

Chrissy Teigen no es una comensal quisquillosa. “Lamo el queso de los Doritos y luego los vuelvo a meter a la bolsa”, dijo. “Prácticamente, como cualquier cosa, mientras sea salada. O dulce. O picante”. Teigen es ese tipo de cosa rara: una modelo que come. Y come y come, según sus constantes entradas en Twitter, Instagram y su blog So Delushious!
Teigen, de 28 años, es una de las personas más divertidas y extrañas que hablan sobre comida en Twitter, donde su público se aproxima al medio millón de personas. Este año fue la primera modelo de portada asiática-estadounidense.
Algo que también impulsa su perfil en los medios es su relación con el cantante John Legend. En sus viajes y luna de miel en Italia, publicó imágenes de pastas y pescados enteros. Es probable que esas entradas le ganaran un sitio como juez en el nuevo programa de concurso de cocina de MTV, Snack-Off.

Las modelos son famosas por decir en las entrevistas que con frecuencia se permiten comer donas y hamburguesas. Sin embargo, el severamente bajo índice de masa corporal que exige el sector de la moda no permite que se consientan demasiado.
Los medios sociales como Instagram se han convertido en un foro de entradas que hablan de delgadez, llaman flacas como palo a modelos y celebridades que dicen que comen normalmente. Es más frecuente que Teigen experimente lo contrario: comentaristas anónimos hacen observaciones sobre su cara gorda o aspecto.
“Soy una pesadilla para los nutricionistas”, comentó. Admite que cuando está trabajando (por ejemplo, cuando se preparaba para hacer las fotografías del catálogo de Victoria’s Secret), prácticamente, no come nada. “Algunas modelos sobreviven el tiempo sin comida, viviendo a base de café y cigarrillos”, notó. “Para mí, es el vino tinto y los libros de cocina”. Afortunadamente para Teigen, ocupa un nicho reservado para las mujeres curvilíneas: modelo de trajes de baño.
