Un nudo en la garganta.

CORDOBA- "Mirá mi papá, el nombre de mi papá". Benjamín, sorprendido, le dio el pedacito de diario a su tío Carlos, con quien estaba en la cancha de Instituto de Córdoba. El papelito -que había caído con otros miles en la salida del equipo- era el aviso fúnebre de su papá, su mamá y su hermanito, quienes se mataron en un accidente de autos en el que Benja, de 6 años, se salvó.

En poco menos de diez días Benjamín vivió dos tragedias. El 26 de diciembre murió su abuelo, Luis, quien vivía al lado de su casa y el 3 de enero, cuando regresaba con su familia de pasar Año Nuevo en Jujuy con sus abuelos maternos, el Volkswagen Suran en el que venían chocó de frente contra un camión con acoplado a pocos kilómetros al norte de Córdoba. Su papá, Miguel Alberto González Achával, su mamá Jésica Anglada y Joaquín de 8 años fallecieron en el acto. Benjamín sufrió algunos golpes pero se recuperó rápidamente.

Hoy vive con su tía María José, su esposo Carlos y cuatro primos. La familia tiene la guarda provisoria. El sábado Benja estaba "un poco triste" por lo que Carlos lo lleva a la cancha para distraerlo "porque siempre le gusta". En diálogo con LA NACION, el tío cuenta que se encontraron con unos amigos que llevaban dos bolsas de papelitos para tirar cuando saliera Instituto. "Atrás nuestro había otros cuatro chicos, así que cuando apareció el equipo fue una nube de papeles y todos estaban muy entusiasmados. Benja se puso a jugar, a levantarlos y volver a arrojarlos cuando me dice 'mirá mi papá; el nombre de mi papá' y me da un pedacito que era un aviso fúnebre".

Benja hizo el comentario con cierto entusiasmo -cuenta su tío- sin saber de qué se trataba el papel. Para él era el nombre de su papá en un diario. Carlos guardó el recorte en el bolsillo y, de regreso a casa, sin decirle nunca que era el aviso fúnebre aparecido en La Voz del Interior, le comentó que haber encontrado ese papelito en medio de otros miles no era "una casualidad, sino una señal, una muestra de que había tres ángeles" que lo cuidan.

El chico tomó con "naturalidad" la historia y tiene el "papelito" en una cómoda esperando a ser enmarcado. Todavía no sabe que es un obituario. "Ya se dará cuenta en algún momento", explica Carlos. Toda la familia -que se definen muy creyentes- entiende que el hallazgo de Benja es un símbolo de algo más trascendente.

La historia se viralizó en las redes sociales cuando otro tío del nene, Fernando González Achával, la contó en su muro de Facebbok. "La subí porque me parece que había que contarla, que valía la pena que se supiera. Para los que tenemos fe, significa mucho"