo haremos solos, sino trabajando estrechamente con nuestros aliados, no sólo en Estados Unidos y Europa, sino también con nuestros aliados de la región".
El presidente estadounidense expresó su solidaridad con Gran Bretaña y también prometió que destruirá al EI.
Por su parte, desde Francia, las autoridades galas sostuvieron: "El odioso asesinato de David Haines muestra una vez más hasta qué punto es necesario que la comunidad internacional se movilice".
Alemania no se quedó atrás y argumentó: "Fue un acto odioso de violencia bárbara, que hay que castigar".
El asesinato de Haines se sumó a los de los dos periodistas James Foley y Steven Sotloff, ambos norteamericanos.
Desde el ministerio de Exteriores británico confirmaron la veracidad de las imágenes, en las que también apareció un nuevo secuestrado que podría ser ejecutado, Alan Henning, compatriota de Haines.