El sitio web uruguayo Periodicas.edu.uy permite acceder a la lectura de periódicos uruguayos de buena parte del siglo XIX y también del XX, un tesoro para historiadores y curiosos
Es como entrar en la cueva de Alí Babá y no saber en cuál de los tesoros que allí descansan zambullirse primero. Me refiero al sitio web uruguayo Periodicas.edu.uy, una verdadera joya que, mediante un minucioso trabajo de escaneo de diarios y periódicos del siglo XIX, del siglo XX y de muchos libros de autores nacionales, ha creado una reserva bibliográfica y una hemeroteca digital digna del mayor aplauso y agradecimiento.
Según consta en el “equipo” de este proyecto, el grupo es reducido y trabaja bajo la coordinación de Lisa Block de Behar. Pero lo que han logrado es grandioso.Desde los primeros números de La Estrella del Sur, el diario que fundaron los ingleses en Montevideo en sus invasiones al Río de la Plata, hacia 1807, en un recorrido por los muchos diarios y periódicos que existieron en la ciudad a lo largo de ese convulsionado y a la vez fructífero siglo, hasta publicaciones del siglo XX.
En el sitio se encuentran en formato pdf para leer y para explorar, para dejarse sumergir en un pasado palpable, estas páginas anchas y de apretadas palabras, que revelan noticias, usos y costumbres de una época lejana pero en muchos casos todavía reconocible en esta orilla norte del estuario más ancho del mundo.
Hay diarios y semanarios de la época de la colonia, como la Gaceta de Montevideo, maravillas como El Pacífico Oriental, publicado durante la dominación portuguesa y luego brasileña, cuando esta era la Provincia Cisplatina.Hay tanto para leer y tanto para decir, que cualquier intento de describirlo todo es vano.
Anoto, a modo de mínimo apunte, que en El Patriota, diario publicado en 1822, se ofrece como aviso comercial el dato de que en una librería de don Manuel Yáñez, “cerca del fuerte”, se vende “papel para música de clarinete y flauta, igualmente la Naturaleza descubierta (sic)”.
Infiero que se trata de un anuncio de partituras, y que una de estas tiene ese título. Imagino al músico interesado en esos “papeles” en aquella Montevideo lejana de hace un poco más de 190 años, ocupada y de futuro incierto, pero que su identidad de puerto la hacía puerta y llave de un montón de productos del comercio que tocaban estas tierras desde los sitios más estrafalarios.
Sigo hojeando y hay un dato curioso, una base para un cuento o una novela casi en cada ejemplar. En un número del diario El Siglo de 1863, hace 150 años, aparece el relato de un misterioso crimen en la ciudad. Una negra apuñaló a un hombre (blanco), que pudo declarar ante la Policía antes de expirar.
¿Qué motivos tendría la mujer para haber actuado así? Las chances son ciertas. La Policía investigaba pero todavía no tenía pistas de la acusada.
En otro número del mismo diario de ese mismo año, fundado y dirigido por el francés Adolfo Vaillant y por donde pasaron plumas como las de Martín C. Martínez, Carlos María Ramírez, Pablo de María y el futuro presidente Julio Herrera y Obes, se encuentran informaciones tan curiosas como jugosas.
La edición dominical del 12 de abril de 1863 presenta una disculpa para las damas porque el redactor responsable del “folletín del domingo”, que firmaba con el seudónimo Zerimar, se encontraba ausente. Quien escribe se refiere a la sección como “la más importante de El Siglo”, ya que se refiere a temas “destinados a la mitad más bella del ser humano”.
Según el diario, más allá de las noticias políticas y económicas, a ellas les importaban “las del corazón”.Además, ese año se llevarían a cabo elecciones de representantes y comenzaba la actividad en los “clubs electorales”.
A pesar de la importancia de ello en “la vida política de los pueblos democráticos”, el cronista, preocupado, reconoce la apatía y la indiferencia de los electores.Luego hay avisos de embalsamadores de colibríes, anuncios de barcos que llegan y que se van, poemas barrocos y dulzones y un aroma a un país tan diferente (y por momentos tan parecido) que asusta.
http://periodicas.edu.uy/indice.php
Es como entrar en la cueva de Alí Babá y no saber en cuál de los tesoros que allí descansan zambullirse primero. Me refiero al sitio web uruguayo Periodicas.edu.uy, una verdadera joya que, mediante un minucioso trabajo de escaneo de diarios y periódicos del siglo XIX, del siglo XX y de muchos libros de autores nacionales, ha creado una reserva bibliográfica y una hemeroteca digital digna del mayor aplauso y agradecimiento.

Según consta en el “equipo” de este proyecto, el grupo es reducido y trabaja bajo la coordinación de Lisa Block de Behar. Pero lo que han logrado es grandioso.Desde los primeros números de La Estrella del Sur, el diario que fundaron los ingleses en Montevideo en sus invasiones al Río de la Plata, hacia 1807, en un recorrido por los muchos diarios y periódicos que existieron en la ciudad a lo largo de ese convulsionado y a la vez fructífero siglo, hasta publicaciones del siglo XX.
En el sitio se encuentran en formato pdf para leer y para explorar, para dejarse sumergir en un pasado palpable, estas páginas anchas y de apretadas palabras, que revelan noticias, usos y costumbres de una época lejana pero en muchos casos todavía reconocible en esta orilla norte del estuario más ancho del mundo.
Hay diarios y semanarios de la época de la colonia, como la Gaceta de Montevideo, maravillas como El Pacífico Oriental, publicado durante la dominación portuguesa y luego brasileña, cuando esta era la Provincia Cisplatina.Hay tanto para leer y tanto para decir, que cualquier intento de describirlo todo es vano.
Anoto, a modo de mínimo apunte, que en El Patriota, diario publicado en 1822, se ofrece como aviso comercial el dato de que en una librería de don Manuel Yáñez, “cerca del fuerte”, se vende “papel para música de clarinete y flauta, igualmente la Naturaleza descubierta (sic)”.

Infiero que se trata de un anuncio de partituras, y que una de estas tiene ese título. Imagino al músico interesado en esos “papeles” en aquella Montevideo lejana de hace un poco más de 190 años, ocupada y de futuro incierto, pero que su identidad de puerto la hacía puerta y llave de un montón de productos del comercio que tocaban estas tierras desde los sitios más estrafalarios.
Sigo hojeando y hay un dato curioso, una base para un cuento o una novela casi en cada ejemplar. En un número del diario El Siglo de 1863, hace 150 años, aparece el relato de un misterioso crimen en la ciudad. Una negra apuñaló a un hombre (blanco), que pudo declarar ante la Policía antes de expirar.
¿Qué motivos tendría la mujer para haber actuado así? Las chances son ciertas. La Policía investigaba pero todavía no tenía pistas de la acusada.
En otro número del mismo diario de ese mismo año, fundado y dirigido por el francés Adolfo Vaillant y por donde pasaron plumas como las de Martín C. Martínez, Carlos María Ramírez, Pablo de María y el futuro presidente Julio Herrera y Obes, se encuentran informaciones tan curiosas como jugosas.
La edición dominical del 12 de abril de 1863 presenta una disculpa para las damas porque el redactor responsable del “folletín del domingo”, que firmaba con el seudónimo Zerimar, se encontraba ausente. Quien escribe se refiere a la sección como “la más importante de El Siglo”, ya que se refiere a temas “destinados a la mitad más bella del ser humano”.
Según el diario, más allá de las noticias políticas y económicas, a ellas les importaban “las del corazón”.Además, ese año se llevarían a cabo elecciones de representantes y comenzaba la actividad en los “clubs electorales”.
A pesar de la importancia de ello en “la vida política de los pueblos democráticos”, el cronista, preocupado, reconoce la apatía y la indiferencia de los electores.Luego hay avisos de embalsamadores de colibríes, anuncios de barcos que llegan y que se van, poemas barrocos y dulzones y un aroma a un país tan diferente (y por momentos tan parecido) que asusta.
http://periodicas.edu.uy/indice.php