Una montaña rusa de sentimientos se vivió en la sede del No a la baja. La victoria terminó con una enorme fiesta callejera
Sobre la hora 21 de ayer, en la sede de la Comisión Nacional No a la Baja ubicada en Eduardo Acevedo y Rodó, se oyó con fuerza un grito desahogado de alegría y emoción. Enseguida se abrazaron decenas de jóvenes sentados frente a un televisor de tubo que recibía señal de aire, y que apenas lograba mostrar la encuesta que mejor proyección les daba, brindada por Oscar Bottinelli en canal 4.
Ese grito marcó el final de una larga jornada para los principales referentes de la comisión, que había comenzado en la madrugada y que tuvo varios altibajos. A las cinco de la tarde, unos 20 militantes agitaban pancartas y los representativos colibríes frente a los autos que transitaban por Rodó, que respondían con bocinazos de aliento.
La cumbia sonaba alto, temas de Lucas Sugo, el Gucci y Denis Elías se combinaban con algún hip hop perdido de La Teja Pride, que hacían bailar a los jóvenes mientras compartían alguna cerveza fría que no supo de veda en un clima cálido.
La atmósfera era de optimismo puro, y hasta de inocencia por la importancia de los hechos que en breve se desencadenarían.
El atardecer vino acompañado por los rumores de las encuestas a boca de urna que indicaban que al parecer el Sí a la baja se perfilaba ganador. Algunas versiones de prensa preocuparon a sus líderes, que indicaban porcentajes que en los casos más extremos marcaban 55% de aprobación al plebiscito.
Otros escenarios fueron más optimistas en contra de la baja, pero siempre estuvieron cerca del 50%. Esos resultados dibujaban muecas en la cara de los mismos militantes que horas antes bailaban cumbia, mientras el ambiente se tornaba más cauto.
Cuando comenzaron a abrir los sobres, a las 19.30, la novedad de que alguna lista frenteamplista venía acompañada de papeletas llevó el ánimo al piso.
Con una mayor cantidad de militantes acercándose a la sede y ante el oscuro panorama, en una improvisada sala de reuniones, un joven con acento extranjero se acercó a todos y habló en voz alta: “Les digo para que se queden tranquilos: acabo de hablar con Bottinelli y da un 48% a 50% para el Sí, pero en un escenario muy negativo. Dice que para él no sale”. Algún ser humano pretendió aplaudir pero no fue seguido por nadie. La información de aliento no surtió efecto.
Con la veda llegando a su fin a las 20.30, el televisor mostró a Luis Eduardo González diciendo que no estaba en condiciones de dar un ganador del plebiscito. Y unos minutos después, en un apurado zapping organizado por unas 50 voces que estaban cargadas de nervios y expectativas, se vio a Ignacio Zuasnabar diciendo que no había seguridad aún pero que según sus estudios primarios el Sí estaba en un 50,1%.
Había mucha confusión porque por el otro lado Bottinelli ya estaba dando por ganador al No. Los coordinadores Federico Barreto y Fabiana Goyeneche mantuvieron la cautela. Dijeron que la conferencia planificada para las 20:30 sería cambiada para las 21:30.
A las 21:00, Luis Eduardo González dijo con mayor grado de seguridad que la baja de la edad de imputabilidad penal a 16 años no iba a hacerse realidad en el Uruguay. La montaña rusa de sentimientos de los jóvenes –que en ese momento ya llegaban al millar y comenzaban a celebrar– había llegado a su fin.
En conferencia de prensa, cuatro de los principales referentes, todos jóvenes, celebraron que la juventud había sido capaz de poner fin a una medida que llamaron “simplista”, mostrando que Uruguay venció al miedo y se comprometió a emprender un nuevo camino y un nuevo desafío que permitirá “construir un país de brazos abiertos”. Mientras tanto, en la calle corría la cerveza que a $ 100 pesos abundaba en una barra improvisada, mientras el baile recién comenzaba.
Un pedido al gobierno
Ante los resultados, la comisión de Sí a la baja prefirió mantener el bajo perfil. A las 19.30, cuando El Observador llegó a la sede del comando, ubicado en Ellauri y 21 de Setiembre, el local se encontraba cerrado. Esto a pesar de que durante los días anteriores sus dirigentes habían anunciado que desde la hora 19 estarían allí esperando los resultados.
Una hora antes de que la periodista de El Observador llegara a la sede, cuando las encuestas a boca de urna ya daban casi por hecho el triunfo del Sí, desde el comando se envió un comunicado a la prensa anunciando que el vocero de la comisión, el diputado Gustavo Borsari estaría en la casa de Ellauri y 21 de Setiembre a las 18.45. Luego cada dirigente se retiraría a esperar los resultados con su candidato.
Pero los resultados no le impidieron al candidato del Partido Colorado, Pedro Bordaberry, impulsor del plebiscito, exigirle al próximo gobierno proteger a sus ciudadanos. “Un millón de uruguayos, que no es poca cosa, reclama que el Estado los proteja, que el gobierno nos deje vivir en paz”, afirmó y desató un aplauso cerrado en su comando.
http://noalabaja.uy/
#NoALaBaja

Sobre la hora 21 de ayer, en la sede de la Comisión Nacional No a la Baja ubicada en Eduardo Acevedo y Rodó, se oyó con fuerza un grito desahogado de alegría y emoción. Enseguida se abrazaron decenas de jóvenes sentados frente a un televisor de tubo que recibía señal de aire, y que apenas lograba mostrar la encuesta que mejor proyección les daba, brindada por Oscar Bottinelli en canal 4.

Ese grito marcó el final de una larga jornada para los principales referentes de la comisión, que había comenzado en la madrugada y que tuvo varios altibajos. A las cinco de la tarde, unos 20 militantes agitaban pancartas y los representativos colibríes frente a los autos que transitaban por Rodó, que respondían con bocinazos de aliento.

La cumbia sonaba alto, temas de Lucas Sugo, el Gucci y Denis Elías se combinaban con algún hip hop perdido de La Teja Pride, que hacían bailar a los jóvenes mientras compartían alguna cerveza fría que no supo de veda en un clima cálido.
La atmósfera era de optimismo puro, y hasta de inocencia por la importancia de los hechos que en breve se desencadenarían.

El atardecer vino acompañado por los rumores de las encuestas a boca de urna que indicaban que al parecer el Sí a la baja se perfilaba ganador. Algunas versiones de prensa preocuparon a sus líderes, que indicaban porcentajes que en los casos más extremos marcaban 55% de aprobación al plebiscito.

Otros escenarios fueron más optimistas en contra de la baja, pero siempre estuvieron cerca del 50%. Esos resultados dibujaban muecas en la cara de los mismos militantes que horas antes bailaban cumbia, mientras el ambiente se tornaba más cauto.

Cuando comenzaron a abrir los sobres, a las 19.30, la novedad de que alguna lista frenteamplista venía acompañada de papeletas llevó el ánimo al piso.

Con una mayor cantidad de militantes acercándose a la sede y ante el oscuro panorama, en una improvisada sala de reuniones, un joven con acento extranjero se acercó a todos y habló en voz alta: “Les digo para que se queden tranquilos: acabo de hablar con Bottinelli y da un 48% a 50% para el Sí, pero en un escenario muy negativo. Dice que para él no sale”. Algún ser humano pretendió aplaudir pero no fue seguido por nadie. La información de aliento no surtió efecto.

Con la veda llegando a su fin a las 20.30, el televisor mostró a Luis Eduardo González diciendo que no estaba en condiciones de dar un ganador del plebiscito. Y unos minutos después, en un apurado zapping organizado por unas 50 voces que estaban cargadas de nervios y expectativas, se vio a Ignacio Zuasnabar diciendo que no había seguridad aún pero que según sus estudios primarios el Sí estaba en un 50,1%.
Había mucha confusión porque por el otro lado Bottinelli ya estaba dando por ganador al No. Los coordinadores Federico Barreto y Fabiana Goyeneche mantuvieron la cautela. Dijeron que la conferencia planificada para las 20:30 sería cambiada para las 21:30.

A las 21:00, Luis Eduardo González dijo con mayor grado de seguridad que la baja de la edad de imputabilidad penal a 16 años no iba a hacerse realidad en el Uruguay. La montaña rusa de sentimientos de los jóvenes –que en ese momento ya llegaban al millar y comenzaban a celebrar– había llegado a su fin.

En conferencia de prensa, cuatro de los principales referentes, todos jóvenes, celebraron que la juventud había sido capaz de poner fin a una medida que llamaron “simplista”, mostrando que Uruguay venció al miedo y se comprometió a emprender un nuevo camino y un nuevo desafío que permitirá “construir un país de brazos abiertos”. Mientras tanto, en la calle corría la cerveza que a $ 100 pesos abundaba en una barra improvisada, mientras el baile recién comenzaba.
Un pedido al gobierno
Ante los resultados, la comisión de Sí a la baja prefirió mantener el bajo perfil. A las 19.30, cuando El Observador llegó a la sede del comando, ubicado en Ellauri y 21 de Setiembre, el local se encontraba cerrado. Esto a pesar de que durante los días anteriores sus dirigentes habían anunciado que desde la hora 19 estarían allí esperando los resultados.

Una hora antes de que la periodista de El Observador llegara a la sede, cuando las encuestas a boca de urna ya daban casi por hecho el triunfo del Sí, desde el comando se envió un comunicado a la prensa anunciando que el vocero de la comisión, el diputado Gustavo Borsari estaría en la casa de Ellauri y 21 de Setiembre a las 18.45. Luego cada dirigente se retiraría a esperar los resultados con su candidato.

Pero los resultados no le impidieron al candidato del Partido Colorado, Pedro Bordaberry, impulsor del plebiscito, exigirle al próximo gobierno proteger a sus ciudadanos. “Un millón de uruguayos, que no es poca cosa, reclama que el Estado los proteja, que el gobierno nos deje vivir en paz”, afirmó y desató un aplauso cerrado en su comando.











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